Capitulo 30

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(...)

Oigo el ruido de la cafetera, innalo profundamente, y el embriagador aroma del amargo café entra por mis fosas nasales, tomó una tasa y vierto en ella el líquido humeante.

Me siento sobre los escalones de madera, con una frazada de color bordó descansando sobre mis hombros, cubriendome del frío. El humo de la tasa se dispersa por el eire freco que trae esta mañana.

Bobit se está engullendo un plato de alimento bajo el brillo del sol, aunque su calor no sea fuerte y el frío se aventaje, no me quejo, la chimenea es de gran ayuda y la estufa también.

Luego de unas horas, agarró la cadena de bobit, y lo amarró a mi muñeca.

-Vamos chico, salgamos un poco- Digo cerrando la puerta con llave.

Caminamos al rededor de la ruta, veo pasar los autos, camiones y un autobús que viaja hasta la empresa de los Ferrami. Disfruto de la compañía de bobit, el frío cada vez es menor ya que aumenta mi calor corporal, llegamos hasta la tienda de "El buen Baquero".

Veo a bobit, no me dejarán entrar con el, así que lo amarro a un poste bajo una sombra, abro el cierre de mi mochila, saco su tazón y bierto sobre el agua que traje en una botella de plástico, entró a hacer unas compras dejándolo beber tranquilo.

Lo vuelvo a desatar y caminamos hasta una pequeña plaza, es pequeña pero de lejos veo el sespet, columpios, toboganes y niños jugando entre ellos. Veo una banca de color marrón clarito, y me siento con bobit a mi lado, destapó un refresco, y lo bebo.

Voe do al labrador sentado, con la cola alborotada, y los ojos brilloso viendo a otro perro que estan jugando con los niños.

-Mira lo que tengo para ti- Le digo y el no me presta atención.

Así que saco de mi bolsa de papel una pelota de goma, de colores brillantes, y la comienzo a botar junto a mis pies, y al instante los ojos del perro se clavan en la pelota.

-¿Ahora si soy importante para ti, verdad?.

El sólo babea poniéndose eufórico, esta pelota es en lo único que piensa.

-¿La quieres verdad?- Digo mostrandosela.

El se para en cuatro patas, salta, vuelve a agacharse con el pecho y el laico tocando el suelo, con las pastas traceras elevando su cole incontrolable.

Sonrió, al parecer está  listo para que se la arroje, fue bueno ir a la sección de mascota. Habían tazones, correas, juguetes para perros, y pude comprarle la pelota, un hueso para morder saborizado (donde espero que no se lo coma) y un pescado de hule de color naranja, que ara un chillido cada vez que lo muerda (Y este último espero que no me vuelva loco).

-Atrapala- Grito al momento de lanzarla unos cuantos metros.

El corre hacia el sespet, corre hacia la pelota, la agarra y vuelve hacia mi, se la tiro un par de veces más y luego comienza a jugar con otros perros, la pelota parece ser el trofeo, los perros las mastican, la sueltan y se persiguen mutuamente con el trofeo entre los dientes. Es tan cómico que sean tan felices con tan poco.

-¡¡¡Alex!!!- Oigo a una mujer gritarme.

Volteó y veo a Jazmín acercarse, viene caminando sobre un sendero de piedras de diferentes colores, junto a ella hay una niña.

Observó a la pequeña, su piel es blanca, tiene un vestido blanco, con lunares rojos, sin mangas, unas zapatillas, su cabello es rojizo y tiene un flequillo recto sobre la frente. Levanto la mano en un ademán, saludando a ambas.

-¿Que haces aquí, Alex?- Pregunta Jazmín al estar frente mío.

-Salimos a caminar con bobit y aquí estamos- Sonrió y veo a la pequeña agarrada a la pierna de Jazmín -¿Y tu quien eres?- pregunto en tono amistoso.

La venganza de Alex [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora