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—Tus dedos son demasiado delgados.

—Todo yo es demasiado delgado.

Jun aun sostenía la mano de Minghao entre las suyas, observando detenidamente sus dedos tratando de hacer una comparación con otros ya conocidos. Recordó los de su maestra, como ella era delicada y suave por todo su cuerpo, incluso en sus manos, con largas uñas ella siempre lucía una piel sedosa. Pero Minghao era un poco diferente.

Llevó la mano del chico hasta su mejilla para sentir mejor su toque, el frio tacto haciéndolo dudar de a segundos para despues acostumbrarse a él con la piel erizada. Giró un poco para poder besarla, olvidando cualquier rastro antiguo de sus labios, como si los estuviese limpiando en la piel del chico. Si Minghao se enterase de donde estuvieron él se apartaría con asco.

En ese momento el chico lindo sonreía con calidez.

—Me gustan tus manos— Murmuró Jun con ambos ojos cerrados, disfrutando de la reciente calidez.

Minghao no tuvo tiempo de responder, se separaron de inmediato cuando los pasos resonaron cerca en la biblioteca y unos cuantos murmullos se extendieron. Minghao tomó el diccionario entre sus manos y lo examinó, Jun simplemente se quedó ahí, esperando a que todo pasase.

No supo cómo sentirse al reconocer el paso lento y desfilado de su querida profesora, el sonido de sus tacones golpeando el suelo y logrando un eco a su paso. Cerró los ojos con molestia y escabullo una mano hasta poder tocar un poco a Minghao, solo un vago tacto que tranquilizara su corazón tiritando en rabia u odio. Cuando ella quedó al descubierto de entre los estantes Jun alzó la mirada.

Ella pasó de largo, no sin antes dedicarle una mirada curiosa a Jun. Cuando ella se fue por el pasillo soltó el aire que sin saber había guardado en los pulmones.

—¿Qué estará haciendo ella en la biblioteca?— Preguntó Minghao en un susurro.

Jun se encogió en hombros y despues miró la hora comprendiendo de inmediato la razón. Se suponía que Minghao ya o estaría ahí, su tiempo de "clase" se había agotado, quizás ella fue a buscarlo, o quizás solo paseaba por la biblioteca una mañana cualquiera. Jun no podría saberlo, y ni siquiera le importaba. 

Íntimo [JunHao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora