¿Por Qué Te Amo Tanto? ||Siswaki||

Otro Intento De Espiar

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-¿Qué tal su día?-preguntó su padre al verlos llegar.

-¿Mi día o el del perro?-preguntó mirando a Daiki con desagrado.

-¿Perro?-

-Ya tenemos perro guardián-sonrió el rubio de manera burlona.

El hombre miró a su otro hijo, quien se encogió de hombros dándole a entender que no sabía a lo que se refería Wakiya.
Su padre suspiró un poco y asintió con la cabeza.

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Caminaba de un lado a otro con desesperación, preguntándose porque le había tocado a Wakiya un hermano así. Estaba bien que no llevaban mucho tiempo conviviendo, pero que tampoco se excediera con los celos.
Puede que también se ponía celoso cuando sentía que le iban a robar a su rubia, aunque sus rabietas no eran como las del chico con cabellos cenizos.

-Deja de caminar de un lado a otro-susurró el peli-azul observándolo con detenimiento-Luego voy a vomitar por tanto movimiento-

Lo ignoró, debía pensar una manera en la que realmente ambos se llevaran bien.
Se llevó sus manos a su cabeza y las pasó por su cabello con exasperación.

-¿Ha estado así toda la mañana?-preguntó Rantaro mirando a Kitt y Valt con curiosidad-

Asintieron con la cabeza, sonrió de manera victoriosa. Era su momento de brillar, como Silas no se veía muy bien debía ayudarlo, ¿Pero cómo? ¡Con sus planes extraños que al principio no funcionan y por arte de magia terminan haciéndolo 100% real no fake!
Se acercó al peli-verde con lentitud, tomó su hombro para detenerlo y esbozó una cálida sonrisa.
El contrario parpadeo mil veces, ya sabía que es lo que Rantaro estaba tratando de decirle, digo; tampoco hace falta ser adivino como para no entender lo que el rubio quería hacer.

-¡No!-le refutó con molestia antes de que Rantaro pudiera decir algo-¡No voy a usar tus planes raros!-

-Ay, vamos-se quejó mientras juntaba sus manos a manera de suplica-No te vas a morir-

-Yo no, pero tú si-advirtió el peli-verde.

No obtuvo respuesta de parte del rubio, aunque quisiera impedir que Rantaro usara sus planes sabía perfectamente que de todos modos lo haría.
Lo miró con indiferencia, parecía que en verdad quería poner en marcha sus planes.

-Esta bien-suspiró con resignación-Sólo si Chris estará ayudando-

Asintió repetidas veces con la cabeza, arrastró a Kitt y Valt para que lo acompañaran a ver a la peli-rosada, no hacía falta preguntarle porque ya sabían cual sería la respuesta.

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-¡Vamonos, Daigo!-exclamó el de orbes dorados con alegría mientras tomaba la mano del azabache y con la otra apuntaba hacia la puerta.

-¿A dónde?-preguntó el contrario con curiosidad, mirándolo con algo de felicidad.

-A ser felices-continuó el mayor dirigiéndose a la entrada.

-¿Y dónde queda eso?-

-Golpeando con un bate a Silas e interrumpiendo los momentos que tiene con mi hermano-respondió llevándoselo casi arrastrando.