Batalla aérea

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El Starmie de Klaus se encontraba lanzando los rayos multicolores de la joya en su centro con dirección al espacio, cuando interceptó algo, unas ondas de radio. Las descifró y con su agua a forma de tinta escribió el comunicado en tierra: "Enviaremos un arma custodiada por 10 aviones de combate, con objetivo de atacar la Meseta Añil. Partirán de Ciudad Carmín a las 1900 horas, volaran bajo evitando los radares, y a las 2100 horas llegaran a su objetivo." Esa es la historia que nos contó Klaus, así que necesitabas movernos.
–Eso quiere decir que a las 8 de la noche sobrevolara Ciudad Verde.
Indicó Jaden.
–¡Eso es en una hora! -Notificó Karin.- ¡No podremos ir a tiempo a la Meseta a avisar! ¡Tampoco tenemos algún comunicador!
–Pues nosotros tendremos que pelear.
Les dije serio, pero con decisión en mis palabras.
–Bien dicho hijo. -Me felicitó mi padre.- Pero necesitamos un plan, y algo que pueda volar.
Todos nos pusimos serios. El único pokémon que teniamos que podía volar era Buterffree, y no era muy útil si planeabamos derribar aviones.
–Kadabra podría levitar hasta ellos, pero no podría mantener un combate a esa altura...
El Kadabra de mi padre había sido descartado... Rayos, no había mucho que pudieramos hacer, pero algo teníamos que hacer.
–Escuche que necesitan ayuda...
Todos volteamos y nos encontramos con un viejo calvo con lentes oscuros y una bata de laboratorio.
–Blaine...
Dijo mi padre. Yo había escuchado rumores de que era un científico de Kanto, y luego desapareció, o algo así.
–¿Qué haces aquí?
Le preguntó desafiante mi padre, pero el anciano se mostró calmó.
–Ayudar, por lo que veo necesitan un pokémon tipo volador, y yo tengo uno aquí.
Saco una pokebola de uno de sus bolsillos y la lanzó, yo estire mi mano para atraparla sin embargo Jaden fue más rápido y la tomó entre sus manos.
–Vamos a ver que tiene...
Y sacó al pokémon, quien soltó un fuerte rugido y en efecto tenía alas, no obstante su aspecto no era tan similar al de un ave.
–Aerodactyl, el pokémon prehistórico. Lo regenere gracias a... mis experimentos. Les será útil.
Explicó Blaine, y giró para irse, dio unos pasos y se detuvo para decir unas últimas palabras.
–Saske, ¿de qué debe estar hecha un ave para no huir de los rayos y en su lugar atraerlos?
Y siguió alejándose.
–¿Qué quiso decir?
Preguntó Karin, pero yo le dije que dejara las cosas así, porque yo tampoco entendía. Mi padre habló:
–Ahora necesitamos una forma de atacarlos.
–Podríamos usar las bombas Voltorb.
Propusó Klaus.
–¿Las qué?
Preguntamos Jaden y yo al unísono. En seguida mi padre nos explicó.
–Cuando tomamos Ciudad Fucsia, encontramos un cargamento de pokebolas, las cuales tenían Voltorbs con la orden de explotar tan pronto salieran de sus pokebolas. Creemos que Surge fue el de la idea. Las hemos guardado esperando una oportunidad, una como esta... Klaus manda por ellas. -Klaus mandó a uno de sus subordinados y mi padre siguió hablando - Bueno, este es el plan...
A las 7:50 PM ya teníamos todo listo, justo cuando la luz solar nos brindaba sus últimos rayos. El viento movía mi cabello, y con Pikachu en mi hombro, mi nuevo uniforme puesto y el escudo de Kanto en mi corazón me sentía nervioso pero esperanzado.
–Repite de nuevo todo.
Jaden pedía de nueva cuenta el plan.
–Vamos... es como la veinteava vez. Tú y yo volaremos en el lomo de Aerodactyl, y cuando estemos cerca de los aviones les lanzaremos las bombas Voltorb. Karin les dificultara la visión con su Buterffrre, Klaus detendrá sus comunicaciones usando a Starmie y mi papá y Kadabra les lanzarán proyectiles con sus poderes psíquicos.
–¿Los poderes psíquicos de tu papá?
–No atarantado, los de Kadabra. ¿Cuándo has visto una persona con poderes psíquicos?
–Bueno, una leyenda dice que un niño con poderes psíquicos se durmió y despertó hecho Kadabra. Además, esta Sabrina ella tiene poderes psíquicos.
–Tienes razón Jaden, bueno ahí vienen.
Y vi acercarse la flota de aviones. En el centro estaba uno que destacaba de entre los demás por su gran tamaño, mientras que los demás lo rodeaban a modo de satélites. El ambiente a nuestro alrededor se hizo borroso, señal de que Karin y su mariposa usaron Viento plata, dandonos la pantalla que necesitábamos, así que ágil Aerodactyl voló en dirección de las aeronaves. Cuando estuvimos lo suficientemente cerca, con gran cuidado de no ser detectados, tomé la pokebola del Voltorb y lo lance al motor de un avión. El pokémon bomba tan pronto como se vio fuera de su resguardo uso su ataque y... explotó. El motor y parte del avión se volvieron cenizas en medio de una nube de fuego y ese vehículo aéreo comenzo a descender en picada.
–Buen tiro.
Me felicitó Jaden. Yo asenti y motive.
–Va 1, faltan 9.
Ellos comenzaron a tomar maniabras evasivas, pero unas totalmente descoordinadas señal de que el Starmie de Klaus íntervino sus comunicaciones. Aprovechando su confusión nos acercamos por debajo a otro avión, y ya ahí lancé la pokebola que en tan pronto chocó liberó al Voltorb que originó una nueva explosión partiendo el avión en 4 con su potente onda expansiva, la cual también nos empujó a nosotros sacandonos un poco de equilibrio.
–Habra que alejarnos un poco para la próxima.
Le dije aferrandome al ave prehistorica. Él respondió.
–Ok, vamos por esa próxima.
Todos los aviones abandonaban la parte del cielo afectada por los poderes de Buterffrre, así que Aerodactyl voló veloz contra uno de esos aviones que se estaba quedando rezagado y con su cabeza se estrelló con él casi derribandonos, no obstante nos mantuvimos sentados y vi en la aeronave un agujero, pequeño pero del tamaño suficiente, así que deposité con gran habilidad la pokebola dentro, y a los pocos segundos una explosión nos deslumbró y mando a volar a todas partes pedazos de ese avión.
–Wow, ¡eso fue asombroso!
Dijo mi amigo entre risas. La alegría de que todo estuviera saliendo bien nos invadía. En seguida exclamé.
–Vaya que lo fue. ¡Arriba, arriba, y adelante! ¡Vamos a seguir volando aviones!
Y subimos a donde estaban los aviones, y tan pronto como estuvimos fuera 3 aves azules llamadas Swanna nos atacaron con chorros de agua que Aerodactyl por nada logró esquivar.
–Vuela hacia arriba y luego te dejas caer en picada.
Le dije a Jaden. Tenía un plan. El ave de roca fue seguida por los cisnes, y entonces se dejo caer, para lo cual Pikachu saltó de mi hombro y libero una descarga eléctrica que hirió gravemente a nuestros enemigos, quienes cayeron paralizados al vacío. Entre tanto Aerodactyl recuperó altitud y atrapamos a Pikachu.
–Bien hecho, Pikachu.
Le felicité, no obstante el tiempo para celebrar se había acabado. Los aviones restantes nos empezaron a disparar.
–Agarrate, haremos acciones evasivas.
Me advirtió Jaden, y Aerodactyl se movió veloz por los aires dejando tras de si balas perdidas. Aun con esto, nos estaban alcanzando y entonces, dos de sus ametralladoras fueron destruidas por dos estacas del tamaño de árboles, las cuales habia lanzado mi padre sacando de balance a los dos aviones que las tenían, y aprovechando esta ventana les lancé una pokebola a esos dos aviones, que se abrieron al mismo tiempo explotándolos en una gran bola de fuego. De nuevo, sin intenciones de perder tiempo, puse mi mira en la nave más grande y le mandé dos bombas Voltorb, que cuando chocaran con ella... no hicieron nada.
–¿Pero qué? ¿Por qué no funciona?
Pregunté y Jaden me dijo:
–Debe haber un campo de electromagnético que debe anular a las pokebolas.
–Maldicion.
–Lo se, eso si te jode.
Y para acabarla, de entre la ya casi extinta bola de fuego salieron 5 misiles.
–¡No puede ser!
–¡¿Pero qué mierda?!
Gritamos yo y luego Jaden, y justo después Aerodactyl empezó a volar como si la vida se le fuera en ello, por que así era, no obstante por más rápido que iba no lograbamos evadirlos, y cuando uno estabar por golpearnos, otra estaca lo hizo explotar antes de tiempo. Mi padre nos había salvado. Pero en consecuencia un misil se dirigió a su posición y explotó. En ese momento me preocupe, pero algo en mí me decía que él estaría bien. Mientras, a nosotros otro misil nos pisaba los talones, y cuando ya lo teníamos encima no tuve más opción que sacar a Lizardon y que con sus llamas lo hiciera estallar. La explosión no la pudimos librar del todo, sin embargo Aerodactyl uso su cuerpo como escudo para nosotros, y en ese instante me solté y caí. Logre regresar a Pikachu y Lizardon a sus pokebolas, desafortunadamente la bolsa con la que cargaba las pokebolas de los Voltorb se me cayó, y vi como un debilitado Aerodactyl caía, con Jaden sobre él.
–¡Saskeee!
Gritó mi amigo cuando se precipitaba con mayor velocidad al piso que yo. Entonces el cuarto de los misiles empezó a tomar dirección en mi contra, pero no llegó a acercarse ya que al parecer un Hiperrayo lo destruyó, y un Dragonite me atrapó en el aire.
–¡Saske! ¿Me escuchas?
Era lo voz del profesor Oak. Busque la fuente de la voz y encontré una pantalla con el rostro del profesor en el cuello de Dragonite.
–¿Profesor? ¿Cómo se enteró?
–Vi las explosiones desde Ciudad Plateada. ¿Cuál es la situación?
–¿Ve ese avión? -le señale el más grande- Tiene un arma dentro, y se usara para atacar la Meseta Añil. Debemos apoderarnos de ella.
–Ya veo, Dragonite abre un agujero y entren por ahí.
Le ordenó Oak a su pokémon, y este con Pulso dragón le hizo una hoyo bastante grande en la parte de carga. Cuando nos disponíamos a entrar, el quinto misil hizo acto de presencia y golpeó por la espalda a Dragonite mandandome a volar por efecto de la onda expansiva, por fortuna caí dentro del avión. Me levante con algunos golpes y quemaduras, nada grave. Di unos pasos que hicieron eco en ese vacío lugar. Entonces una pantalla se encendió. En ella me pareció ver un fantasma.
–Sargento Surge...

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora