Capítulo 15

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Kuu y Ren tuvieron que cargar las bolsas hasta el auto y al llegar a la casa uno de los guarda espaladas de Kuu se encargo del labor. Aquellos hombres no tenían permitido seguirlos a menos que fuera realmente necesario y su horario de trabajo terminaba a las ocho de la noche, además de tener el fin de semana libre; todo aquello porque, según su jefe, ellos debían pasar tiempo con sus respectivas familias.
—Por hoy pueden irse —dijo Kuu.
—Pero señor Hizuri, no hemos estado con usted en todo el día —argumentó el más nuevo de los hombres.
—Precisamente por eso por eso ¿No sería mejor que estuvieras con tu pequeña hija? Según me enteré ella acaba de nacer hace unos meses.
El hombre estaba impactado de que Kuu lo recordara, después de todo el ultimo actor para el que había trabajado, ni siquiera se molestaba en recordar su nombre.
El resto de los agradecieron la amabilidad de su jefe y se fueron.
—¿Por qué les permitió irse antes? —preguntó Kyoko.
—Bueno, yo considero que lo más importante es la familia y cada uno de ellos esta casado y tiene hijos, si yo no los necesito prefiero que estén con su familia.
Aunque Kyoko no sabia nada sobre una verdadera familia, ver a Kuu actuar tan amablemente se sentía muy contenta, porque de alguna manera esa era su familia ahora, Jullie le había dicho eso y comenzaba a creérselo.
—Entonces ¿Qué es lo que hicieron hoy? —preguntó Ren, después de echarle un vistazo a las bolas de compra una vez más.
—Lleve a Kyoko de compras —dijo Jullie— y conseguimos ropa muy linda, estoy segura de que te encantará.
Kyoko se había sonrojado, aun no se acostumbraba a ser llamada por su primer nombre por los miembros de aquella familia.
—¡En agradecimiento permítame preparar la cena! —gritó y los tres Hizuri se le quedaron viendo— es lo menos que puedo hacer para agradecer su amabilidad.
Como todos estuvieron de acuerdo, la chica fue a la cocina y se puso a buscar los sartenes.
—¿Necesitas ayuda con algo? —Ren la había seguido a la cocina y se limitaba a observarla.
Kyoko estaba algo distraída y no respondió de inmediato.
—Tal vez solo para encontrar las cosas —dijo— supongo que conoces la casa mejor que yo.
Ren asintió y ambos se pusieron a danzar por la cocina para preparar la cena para tres personas y Kuu.

Con Jullie y Kuu.

La pareja de esposos había convencido a Kyoko de que los dejara poner la mesa y se encontraban en esa labor.
—De alguna manera estar haciendo esto se siente tan natural —dijo Jullie cuando puso el ultimo de los cubiertos en su sitio— es como si Kyoko siempre hubiera formado parte de nuestras vidas.
Kuu abrazó a su esposa.
—Me siento de la misma manera, esa chica tiene la capacidad de conquistar el corazón de las personas con una facilidad impresionante. Realmente somos afortunados de que haya reaccionado de manera positiva a todo lo que Kuon le dijo; cualquier otra chica hubiera salido huyendo.
Jullie recargo su mejilla en el brazo de su esposo, tenía mucha razón en aquella afirmación, no cualquiera hubiera soportado averiguar que la persona de la que estaba enamorada le hubiera mentido de esa manera y seguiría sonriendo ampliamente, incluso acompañarlo a reencontrarse con sus padres al otro lado del mundo.

Al cabo de media hora un delicioso aroma inundo la casa y al asomarse a la cocina, vieron como Ren se limitaba a pasarle condimentos a Kyoko y ella no lo dejaba acercarse al horno.
—Lo siento, pero no heredaste los dotes de cocinero de tu padre —explicaba Kyoko, lo que hizo que Kuu se preguntara en que situación su hijo había cocinado para ella.
—Eso es cierto, pero me siento un poco inútil —dijo Ren, pero su novia lo amenazó con la cuchara que tenía en la mano.
—No es no.
Ren alzó las manos para defenderse del "ataque" de Kyoko.
—De acuerdo —dijo, sumisamente, lo que provocó que Kuu estallara en carcajadas ¿En que mundo una chica con una chuchara intimidaba a un hombre que le sacaba casi medio metro de altura. Jullie también se hacía la misma pregunta que su esposo, pero ella era mucho más discreta.
Kyoko se dio cuenta que estaban siendo observados y comenzó a batir energéticamente la sopa que estaba preparando, Ren observo a sus padres por un segundo. Si alguien le hubiera dicho dos meses atrás que se encontraría en una situación tan cálida y familiar como esa, jamás lo hubiera creído.
El teléfono de Kuu comenzó a sonar y tuvo que retirarse para poder contestar.

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