Me desperté de madrugada a beber un vaso de agua, me asusté al escuchar la puerta de la entrada, pero no me acerqué claro está que no me arriesgaría y me quedaría en la cocina cerca de los cuchillo, por si se tratara de un asesino en serie, pero por la puerta solo apareció un cansado Jules.
-¿Lottie?
-No, su fantasma.- Sonreí, lo que él también
hizo.
-¿Qué estas tú sola?
-No, también está mamá y Sophie, tía Helen nos deja pasar unos días, es una larga historia.-Dije al ver que me miraba con cara rara a cada palabra que soltaba.
-Mañana ya lo hablaremos, buenas noches princesa.-Dijo dándome un beso en la frente y yéndose a su cuarto.
VARIOS MESES DESPUÉS
Ahora vivíamos en un apartamento, cerca de la pastelería donde trabaja mi madre. Nos habíamos mudado hacía unos días, y yo estaba más que agobiada, fin de curso se acerca y con eso, los exámenes. Mis padres ya estaba divorciados oficialmente, y eso en cierto modo me alegraba. Pero al mismo tiempo lloraba todas las noches lloraba sin consuelo, pues me sentía sola, y sí, tengo a Ash, pero no sé, es un sentimiento masoquista. A veces hasta me falta el aire, y me odio, odio mi forma de ser, y en vez de dejar de
comer como hacen otras personas, en estos casos, como el doble de lo que comía antes lo que significa que entré algo en quilos, lo que hace que me odie al mirarme al espejo y que la gente me critique a mis espaldas, y haga que cada noche antes de acostarme deje unas rayitas en mi muñeca izquierda. Ya no soy la que era, aunque delante de los demás aparento estar bien y regalo sonrisas a todo el que se me cruce, mi mente solo está llena de pensamientos suicidas.
"¿Te apetece quedar?- Saltó un Whatsapp
de Ashton.
"Tengo que estudiar :("
"Yo también, ¿estudiamos juntos?"
"¿Cómo hacemos?"
"¿Vienes o voy?"
"Voy"-Respondí.
-Buenas tardes.-Dijo un sonriente Ash por la puerta.
-Hola.-Sonreí de la misma manera.
Entré en su acogedora casa y dejé la mochila en el suelo.
-¿Tu padre?
-Haciendo horas extras.- Respondió.
-Ah.
-Oye -Lottie, te tengo que contar una cosa, es algo... importante, ya que nos afecta a los
dos... -dijo mirando al suelo y con un tono de voz apagado.
-Ash, no me asustes.
-Verás es que conseguí una beca para estudiar en Holanda, y bueno...
-Pero Ash, eso es maravilloso-dije sonriendo.
-El caso es que serán tres años fuera de casa, y yo no te quiero dejar sola, sobre todo ahora con lo que te esta pasando.
-Ash, ahora eso da igual, hay que pensar en tu futuro, yo estoy bien.
-Pero...
-Pero nada.
-Me tendría que ir según acabe las clases para buscar casa, adaptarme al lugar y todas esas cosas.
-Ash, no sabes lo feliz que me siento por ti.
-¿Segura?
-Ay Ash, esto es una conversación de besugos, claro que estoy segura, lo importante ahora es pensar en un futuro y si tienes la oportunidad de estudiar en el extranjero es todo un honor, sabes lo que me gustaría estudiar fuera, pero mis notas...sabes como son-sonreí.
-Pero nos llamaremos y no perderemos el contacto.
-Claro, pero ahora a estudiar.
Una vez en casa me quité la ropa quedando en ropa interior y me metí bajo las sábanas. Lágrimas y lágrimas caían por mis mejillas, cómo podía ser tan hipócrita, de decirle que me alegraba cuando en realidad, me caía como un cubo de agua fría, lo extrañaría y era mentira eso de que no perderíamos el contacto.
El día de las notas, llegó. El último día en que estaría con Ash.
-Eyyyy, ¿qué tal las notas?-Preguntó Ash.
-Cinco.
-Cinco, ¿qué?
-Las que me quedaron Ash. Soy un desatare- dije con lágrimas en los ojos.
-Ey no no llores ven aquí-dijo abrazándome.
-Te voy a extrañar mucho.
-Yo también.
Después de marcharnos de clase, acompañé a Ash al aeropuerto. Resumiendo muchos te quiero's, muchas lágrimas, muchos te echaré de menos, muchos no perderemos el contacto y sobre todo mucho dolor por mi parte.
Al llegar a casa subía a la azotea y me senté en el suelo cerca del borde mirando la ciudad, miles de personas pasaban apurados, riendo, enfadados...
Cogí el móvil y llamé a Ash, sabiendo quetendría el móvil apagado.
-¡Hola! Estas llamando al móvil de Ash, ya sabes lo que tienes que hacer después de la señal...
-Ash...no te lo conté por estúpida, pero hace unos meses que no soy la misma, me siento sola, sé que es un pensamiento egoísta, porque te tengo a tí. Tengo miedo de muchas
cosas, y esto me puede, hace meses que me corto y solo por puro masoquismo, esto no
es tu culpa ni la de nadie, es solo mi culpa, mía y solo mía, esto es un adiós-dije llorando.-Te quiero.
Colgué y me puse de pie al borde de la azotea. Diez pisos del suelo. Me puse de espaldas al mundo y miré a la puerta esperando que alguién entrara, pero no, esto no es una
película, es la vida real. Me dejé caer hacia atrás, hasta que mi cuerpo tocó el suelo y perdí la conciencia y la vida.
FIN.