Me reía mientras bajaba mi tercer shot de Fireball y tu. Tú me veías y no lo podías creer. Jamás me habías visto así.
Me gustó tu reacción. Fue justo lo que esperaba. Justo lo que quería. Que me miraras como si yo fuera un animal que se creyó que estaba extinto. Como si fuera la pieza de arte más inmesa y más hermosa vista jamás. Como si fuera la cosa que creíste pérdida pero por fin la habías encontrado. O como cuando escuchas a un niño hablar malo. Como cuando vez a un desconocido correr por la calle. Con ese asombro. Boquiabierto. Me encanta.
Te sonreí, y tu me sonreíste de vuelta. Levantaste las cejas divertido y sacaste un pelo de mi cara. No encontrabas palabras para decirme, solo podías mirar. No sabía si era porque pensabas que estaba loca, o porque me veía bonita así, o tal vez las dos. O ninguna.
La verdad no podía pensar en ello. En lo único que podía pensar era en tus ojos. Tu boca. La forma tan hermosa que definen tus labios. Son hermosos. Tan pálidos y suaves. Me acordé de cuando los toqué por primera vez. Sentí un calentón en mi pecho al recordarlo, ---siempre me pasa cuando te pienso.
Sin darme cuenta me quede mirándote y arrugaste la cara. Querías saber que pensaba pero ni yo misma lo comprendía. Me vinieron muchas preguntas a la cabeza que ahora me tambaleaba. Igual que mis piernas cuando intenté caminar. Y aunque no estuviera ebria como quiera caminaría igual. Más me embriaga ver tu cara que cuatro shots del mejor alcohol. Solo imagina que tan ebria estaba, si hacia las dos a la vez.
Mamá te llevo con nosotras a casa porque era muy tarde. Vivías lejos y llovía. Era mejor que te quedaras en casa. Y yo quería que te quedaras. Quería abrazarte, besarte, aunque luego no por que estaba consiente de mi aliento y sabría que no te gustaría.
Pero si algo más no quería yo, que siempre he querido yo, que fueras tu la primera cosa que viera en la mañana. Que cuando me hiciera paso de entre las ramas de la oscuridad y la niebla, yo pudiera ver la cara de un mismísimo ángel al lado mío. Tan pálido y tan bello.
No me di cuenta de que todo lo que pasaba por mi mente lo decía yo verbalmente hasta que escuché un susurro sordo que luego se fue aclarando suavemente.
--- ¿En serio eso es lo que quieres? --- Dijiste mirándome serio. Serio del modo en que miras un rompecabezas. Del modo en que miras la escena de un crimen. No enojado, sino concentrado. Tuve que mirarte mucho para notarlo porque mi vista se borraba. Solo se enfocaba en ti. De vez en cuando.
Asentí. Traté de asentir. Pero se me viraba la cabeza. Era una sensación rara y por alguna razón me dió risa. Y también la forma de tu nariz. Y cómo me miraste cuando la toque. Estaba tán feliz de que vinieras a casa. Casi nunca recibíamos a nadie en casa. Cuidado con mi perro.
--- Zack, contrólate. --- Arrastré las palabras apuntando el dedo hacia la nariz de mi perro. El se sentó mirándome con cariño, esperando que lo besara como siempre lo hacía. Pero no lo hice, solo quería besarte a ti. No quisiera que oliera a perro cuando me besaras. Sí lo hacías.
Me tenías agarrada fuerte contra ti y escuchaba a mamá hablar y reírse contigo. Estaba feliz por eso. Nunca me soltaste. Me gusta. Quisiera sentirte todos los días. Tu brazo por mi cintura, si, todos los días.
--- No puedo creer lo ebria que estas. --- Te reíste mirándome.
--- Aún no eh llorado. No estoy tan ebria entonces. --- Me reí yo también.
Me miraste otra vez como orita. Concentrado. Pensando. Siempre pensando. --- Todo eso que dices, ¿es cierto? ---
---¿Qué cosas, mi amor? --- Dije tendiendo mi cabeza un lado, forzandome por ignorar el chirrido en mi oído derecho.
--- Lo de querer abrazarme y besarme, mis.... "labios hermosos" que tanto te gustan. --- Te burlaste de lo que dije. Y no estaba molesta, yo también me reí.
---¿Qué más dije? --- Solo quería seguir viéndote hablar.
--- Quieres que me quede aquí contigo. --- Miraste tus manos, donde tenías las mías envueltas, jugueteaste con ellas. Puedes hacerlo. Me gusta. Cualquier cosa que hagas me gusta. Arrástrame hasta lo más profundo del infierno mismo.... me gusta.
--- Es verdad. --- Dije asintiendo repetidamente.
Entrecerraste los ojos. ---¿Porqué?---
--- ¿Pues cómo no? --- Dije y sobé tu cara con amor. ---¿Porqué se te hace tan imposible creerlo? ---
Comenzaste a mover tu cabeza lentamente. ---No lo sé...---
No podía creer que mi angelito no se sintiera digno de amor. No hay nadie tan malo que no merezca amor.
--- Creo que, como todo el mundo me advirtió que eras malo, malo, quise comprobarlo. Pero es que, --- Sonreí con malicia.
--- A mi me encanta lo malo. ---
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Lo Que Imagino Contigo
Poetry"Y bueno, todo el mundo, aunque sea una vez.... se volvió loco por amor."