Sinceramente, dudo que pueda existir el amor, o al menos no para mi.
No creo que dos personas puedan llegar a quererse.
Creo mas bien en lo que me hacen sentir, las mariposas que corretean lentamente, con una combinación suave.
De hecho van al compas de la melodía de cada caricia que me das, de cada vez que nuestras miradas se cruzan.
Creo en todo lo que venga del sentimiento, no me valen las promesas, porque como muy bien dicen las palabras se las lleva el viento.
Creo en cada vez que consigues volverme loca.
Creo en ti, tranquilo, porque contigo puedo ser yo, sin mas, sin miedo, puedo ser yo sin sentimientos.
Porque todo es mas divertido si empieza como un juego, y acaba convirtiéndose en un común de instantes, instantes que paran los minutos, instantes que se hacen cortos aun siendo eternos.
Lo supe el día que probé tu debilidad, el día que enredé mis brazos en tu cuello por primera vez, acabando en tu boca, sin un porque.
Por eso no creo en el amor, creo en ti, en lo que me haces sentir, en eso que no se lo lleva nadie, que solo lo tengo yo.