Chapter 1: Introducción

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ESCRITO POR LULEE - ILUSTRACIONES POR PETRICHORIZO

Alexander Hamilton prefería llegar y sorprenderse, pero su genio había podido más que él, como ya era costumbre. A modo preventivo había descargado la versión libre de conexión de la página oficial de King's College, ya que sabía que en el avión no podría acceder a internet. Hubiese elegido ver una pelicula en las pantallas montadas en los asientos, pero el viaje era demasiado corto, no ameritaba dejar una historia a la mitad. En su lugar, llevó un libro en sus manos -otros seis en el equipaje de mano y el resto en la maleta- y la laptop. Aun no estaba muy familiarizado con ella, había sido un regalo generoso de sus benefactores, allá en su natal isla Nieves en medio del caribe. Pensaba darle buen uso una vez que comenzara las clases en Nueva York. Así pues, una vez embarcado comenzó a dar vueltas por la página web, deteniéndose especialmente en las fotos.

Obviamente, a través de una pantalla no más grande que el más pequeño de sus libros difícilmente se apreciaría la belleza del campus, pero ¡Wow! Solo una foto aerea bastó para que Alexander tomara consciencia de lo enorme que era el lugar al que se dirigía. El campus parecía más grande que todo lo que recorrió durante su vida en Isla Nieves.

Frustrado por no haber descargado más información sobre su destino y hambriento cerró la computadora. Esperó por el servicio de comida de la aerolínea mirando por la ventana.

Huérfano de madre a la edad de doce y sin un padre a la vista, su cuidado quedó en manos de la buena voluntad de los isleños, quienes lo instaron estudiar desde el primer día. No tardaron mucho en darse cuenta del prodigio que tenían entre manos. A la casa de su jefe -donde hasta entonces Alexander vivía-llegó la carta que tanto esperaba. Lo habían seleccionado para participar en un curso acelerado en King's College, un programa mundialmente famoso por su prestigio y exclusividad. La noticia llegó a oídos de todos en la isla, lo cual no era de sorprender dado que la isla es minúscula, y el pueblo se organizó para llenar a su hijo más notorio con todo lo que pudiera necesitar en América.

Muchas cosas lo ponían nervioso. Sabía inglés a la perfección, aunque manchado con un poco de acento, y aún asi sentía que no habría un alma que lo comprendiera. En parte con razón. Iba solo, sin un contacto, sin un amigo, solo. Lo único que sabía era que pocos días después de llegar sería citado por el gobernador para que la joya del caribe presentara junto a él un nuevo programa de becas universitarias.

El viaje fue mucho más corto de lo que había imaginado. El anuncio del descenso inminente puso a Hamilton con el corazón en la boca, y no precisamente por el choque del tren de aterrizaje sobre el asfalto. No estaba seguro de que lo esperara alguien en el aeropuerto. La sensación de falta de control sobre la situación lo desesperaba, la velocidad de las noticias no le habían dejado prepararse bien para lo que vendría. Estar poco preparado era un pecado que Hamilton no se permitía cometer. Seguridad aeroportuaria se tomó todo el tiempo del mundo en terminar los protocolos. "Estoy perdiendo todo el tiempo que gané en el vuelo", pensó Alexander. Eventualmente se vio enfrentado a la puerta automática que separa a los amantes que se reúnen, a las familias ansiosas de sus seres queridos, a los choferes contratados por empresas multinacionales de sus importantes usuarios. A Alexander Hamilton esa puerta lo separaba de su vida anterior de carencias y trabajo sobre su espalda de una nueva vida de estudio, prosperidad, promesas y problemas que jamás se vería venir. Pero a Alexander Hamilton no lo separaba de nadie, no habría detrás del cristal esmerilado nadie esperándolo.

Jóvenes, imperfectos y hambrientos. (LAMS AU Universitario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora