Ayer lo vi.
Tan inesperado.
Era viernes por la tarde. Una caravana cultural llegó a la escuela. Había un taller de baile. Mi amiga me invitó, y yo, con demasiada energía por los chocolates que había comido, accedí.
-Buenos días, chicos. Les voy a impartir un pequeño curso de danzas latinas.
Sonaba prometedor, así que entramos.
-Tomen una pareja, vamos ir rotándola y bailaremos.
Fue cuando me tocó el hombro, giré y vi sus ojos. Que hermosos ojos.
Hicimos un paso básico y luego...
-¡Cambio de pareja!
-Nos vemos.
Seguimos aprendiendo pasos y cambiando de pareja, el brazo se queda atrás, roten un cuarto de vuelta, pasen por debajo del brazo, crucen miradas, muevan la cadera. Tantos chicos, tantos pasos hasta que al fin dijo con música y cambien de pareja.
-Hey, vamos a practicar todo juntos.
-Sí, eso parece.
Bailamos, una vuelta, mano en la nuca, giro, cruzamos mirada. Me perdí en el movimiento de sus caderas y el brillo de sus ojos. Que preciosos ojos. Sonreí, él igual.
-¡Cambio de pareja!
Alguien me tomó y me alejó de él. Seguí bailando, cambiando de pareja, pasando por debajo de sus brazo, media vuelta, ahora hacia la izquierda, de nuevo a la derecha, media vuelta, toma sus manos. Todo era monótono hasta volver con aquel chico y bailar libremente.
-¿Cómo te llamas?
Nos presentamos, reímos, tomó mi cintura, me giró, su respiración estaba en mi nuca, aspiraba mi aroma. Volteé, observé sus ojos. Que ojos tan majestuosos. Sonreí, sonrió, mis manos en su cuello, las suyas en mi cintura, movimientos lentos, muy sensual. Sus labios se acercaron a mi oreja, su respiración esta presente.
-Me encantan tus ojos; son grandes y curiosos.
Me estremecí.
-Tus ojos son preciosos; son pequeños y brillantes.
Sonrió aún cerca de mi, cerré los ojos de puro placer, me miró. Vaya ojos. Se cortó mi respiración. Terminó la canción, mis pies aterrizaron en la tierra de nuevo.
-Muy bien. Me dió gusto impartir este pequeño taller y que se hayan divertido.
El momento se rompió.
-Adiós, pequeña. Tal vez nos volvamos a ver.
Dio media vuelta, tomó sus cosas, volteó, me vió, me sonrió, me sonrojé, agité mi mano, me dió una última mirada. Que divinos ojos. Se fué.