Capítulo Único

23 3 2
                                    

Tarde, pero seguro.

Esta es una pequeña historia para celebrar el cumpleaños de Kaito que fue hace ya unos días atrás. Mezclando un poco los universos de ángeles y demonios (Uozumi) y el más reciente de los fantasmas (Kaito) creé con mucha ilusión esta historia... Espero de corazón les guste.

Nota: Para efectos de este fanfic, un alma y un fantasma son prácticamente lo mismo. Un alma estructurada en forma en fantasma.

¡Disfruten!

.

.

Cuando Uozumi Asaki colocó ambos pies sobre la superficie sus amplias alas desaparecieron en seguida. Echó un rápido vistazo a la zona, un bosque frondoso que de no ser por la luna llena estaría cubierto en penumbras, y comenzó a andar. Él, como uno de los veteranos del consejo de ángeles, no tenía el deber de tomar y guiar un alma hacia su camino correspondiente después de la muerte, sin embargo, esta alma se negaba rotundamente a descansar en paz. Varios ángeles fueron por ella, fracasando uno tras otro, e incluso el alma burló cada una de las tácticas que emplearon.

Ahora, Uozumi estaba muy molesto de tener que ocuparse de una básica tarea que no estaba dentro de sus competencias. Pero trabajo era trabajo, por más simple que fuera jamás se negaría a llevarlo a cabo.

Visualizando la casona abandonada en medio del bosque pudo percibir la energía resentida que la rodeada, producto del alma allá dentro cabe destacar, e ingresó de inmediato. Adentro, por supuesto, estaba realmente oscuro pero la luz de la aureola de Uozumi era suficiente para iluminar su camino.

-No tengo mucho tiempo, muéstrate ante mí.-

De pie, en el centro de lo que parecía ser un salón de estar, Uozumi habló fuerte y claro con intenciones de atraer al fantasma. Minutos pasaron y nada sucedió, el ángel sintió su molestia crecer ¿Qué tanto podía provocar una simple alma para que no haya podido ser persuadida por los demás ángeles? Sólo era un alma malcriada que se negaba a seguir con la ley de la vida, de la mismísima naturaleza, y que le estaba robando de su tiempo.

-Váyase.-

Y una voz hizo eco en el salón, sin emoción o si quiera un tono particular. Uozumi cerró los ojos, agudizando sus sentidos, y se movió subiendo rápidamente por las escaleras. Lo había encontrado, no por nada era uno de los ángeles de alto mando, y se lo llevaría con él ahora mismo.

Sin cuidado abrió una de las puertas, vieja y maltratada, y la habitación se iluminó con su luz. Buscó con la mirada, con sus propios sentidos por sobre todo, y lo encontró... Un fantasmita redondo y opaco, bastante pequeño, que se escondía entre la oscuridad de una de las esquinas ¿Era ese el fantasma que tanto problemas le generó a los demás? Inaudito.

No esperó que, al dar un paso al frente para capturarlo, el suelo cediera rompiéndose en pedazos. Claro, Uozumi liberó sus alas y se mantuvo en el aire como si nada... Así que el fantasma era muy travieso.

-Soy diferente a los demás ángeles que han venido por ti. No lo hagas más difícil y ven conmigo.-

-No.-

La respuesta fue instantánea, como si no hubiera escuchado alguna de sus palabras, y las cejas de Uozumi se fruncieron. Se decía que los ángeles eran amables y pacientes, siendo tan buenos allá en el mundo de arriba, pero Uozumi era realmente particular... Un ángel enojón, como muchos jóvenes le llamaban.

Entonces, el fantasmita voló en su dirección y una luz lo rodeó, alargándose después. Cuando Uozumi pestañó notó a una figura frente a él, el blanco brillante aún lo rodeaba pero ahora era un poco más alto, por decirlo de algún modo. Y al fijarse en el azul de los obres contrarios, Uozumi se mantuvo callado. La energía a su alrededor cambió también, volviéndose ahora más melancólica...

Sentimientos EncontradosWhere stories live. Discover now