Capítulo tercero

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William cogió una botella de vino de la bodega de sus padres y caminó con gran decisión hasta la casa de sus nuevos vecinos, llamó al timbre y esperó muy sonriente.

Tras unos minutos, la puerta se abrió y apareció una sonriente mujer.

—Hola muchacho, ¿Qué deseas?.

—Hola señora...me llamo William Tomlinson y vivo en esa casa de al lado—dijo señalando con el dedo— vengo de parte de mi familia para darles la bienvenida—entonces éste mostró la botella de vino como presente.

—Oh vaya eres encantador... dale las gracias a tu familia—dijo esta cogiendo la botella y mirándola— yo soy Anne Styles pero pasa, no te quedes ahí.

La mujer se hizo a un lado y William triunfante entró maliciosamente pues su plan había resultado a la perfección y ya estaba dentro.

—¿Cuantos años tienes William?—preguntó la mujer indicándole el sofá amablemente.

—Tengo dieciocho años, señora Styles.

—Anne por favor...oh vaya, mis hijo mayor también tiene dieciocho.

El pelirrojo sonrió triunfante, le parecía imposible que tuviese tanta suerte.

—¿Solo tiene un hijo?, nosotros somos tres— dijo fingiendo curiosidad pues él ya sabía que tenía una hija también pues los había visto bajarse del coche desde du habitación, cuando llegaron.

—No...no, tengo dos hijos, Harry que tiene tu misma edad y Gemma que tiene dieciséis.—dijo Anne sonriendo pues le agradaba la aparente amabilidad del pelirrojo.

—Sabes pues mis hermanos también tienen dieciséis, ellos son mellizos.

—Oye pues que bien, así Gemma no se sentirá tan sola, a ella le preocupaba el que aquí no hubiese chicas de su edad.

De repente se oyeron apurados pasos pasos procedentes de las escaleras, entonces la mujer se levantó de su asiento.

—Venid chicos, tenemos nuestra primera visita.

Un hermoso chico de ojos verdes y un blanquecino y esbelto cuerpo, junto una hermosa chica.

—Hijos... este es William y es uno de lo hijos de los vecinos.

— Hola, este es mi hermano Harry y yo soy Gemma. Me gusta mucho tu pelo rojo—habló la chica, al ver que su hermano se presentaba.

—Gracias, la verdad es que suelo cambiar a menudo de color, aunque creo que este es el que mejor me va. Tengo mucho éxito y además me da mucha suerte—dijo el pelirrojo guiñándoles uno de sus hermosos ojos azules.

El ojiverde tan solo hacía repasar con la mirada una y otra vez al pelirrojo, sin decir una sola palabra pues estaba maravillado por lo increíblemente atractivo que era William.

El ojiverde tan solo hacía repasar con la mirada una y otra vez al pelirrojo, sin decir una sola palabra pues estaba maravillado por lo increíblemente atractivo que era William

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Finalmente los hermanos junto al pelirrojo, se sentaron cómodamente en el amplio sofá, mientras Anne se fue a la cocina para buscar unas bebidas y así continuar con la charla.

23. Un novio de mentira. L.S (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora