56. Secretos y verdades

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Mathias cierra la puerta de su habitación y se sienta en su cama junto a mí

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Mathias cierra la puerta de su habitación y se sienta en su cama junto a mí. Me queda mirando para que empiece a hablar, pero lo único que salen son lágrimas. Me abraza y lloro en su hombro.

—Soy un mounstro —es lo único que logro decir. Mathias deshace el abrazo y me mira fijamente.

—No, no lo eres. Sea lo que sea que hiciste, no lo eres. Eres una persona increíble. Debes saberlo.

—No es lo que piensas... —mi vista viaja hasta la habitación vacía de Emily y vuelve hacia mi amigo— Te lo explicaré todo, pero prométeme que mantendrás la calma.

—Eh... Si. Lo prometo —se asusta un poco al oírme tan serio.

—No digas nada hasta que termine y mucho menos huyas. Soy incapaz de dañar a mis amigos —este asiente haciendo mil conclusiones en su mente, y puedo comenzar a sentir su preocupación.

Tomo aire suavemente y lo boto para prepararme. Nunca había tenido que contar mi secreto, dado que para mis alrededores era normal ser como soy, ya que todos eran iguales.

—Yo no soy un simple humano como muchos piensan —comienzo a hablar— ¿Has escuchado hablar de lo sobrenatural en las películas o cuentos? —Asiente extrañado— Bueno, no solamente existen ahí. También en la vida real. Mathias, yo soy uno de ellos. Un sobrenatural. Soy un hombre lobo.

Sus ojos se abren como plato. Piensa un poco si le estoy bromeando, pero dada la situación lo descarta y cierra sus ojos con fuerza intentando tragar cada palabra.

—Sí, esto es muy real —hablo llamando su atención— cambio mis pupilas a las anaranjadas de lobo y saco mis garras cuidadosamente sobresaltándolo—. Soy este mounstro. La misma especie que asesinó al hermano de Emily. Lo que no todos saben de nosotros es que no todos somos malos. Hay algunas manadas que son corruptas y hacer cosas que no debemos. Como lo que acaba de pasar.

Le comento un poco más de mi vida incluyendo la verdad de Miriam, hasta lo sucedido hoy y la manera en la que se enteró.

—...se asustó, ya que recordó al mounstro que mató a su hermano. Era uno de nosotros... Un mounstro —sollozo la última palabra.

—No eres un mounstro —habla Mathias de la nada, interrumpiendo el silencio que se había generado— Sea lo que seas no eres un mounstro. Tal como lo dijiste, eres un hombre lobo. Quizás me costará mucho asimilar estas cosas, pero... ¿Has fingido ser amable? ¿Has fingido las risas cuando estás con nosotros? ¿Has fingido tu amor por Emily? O más simple, ¿Has fingido tu personalidad y forma de ser?

—No —niego con temor— con ustedes he logrado ser quien soy realmente.

—Entonces no eres un mounstro. Lo importante es lo que eres internamente, no tu apariencia ni tu "sobrenaturalidad". Cuando podamos, te acompaño a hablar con Emily. Hay que hacerla entrar en razón, no tiene por qué temer.

—Gracias —le doy un corto abrazo.

—Ahora necesito que me cuentes bien todo esto, y me expliques si se asimila con lo que cuentan en las películas.

—Bueno, para empezar, si nos dividimos en manadas...

(...)

Oigo de lejos cerrarse una puerta. Miro el reloj de mi celular que había dejado a mi lado cuando me dormí, y noto que son las 9:30 de la mañana.

Miro a Mathias a mi lado y también estaba dormido. Y es cuando recuerdo bien la cerradura y me doy cuenta que no fue de esta casa.

Me apresuro a mirar por la ventana, pero ya era tarde. El carro del padre de Emily había partido, con ella en él.

—Mathias —lo nuevo un poco para que despierte— Amigo. Emily, ¿para dónde debía ir?

—Uhm... —comienza a moverse en su cama y abre lentamente sus ojos— ¿Quién? —pregunta adormecido.

—Emily ¿Para dónde va?

—Celebra todos los año nuevo con sus abuelos —se estira y bosteza, haciendo que también lo haga yo— pero vuelve en la noche al día siguiente, para la junta que hacemos siempre.

—¿Crees que vuelva? —Pregunto preocupado.

Mathias se encoje de hombros y se acomoda para seguir durmiendo.

Tomo mis cosas y le aviso a mi amigo que me iré al pueblo para ver cómo había acabado todo con la guerra. Durante el camino, rogando que todo esté bien.

Le pregunto a uno de los guardias que estaban por ahí cerca limpiando algunos rastros, sobre cómo había salido todo. Me comentó que habíamos ganado y un alivio inmenso recorre mi cuerpo.

—¿Y Andy? —Le pregunto a mi padre una vez que llego a su lado— no estaba en su cuarto.

—Hijo... —comienza a hablar y mi corazón se estruja— No, no ha muerto.

—Lo dices como si lo hará.

—Lo llevaron a la manada curatoria. Aquí no teníamos los implementos necesarios para salvarlo. Está muy grave. Fue con su padre.

—Lo sé. La enfermera me dijo que lo habían envenenado —mi padre asiente con tristeza. Suelto un gran suspiro.

—¿Arreglaste las cosas con Emily? —Niego— ¿Pudiste que sea hablar con ella?

—No. Llega mañana en la noche. Mathias ya sabe la verdad sobre quién soy —se sorprende pero se calma.

—Hicistelo correcto en decirle. Es tu amigo y te puede ayudar —me apoya.    

Tu secreto descubierto [#TSD1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora