Vómitos y Sorpresas.

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Ana.


Me mira de arriba para abajo, como siempre lo hace. Pero, esta vez lo noto nervioso, desvía la mirada y vuelve a mirar. Recién recuerdo que lo único que llevo es mi ropa interior.

Pero me da igual.

Me acerco a el lentamente, estoy empapada de agua, mi cabello se pega a mi cuerpo como si fuese posta-litas. Noto como Daren se tensa ante mi cercanía.

—Tu!— digo señalando y tocando su pecho con mi dedo. —¿Po' que' me miras tanto?— Arrastro la voz. Tengo que levantar el rostro para mirarlo, es mas alto que yo. —¡¿Soy fea?! dime la verdad!— Prosigo acercándome mas. Él cierra los ojos y respira profundo, como si estuviera probando su paciencia, para volver a su mirada fría e inexpresiva. Me agarra de la muñeca.

—Estás borracha.— Susurra, mas para él que para mi. 

—Tus ojos son tan lindos.— Digo embobada, mirando sus ojos azul claros.

—No..—dice volteando su rostro—.Te pegues tanto—Para luego enfocarse en mi otra mano—. Y ya no bebas esa porquería— Me quito la bebida de mi mano para tirarla en el fregadero.

—¡Oye!— me quejé—Eso era...— Pero algo se revolvió en mi estómago, de repente me sentí mareada y con muchas náuseas. Lo miré—Quiero vomitar.

Daren abrió los ojos como platos. —¡Ay no! Aquí no— Me sujetó del brazo y no sé como llegamos tan rápido al baño. 

Me hinqué y comencé a expulsar todo lo que había comido y bebido. La cabeza aún me daba vueltas. Me iba a levantar para limpiarme, pero una mano me extendió papel, miré hacia arriba y era Daren, me ofrecía papel mientras miraba para otro lado. Lo miré desconcertada.

—¿No me miras porque estoy desnuda? ¿O porque estoy llena de vomito?— Le pregunté. Sintiendo como si la borrachera se fue con mis vómitos por el escusado.

—Por las dos cosas.— Dijo aun sin mirarme. 

Asentí y tomé el papel que me ofrecía. Se iba a marchar pero mi voz lo detuvo.

—Ves que yo puedo ser cool, como ustedes...— Me senté en el piso, afincando mi barbilla sobre mis rodillas, por alguna razón no quiero que se vaya, así que trato de buscarle conversación. Daren me miro de arriba a bajo con el ceño fruncido. 

—¿Cool?— Preguntó—.Estas loca— concluyó, dispuesto a emprender su camino.

—Daren...— Me atreví a llamarlo de nuevo. Él volteó mirando con el ceño fruncido. 

No es que haya dejado de mirarme así todo el rato, pero ahora es mas prominente.

Siento la leve impresión de que no le gustó que lo llamara por su nombre.

¡¿Como diablos piensa que lo llame entonces?!

—Puedes llevarme a mi casa?—dije mirándolo fijamente. Él solo se inmutó a mirarme.

—Perdón... fui muy atrevida.—Y me fui dispuesta a buscar mi ropa, pasándole por el lado.

Me vestí, me senté en una silla afuera en la piscina para que se me pasara el mareo. Hablé un poco con Elena y con Tiara.

Bueno, ellas hablaban, yo solo escuchaba y asentía.

Cuando sentí que la cordura estaba regresando a mi, me despedí de todos y me marché. Cuando salgo a la entrada veo a Daren apoyado de su convertible negro. Lo miré sin saber exactamente que decir.

—Sube.—dijo seco mientras entraba a su auto, lo miré enojada.

¿Es bipolar o qué?

Me subí casi inmediatamente.

Miraba a través de la ventana, las diferentes casas que dejábamos a gran velocidad. No estoy 100% cuerda pero siento como Daren me mira de reojo.

Debo estar horrible.

Tenía ganas de hablarle, pero siento que ya ha sido demasiada interacción con Daren el día de hoy.

Llegamos más rápido de lo que pensé.

Le agradecí sin siquiera mirarlo, solo quería dormir. Caminé hacia la entrada, y cuando estaba a punto de entrar las llaves en el picaporte, alguien abrió la puerta desde adentro. 

Mi madre.

Debería estar asustada. Pero mi reacción fue asombro.

Llevaba un vestido rojo potente de seda, que se ajustaba totalmente a su cuerpo. Llevaba un maquillaje super atrevido.

—¿A dónde vas?— Le pregunte muy curiosa.

—¡Mas bien de donde vienes tu?!— respondió molesta.

—Estaba en casa de un amigo, vive aquí en la vecindad.— dije aun sintiendo un ligero mareo. Mi madre me miró, pensando si creerme o no. —Es verda!— Alegué, si quieres pregúntale a...— Pero cuando me di la vuelta, ya Daren no estaba.

¡¿Pero que?!

Ni si quiera escuche el motor arrancar...

—Mañana hablamos—Dijo mi madre arreglando su cabello corto estilo Kris Jenner. —Inmediatamente entre a mi casa, cerré la puerta con seguro, fui directo a mi habitación, solo me quité los tenis, y me tire como si mi cama fuera lo único que tengo en la vida.

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Simple Y Complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora