Desde sentimientos ordinarios a colapsos mentales

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Capitulo 1:

Caminé por la solitaria acera. Me dolía a sobremanera el pecho. Las calles se veían nubladas a pesar del gran sol que se imponía ante la cuidad - estúpido - Me repetía constantemente como si fueran las palabras de una madre "no olvides la leche" y vas repitiéndote esa frase todo el camino para no perder la conciencia.

Me pesaba el cuerpo, estaba cansada... por suerte o desgracia las clases habían terminado mucho antes. No nos habían dado muchos motivos del porqué, pero con todo el caos y locura de la gente se esperaba cualquier cosa.

Llegué al semáforo que me separaba de mi tan esperado hogar. A pesar de que estaba en verde, no crucé. Venía un vehículo a toda velocidad desde la dirección contraria ¿Qué le pasaba a la gente últimamente? pudo venir una anciana o aún peor una mujer embarazada o un niño que jugaba con una pelota. Por suerte solo era yo.

Crucé esperando que no hubiera ningún estúpido más y me esperaba la puerta abierta. El auto rojo carmesí en el patio me dio a entender que mi madre ya había llegado.

Me interné en esas paredes reconfortantes y los ojos de mi madre se hicieron ver.

- ¿Qué paso hija? ¿Por qué traes esa cara? ¿Por qué diablos no contestabas tu celular? ¿Acaso no te he dicho antes? el mundo está como loco y a ti se te da el lujo de ir por ahí sin decirle a tu madre - me extorsionaba con preguntas buscando mi mirada.

Instantáneamente me lance a los brazos de mi ella buscando ese consuelo y cariño que todos queremos tras sentirse deshechos.

Omitió toda palabra, cerré mis ojos con fuerza esperando que todo fuera un sueño y no estuviera humillándome así frente a la mujer que más admiraba. Pero fue inútil, choqué con la realidad de frente y me azotó contra la fantasía, volviendo a traerme a la realidad. Una forma cruel de hacerme ver lo tonta que soy. Mi madre me llevó hasta mi habitación en donde me acarició el cabello mientras tarareaba algo... todo se veía borroso... Una sensación extraña pero agradable.

El molesto sonido del teléfono de mi madre me despertó. Pero no me moví ni hice gestos de haberlo hecho. Me quedé ahí quieta, esperando que ella terminara de hablar para volver al sueño.

- Esta aquí conmigo llego exhausta y ahora está durmiendo ¿quieres hablar con ella? - Seguramente era Rodolfo, mi hermano mayor. Lo veía poco, pasaba en casa de su novia o en la de sus amigos, se podría decir que hasta lo veía solo una vez en la semana con mucha suerte.

Entonces me moví rápidamente para quitarle el teléfono de las manos a mi mamá

- ¿Ro? ¡Soy yo, Cinthia! - grité emocionada, siempre hablar con mi hermano me hacía sentir mejor.

- Hola enana ¿cómo estás? - ese hermoso "elogio" lo escuché un poco desanimado, como si algo mas importante estuviera sucediendo.

- ¿Bien y tú? Dijiste que vendrías con tu novia a cenar. ¿A qué hora vienes? - me apresuré en preguntar

- Lo siento mucho pero... - no... Ya sabía por dónde iba. Él no iba a venir. - no voy a poder ir - Lo sabía - la mamá de Sofía está muy mal, quizá no pase esta noche. Estoy peleando con los doctores para que la ayuden pero la mitad se fue antes y el resto solo corre para todos lados guardando cosas y ayudando solo a los niños y gente con menores daños. - Sonreí melancólicamente y asentí como si él fuera a verme.

- no te preocupes... solo procura que tu novia no se sienta mal. Recuerda que quiero ver a mi sobrino jugando y no en un ataúd - Estaba molesta, quizá gracias a eso me ponía más dura de mente. Me golpeaba mentalmente por mi reacción.

- Pequeña... tienes que entender que... olvídalo. Quiero que hagas algo por  mí antes de que cuelgue. Cuida a mamá y nuestra hermana. Cierra las puertas, ventanas, todo. Escóndanse... enciende la televisión. Ahí verás lo que pasa - Noté preocupación en su voz, pero por el momento no me importaba. Si mi hermano dijo "cuida a mamá y a nuestra hermana" pues que no se diga más.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2014 ⏰

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Condenados a muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora