capítulo 15

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*NARRA NINA*

Londres es hermoso,sus construcciones, su gente, sus tradiciones y comida.

Cuandollegamos al hotel me sorprendí ya que era un lugar muy grande yelegante. Cuando llegamos, nos dieron un carrito para poner nuestrasmaletas. La recepción era enorme y elegante, en esta se podía vergente de un lado al otro, con los carritos para las maletas.

Los padres de Gastón fueron a pedir los cuartos, mientras nosotros nossentábamos en un sillón, que se encontraba cercas.

- Nos la pasaremos muy bien, ya verás – dijo tomándome de lamano.

- Si – dije recargándome en su hombro.

- ¿Ally?

- ¿Qué pasa Gastón? – dije volteando paramirarlo.

- Yo... te quiero decir que – dijotartamudeando – En es-este tie-tiempo de conocernos, y-yo.... Ehempezado a... Ah sen – No alcanzo a terminar por que su madre lointerrumpió.

- Chicos, ya están listos los cuartosustedes en la habitación 512, tomen sus llaves – dijoentregándonos una a cada uno.

El hotel constaba de 3 edificios, así que todas las habitaciones, estaban repartidas entreestos. Nuestro cuarto, se encontraba en el segundo edificio, así quesalimos. En este edificio teníamos que subir hasta el piso 5 para poder llegar.

La reservación que había hecho la madre de Gastón, consistía en dos cuartos – con dos camas, o al menos esosupongo yo – Los padres de Gastón, se encontraban en el cuarto deal lado de nosotros. Así que ellos se dirigieron a su respectivo lugar, dejándonos a Gastón y a mí solos en el pasillo.

- Anda, abre la puerta – dije haciendo una seña con la mano hacíala puerta.

Saco la llaves de su pantalón y abrió la puerta.¡WAU! La habitación era hermosa, tenía un pequeño balcón, en elcual se podía ver todo Londres. Era tanta mi emoción por aquellaimpresionante vista, que no vi que solo había una cama, y otroproblema, era que no había sillones, solo sillas y una pequeñamesa, al igual que un refrigerador.

- Gastón – dijellamándolo. Él había puesto las maletas en el suelo y estaba sacando el carrito al pasillo.

- ¿Qué pasa? – dijoentrando al cuarto.

- Solo hay una cama – dije apuntandoa esta.
Por lo visto, él no lo había notado.

- Por el momento no te preocupes, por eso de la cama – dijo – Ven –me tomo de la mano – vamos a cenar.

Salimos del hotel –aun agarrados de las manos – y nos dirigimos a una tienda cercana ycompramos un bague para los – ya que son enormes – y dos refrescos. Nos sentamos en una banca donde se podía admirar Londres y partimos en bague.

La cena estuvo increíble, no la pasamoshablando de lo que queríamos ser cuando seamos grandes, entrealgunos chistes. Yo trataba de poner atención en ellos, pero me eraimposible, no dejaba de pensar en lo que pasaría hoy en la noche.¿Tendríamos que dormir los dos en la cama juntos?

Supongo que el destino escucho mis pensamientos, por más privados quefueran. Pues lo que supuse en verdad paso, Gastón y yo dormimos en la misma cama, pero envueltos en colchas diferentes; por suerte yo habíacargado una pequeña manta. La cual después de tanto discutir se laquedo Gastón, ya que insistía en que yo me quedara con las mantas dela cama, ya que eran más calientes y la noche era fría.

Yo hubiera podido haber dormido en el suelo con mi mí manta y unalmohada. Pero claro, Gastón se negó a esto, él se iba a ofrecer a dormir en el suelo, pero yo no era ninguna desconsiderada y tampocolo deje, así que después de una hora y media pelando, decidimosdormir juntos.

*

La noche pasaba muy lento, no podíadormir y apenas era la 1 de la mañana. Un motivo de mi insomnio era Gastón. Creo que tienen razón con eso de decir "Mi insomnio tienenombre y apellido" pues el mío lo tenía. Gastón no dejaba de toser y estornudar y cada 15 minutos se levantaba a sonarse las narices.

- Austin – lo llame.

- ¿Hum?

- ¿Te sientes bien?- pregunté

- No – dijo con voz mormada.

Me levante y prendí la lámpara de mi lado.Empecé a buscar en mi maleta un ungüento para que le abriera lasnarices y pudiera respirar, unas patillas para la gripe y un jarabe para la toz. Le pase un vaso con agua para que se tomara la pastilla.Mientras yo le desabroche los primeros botones de su pijama, lo cuallo tomo por sorpresa.

- Tranquilo – le dije con voz burlona – no pienso sobrepasarme contigo – reí.

Abrí el ungüento y tome un poco para ponerlo en su pecho. Cuando el ungüento toco su piel él se estremeció "esta frío" dijo. Lo cual hizo que riéramos. Cuando acabe de untarlo le abroche el pijama.

Apague la luz y me volví a acostar, pero Austin seguía temblando.

- Gastón- el volteo – Ven – dije retirando las sabanas para que entrara, el trato de renegar pero no lo deje – No me importa, ven.No permitiría que te enfermaras.

Después de unos segundos derenegar por fin decidió meterse a la cama conmigo. Quedamos cara a cara.
El paso su brazo bajo mi cabeza y yo me acurruque a supecho, y con su otra mano me rodeaba la cintura. Podía oler superfume, ese el cual me volvía loca.

Empezó a acariciar micabello con la mano que tenía bajo mi cabeza y yo volité paramirarlo.

Nos miramos a los ojos, esos ojos, en los cuales me podía perder durante horas. Aquellos que hacían que sintieramariposas en el estómago. Puede ver que la mirada de Gastón pasabade mis ojos a mi labios y así estuvo hasta que se acercó un poco más a mí, pero después se detuvo, como esperando a que yo no lo dejara besarme, pero no lo hice. Sí. Quería que me besara.

Al fin Gastón decidió romper ese espacio que había entre nosotros y me beso. Sus labios estaban frío a diferencia de los míos, lo cualhizo que al juntarlos me estremeciera, pero no rompí el beso. Era un beso tierno – no de esos apasionados que se dan en las novelas, nitampoco de los que duran una hora – sino uno delicado, muydelicado. Un beso que demostraba lo que sentíamos el uno por el otro. Amor.

Cuando el beso termino, en la penumbra pudedivisar una sonrisa en la cara de Gastón. Yo también sonreí y mevolvía acurrucar en su pecho para dormirme con una gran felicidad.

Eres mi medicina (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora