Esta es la tercera vez en la semana que visito la cafetería de tu calle, esperando con ansias verte, y tan sólo estamos a Martes.
Mis mañanas y mis tardes transcurren en este lugar desde que desapareciste de mi vida, sin dejar rastro alguno además de la incurable herida en mi corazón.
Sigo teniendo la esperanza de verte aparecer por la puerta, siete minutos tarde como tenías por costumbre a pesar de que vivías justo al lado del local; y de que traigas en tu mochila un batido de fresa, porque odiabas el de chocolate, para tomarlo, contradictoriamente, con el muffin de chocolate que el dueño de la cafetería siempre reservaba para ti.
Según tú, adorabas el sabor empalagoso del chocolate fundido en tus papilas gustativas, pero jurabas que era incluso mejor cuando se mezclaba con el sabor sutil de la fresa.
¿Y sabes qué?
Tenías razón; probé esa combinación tantas veces de tus labios que he perdido la cuenta.¿Lo recuerdas, SeungKwan?
Todas las veces que proclamaste la mesa del fondo como tuya, como nuestra; y tu pequeña manía de siempre sentarte en la silla izquierda para observar a las personas que ingresaban y abandonaban tu lugar favorito en el universo; pero ahora que tú lo has abandonado, dime...¿Cuál es tu nuevo lugar favorito en el universo?
¿Sigues tomando los muffin de chocolate con batido de fresa?
¿Alguien más tuvo la oportunidad de probar el sabor de tus besos?
¿U otra persona pudo experimentar el placer de observarte observar a la gente que iba y venía de la cafetería?
¿Cualquier ser humano tuvo la paciencia de esperarte siete minutos diarios a que llegases a una cafetería?
¿Quién ocupa ahora el puesto derecho de tu mesa?Todavía tengo grabado en la mente y en el corazón cuando, mirando al suelo, pronunciaste las palabras que más me han roto jamás.
"¿Sabes, Hansol? Los momentos felices no duran demasiado".
Me gustaría decir que escuché a mi corazón quebrarse, pero, sin embargo, no fue así en lo absoluto.¿Quieres saber que se siente cuando rompen tu corazón?
Nada.
No se siente absolutamente nada.
No escuchas un crack que determina el momento justo en el que todo se desmorona dentro de ti.
Tampoco un dolor intenso que te roba el oxígeno de los pulmones y llena de lágrimas tus ojos.Se siente vacío.
Es como morir en vida.
Caes en coma estando consciente.
No sientes, no ves, no vives.
Pero respiras y escuchas todo con claridad...Son las 20.30 PM. y están a punto de cerrar; estoy sentado en la mesa del fondo, exactamente en la silla derecha, reservando la izquierda para ti.
Hay un muffin de chocolate intacto enfrente de dicha silla, junto a un vaso con batido de fresa.
Salgo un segundo del lugar y vuelvo a entrar cada siete minutos, esperando a que entres.
Entro, espero siete minutos por ti, salgo.
Entro, espero siete minutos por ti, salgo.
Y así en un bucle constante, infinito, eterno.Sigo teniendo la esperanza de que algún día, después de tanto esperarte, ocupes otra vez tu lugar a la izquierda de la mesa del fondo de tu lugar favorito en el universo.
Sigo soñando con probar de nuevo tus besos con sabor a chocolate y fresa; con poder observar una última vez los pequeños lunares, que como constelaciones, cubrían tu rostro; con volver a escuchar de tus labios todas las palabras tiernas que alguna vez me dedicaste.
Sigo soñando con que vuelvas a mí.Hoy, he aceptado nuestro destino, tú no vas a volver a esta cafetería y yo voy a seguir esperándote como un idiota en ella.
Porque no puedo olvidarte.
No puedo dejarte atrás.Y si hay algo que quiero que sepas, Seungkwan, es que puede que te odie para siempre, pero nunca te amaré menos.
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Coffee Shop // [VerKwan].
Fanfiction"Puede que te odie para siempre, pero nunca te amaré menos".