Tu último suspiro.
La última gota de vida, tu esencia se fue.
¡Ay, ay, ay!
Las lavandas te hubieran gustado en vida, lo sé, adornare la cuna de la muerte con ellas, serás feliz por al menos unos segundos.
Sigo amandote, ¡si supieras cuando te amo! ¡cuánto he sufrido!
Y, veré tu rostro bañado en una cálida luz solar, observando infinitamente nubes imaginarias, perdido en el limbo.