Capítulo 1: Te amo.

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        El resto del corto día pasó realmente largo para Bianca, Ann y Louis.

Ann no se dignó a salir de su habitación hasta las diez de la noche, sin hacer nada más que llorar en silencio y odiar al mundo.

Cuando los tres se sentaron en la mesa para cenar una simple sopa, todos estaban mucho más relajados aunque no mencionaran palabra alguna.

Eso tranquilizó a Louis; significaba que ninguna de las dos le reprocharía nada.

Cuando Ann notó como un cálido rallo de sol, caía sobre sus ojos, fue cuando reaccionó y se levantó de la cama percatándose de que debía ir cuanto antes a la Boutique de la señora Eloise.

Al mirar por la ventana también se dio cuenta de que tan solo estaba amaneciendo y, que le daría tiempo a peinarse un poco y a maquillarse lo suficiente para que no se notase demasiado las dos ojeras moradas que se acunaban en sus ojos azules.

Fue al cuarto de baño intentando no despertar a nadie con el chirrido de la puerta al abrirse; pretendía lavarse la cara.

Dado que la puerta del cuarto de baño está en frente de la del salón, Ann pudo ver que Louis ya estaba despierto y vestido para marchar al trabajo.

Ésta frunció el ceño ya que sabía que tenía que marcharse temprano pero tampoco a las seis y media de la mañana.

Louis se percató de su presencia.

Ann se metió en el cuarto de baño haciendo caso omiso a la mirada de curiosidad de Louis.

Cuando se lavó la cara se sentó al lado de su futuro cuñado.

-Deja de mirarme, parezco un ánima.-Dijo de mala gana Ann, observando que no se había quitado el camisón y que tampoco se había colocado el cabello para que quedara algo más decente.

Louis rió mientras le colocaba algunos mechones revueltos en su sitio y se quitaba el cigarro de la boca.

Ann se quedó mirándolo.

Aunque se hubiese quedado algo atolondrada con la reacción de Louis, se pudo dar cuenta de la risa triste que tenía aquella mañana.

-¿Te sucede algo?-Preguntó Ann con un hilo de voz.

-No, nada...-Respondió sin esperarse en disimular felicidad.

Suspiró.

La chica le siguió; ella no estaba mucho mejor de ánimos que él.

-Venga Louis no sería la primera vez que me cuentas algo.-Dijo intentando animarlo con una pequeña sonrisa.

-Es tu hermana, como siempre.-Respondió cabizbajo. No era la primera vez que se sentía así por culpa de Bianca, y tampoco es que fuese una novedad.

-¿Qué sucede con ella de nuevo?-Preguntó Ann resaltando las dos últimas palabras para dejar claro que odiaba tener que hablar de ese tema de nuevo.

Hasta a las seis y media de la mañana tenía que tener metido en la cabeza los problemas de Louis y su hermana.

-No sé.-Respondió Louis al borde del llanto. ''Es normal, yo también lloraría si fuese el novio de mi hermana'' pensó Ann sin pronunciar ninguna de aquellas palabras.-yo la amo.-Decía mientras a Ann le daba un pequeño escalofrío que la dejó aturdida de dolor.-ella sin embargo...

-Lo dices por lo de las habitaciones repartidas ¿verdad?-Dijo Ann. Ya le había dado tiempo suficiente a conocer tanto a Louis como a su propia hermana.

Éste desvió la mirada del suelo para posar sus ojos en los de Ann

-Sí, y no lo comprendo. Me insistió en que tuviésemos habitaciones separadas, pensaba que este viaje ayudaría a que se mostrara más cariñosa, me desvivo por su felicidad y ni si quiera se molesta en agradecerlo ni con un simple beso.

La otra cara de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora