օռɛ aռɖ օռʟʏ

13 2 2
                                    

- ¿Estas seguro de esto, Harry? - Preguntó nerviosa acomodando su vestido con las manos temblando con nerviosismo.

- Claro que sí, cariño, quiero que todos envidien a la mujer que tengo a mi lado. - Le sonreí con confianza mirándola a los ojos. Jamás me cansaría de ver aquellas perlas color miel.

Luego de toda una tarde de indecisiones, preguntas nerviosas y respuestas, logré convencerla de que me acompañara al afterparty de la premier de Dunkirk, la primer película en la que había actuado. Sabía, sin embargo, que todos los medios estarían pendientes de nosotros, y mi único miedo era que ella no se agobiara por toda la atención, sino que disfrutara la noche, y que yo, pudiera presentarla formalmente como mi novia.

Era algo tarde, ella se preguntaba qué usar, si el vestido negro o aquel otro color vino, con qué zapatos combinarlos. Se pregunta si alguien notará que no son de algún diseñador súper exclusivo, si le dirán que estaba mal vestida, si hablarán de ella riendo a sus espaldas. Trato de tranquilizarla, le aseguro que todo estará bien, que todas las mujeres sentirán envidia de su belleza, y que nadie fijará su atención en el diseño de su vestuario.

Se decide por la primer prenda, un vestido corto negro, sencillo, sensual y elegante al mismo tiempo, sólo como ella puede lucirlo. Se maquilla con todo su empeño tratando de imitar algún look que ha encontrado en internet sin permitir que mi estilista ponga un solo dedo sobre ella. Quiere hacerlo ella misma, y la amo por eso, por esa tenacidad que roza la obstinación.

Luego cepilla su largo cabello rubio, dejándolo caer por su espalda dándole un toque fresco y natural a todo su atuendo. Está hermosa, como solo ella sabe hacerlo, acierta en cada elección de su look.

Sonrío al verla pensando en lo afortunado que soy de tenerla a mi lado. Ella se da un último repaso mirándose al gran espejo de la habitación de hotel que compartimos, y que ahora está llena de personas de mi equipo que corren de un lado hacia otro para prepararme a mí.

- ¿Luzco bien? - Me pregunta aún insegura con sí misma.

- Luces maravillosa esta noche, amor. - Le sonrío tratando de brindarle algo de seguridad sobre su apariencia, aunque por mí podría estar usando un costal de vegetales que seguiría siendo la mujer más hermosa sobre la tierra, simplemente no podía despegar mis ojos de su anatomía.

Salimos del hotel tomados de las manos, charlando sobre alguna otra cosa e intentando no pensar en el alboroto que se generará cuando lleguemos a la fiesta, y nos montamos en el coche.

- Harry... - Dice ella mirando sus uñas. Giro la cabeza hacia ella para escucharla con atención.

- ¿Cariño? - Puedo notar sus nervios a la distancia. Se veía tan dulce así de nerviosa.

- ¿Estás seguro de que esto es una buena idea? Es decir...yo puedo esperarte en el hotel, amor... - Tomo su mano y le doy un apretón tratando de ser reconfortante.

- Claro que no Valerie, te quiero conmigo, quiero compartir este momento contigo. Además... - agrego - estás hermosa esta noche. - Ella sonríe con las mejillas algo sonrosadas y asiente.

- Está bien. - Suspira. - Confío en tí. - Dejo un pequeño beso en su mano. - Pero si tengo un ataque de pánico en medio de una entrevista, será tu responsabilidad. - Dice bromeando, y suelto una carcajada al aire por sus ocurrencias.

- No pasará nada amor, y si sucede, prometo compensarlo luego. - Le respondo con un tono meloso y más dulce, guiñando un ojo en su dirección.

Llegamos al lugar de la fiesta, le dedico una última sonrisa, y bajo cuando me abren la puerta del coche. Freno unos segundos para acomodar mi traje, y estiro la mano hacia adentro para ayudarla a bajar. En el momento en que ella se acomoda a mi lado recuperando el equilibrio en aquellos tacones, todas las miradas y las cámaras están enfocadas en nosotros. Tomo su mano con firmeza, le sonrío y avanzamos entre un mar de gritos, flashes y preguntas.

Ella mira hacia el suelo evitando hacer contacto visual con nadie, y tratando de no ver a ninguna cámara. Los paparazzis se vuelven locos al verme llegar de su mano, era la primera vez que arribaba junto a alguien a un evento formal, y estaba seguro que sería la noticia de la semana.

Al entrar, todos se dan vuelta para observar a la hermosa mujer que camina a mi lado. Ella se sonroja con nerviosismo por toda la atención recibida, no estaba acostumbrada a ser el foco, y mucho menos estando a mi lado, se suponía que yo era la estrella, pero era ella quien se robaba todas las miradas esta noche. Nos adentramos en la fiesta, y tomo dos copas de champán para comenzar la velada, sabía que ella disfrutaba mucho una buena copa y esta noche iba a ser todo sobre hacerla sentir bien, cómoda y sobretodo bienvenida a mi ambiente cotidiano.

- ¿Te sientes bien? - Pregunta algo incómoda al notar que estoy un poco distraído luego de separarnos de un grupo de conocidos con los que habíamos compartido un rato.

- Me siento maravillosamente hoy, amor. - Le dedico mi mejor sonrisa, y avanzamos entre los demás invitados.

Me siento maravillosamente hoy, porque veo el amor iluminar tus ojos, y lo más maravilloso de todo, es que no te das cuenta de cuánto te amo.

Pasamos la noche bailando, bebiendo y compartiendo charlas con algunos compañeros de elenco, a los cuales le presento la hermosa mujer que llevo de la mano, y todos le dan la bienvenida con afecto. Luego de un par de horas, veo de reojo mi reloj de muñeca que marca las 4.35 am. mientras ella conversa con una de las vestuaristas del equipo. Parece que se llevan bien porque la noto muy interesada en los tipos de telas que Loreen eligió para los trajes de soldados que usamos en el filme.

Tiro de su mano para robar su atención, y ella voltea a verme sonriente. Puedo notar que la está pasando bien, y no quiero terminar su diversión, pero me empezaba a doler la cabeza, y el alcohol comenzaba a hacerse presente en mis sentidos. Sólo quiero ir al hotel y perderme entre sus brazos. Luego de horas de diversión junto a mis amigos, es hora de volver.

Salimos, y otro mar de flashes y preguntas de los paparazzis perturba nuestro buen humor, y nos adentramos en el coche lo más rápido posible. Al llegar al hotel donde nos encontrábamos, bajamos del automóvil y subimos en el ascensor en silencio. Le entrego la tarjeta magnética de la habitación que tenía en el bolsillo, para que ella me guíe en lo que quedaba del camino. Antes de bajar, ella se descalza y toma sus sandalias en la mano libre. Bajamos del ascensor, y nos dirigimos en silencio a la cama.

Ella entra al baño para desmaquillarse, y la escucho cepillar sus dientes mientras me dejo caer sobre el sommier king size que se encuentra en el medio de la habitación. Cuando vuelve está usando una de mis camisetas y no lleva nada debajo, sonrío relamiendo mi labio inferior mientras le dedico una mirada. Definitivamente había tomado demasiado champán esa noche. Al notar mis ojos sobre su cuerpo, se acerca y me ayuda a desvestirme y acostarme, apaga la luz y se recuesta a mi lado con una sonrisa de cansada. La atraigo hacia mí de un tirón para inspirar el perfume de su cabello.

- Cariño, estuviste maravillosa hoy. - Le digo sonriente, y beso sus maravillosos labios.



Hola que talllllll, hacía mil años que no escribía nada de nada, y volví retocando esto que había escrito hace bastante. Espero que les guste casi tanto como imaginarse a Harry medio ebrio y con sueño después de una fiesta ;)

wonderful tonight // hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora