Me senté en la cama colocando mis manos en mis rodillas. Me acababa de topar con un vigilante. La vigilante.
Hasta ese momento de mi vida jamás había sentido tal presencia, tal poder, que aún en ese momento, sentí que me observaban.
Luego estaba James. Actuaba de manera extraña ¿Qué habría querido decirme? Definitivamente Ernest estaba implicado pero ¿de qué forma? Conocía a mi hermano y sabía que estimaba de sobremanera a James. Quizá tenía relación con lo mencionado por James acerca de mi padre.
Me recosté sobre la cama y comencé a contemplar el cielo de la habitación como si este fuese lo más interesante del mundo. Gire la vista hacía la mesa de noche. El libro seguí ahí. Lo tome y comencé a examinar la pasta esperando que esta hubiese cambiado de alguna forma. No fue así. Lo abrí y fui hasta donde comenzaba el texto.
Mi nombre es Richard Owlnight y he escrito este texto con la esperanza de que mi descendencia pueda evitar acontecimientos como el que relatare a continuación.
Hace cinco años conocí a cierto caballero cuyo nombre era Antoine Tosky. Un hombre que parecía bastante normal, pero definitivamente en ese momento yo era más joven e ingenuo y definitivamente no conocía la verdad acerca de lo espejos de almas, ignorando completamente su existencia.
Antoine era un hombre serio, llegue incluso a pensar que era insensible, pues no note que en realidad carecía de emociones.
Nos conocimos cuando yo tenía catorce años de edad en una cena organizada por la familia Owlnight. Mi gran amigo, Theodore Lutwidge llegó acompañado de un joven rubio y con unos curiosos ojos rojos. Theodore como era su costumbre hacía bromas vulgares sobre la apariencia de los invitados, motivo por el cual yo lo reprendí. Por su parte, Antoine parecía más interesado en analizar a los invitados.
No conocía del todo al compañero de mi amigo, sin embargo no me cabía duda de la excentricidad de su persona.
El tiempo paso, y tanto Theodore como yo, llegamos a intimar más con Antoine, quien nos habló de como la familia Tosky había amasado su fortuna en torno a negocios turbios que incluían desde hurtos y estafas hasta asesinatos, lo que indicaba que era una mafia disfrazada de aristocracia (muy bien disfrazada he de decir pues hasta el día de hoy no se ha podido probar nada, sin embargo no dudo de la declaración de Antoine pues bien es cierto que los espejos de alamas no pueden formular mentiras)
Él llegó a conocer a la mayoría si no es que a todos los habitantes de Eshire, y era indudablemente apreciado por todos aquellos que le conocían debido a sus excelentes modales y atenciones.
Todo era perfecto en apariencia hasta que llego su decimosexto cumpleaños.
Los Owlnight fuimos los anfitriones de la mayoría de edad de Antoine Tosky.
A mitad de plena celebración Antoine tuvo una crisis, comenzó a delirar y dar de gritos. Sus ojos se tornaron rojo brillante y comenzó a llorar sangre, de pronto tomo un cuchillo de entre los cubiertos y arremetió contra una de las sirvientas. Los sirvientes lo frenaron pero de la nada la mayoría de los presentes comenzaron a cobrar el mismo tono rojizo que los de Antoine, soltaban gritos de agonía mientras que sus ojos comenzaban a deshacerse en sangre, para después caer muertos. Los mismos sirvientes que sujetaban de Antoine se habían desplomado para después convertirse en un charco de sangre, gracias a lo cual, Antoine pudo alejarse hacía la entrada.
Yo estaba paralizado. Mi amigo, había intentado asesinar a una empleada y un terrible suceso había matado a todos los invitados. Cuando salí de trance fui a buscar a mi familia. Llegué demasiado tarde, ya habían fallecido, igual que todos allí. "Richard". Mi nombre resonó por toda la sala y Theodore quien apareció repentinamente me tomó por los hombros devolviéndome a la realidad. Mi alegría por verlo con vida no se puede describir, estaba tan aliviado de ver a alguien vivo y que ese alguien fuese mi mejor amigo. Sin embargo Theodore no estaba solo, tras él una mujer de ojos verdes y cabellos rojos me observaba fijamente. Era la señorita Isabelle Malzieu, a quien al igual que a Theodore me alegraba ver con vida. La señorita Malzieu parecía querer decir algo pero le impedí hacerlo al preguntar por lo ocurrido. Ella señaló que el causante de las misteriosas muertes, y me sorprendió que a pesar de lo absurdo que eso sonaba, yo le creyese. Mencionó de igual manera que si no se controlaba a Antoine, todos perecerían. En ese momento note que de extraña manera ellos y yo seguíamos vivos a pesar de todo, pregunte como era eso posible, a lo que Theodore respondió "La señorita Malzieu nos protegió" "¿Cómo?", pregunté esta vez dirigiéndome a Isabelle, a lo que ella respondió que venía de una familia de hechiceras y que gracias a sus conocimientos en magia pudo protegernos de la masacre. "En ese caso ¿por qué no protegiste a todos los invitados", inferí. Ella respondió que cuando todo comenzó ya era demasiado tarde y que por ello solo pudo proteger a quienes tenía cerca, que en ese momento era solo Theodore quien aparentemente la cortejaba sin éxito, pero este al ver lo que sucedía le solicitó a Isabelle que me protegiese también a lo que ella accedió haciendo un esfuerzo sobrehumano pues no estaba cerca de donde se encontraban. Yo seguí sin comprender del todo pero dadas las circunstancias decidí confiar en ella. Salimos de la mansión Owlnight para llegar al jardín, un resplandor anaranjado se veía a lo lejos, algo bastante extraño dado que eran más de la diez de la noche. Me acerque más al borde de la colina en donde estaba ubicada la mansión, abajo, hacía la ciudad de Eshire estaba en llamas.
"Ya es tarde", exclamó Isabelle. "No, no lo es", respondió Theodore. La señorita Malzieu miraba horrorizada la escena y no puedo culparla. Le ordené que invocara al vigilante, a lo que en respuesta ella tomó una daga de su talego y paso a cortar la palma de su mano, para después recitar versos en un idioma que hasta el día de hoy desconozco.
Por un momento no pasó nada. Después un resplandor dorado surgió de la tierra, oscureciéndose alrededor de una siniestra figura gris. "¿Quién osa convocarme?" susurró la grisácea figura en nuestras mentes. "Yo Isabelle Malzieu, te he invocado en nombre de Richard Owlnight". Al escuchar mi nombre, me incline ante la figura gris, la cual intuí, era el vigilante. "Fuerzas poderosas aquí han obrado" declaro él o ella, no puedo asegurarlo. Le di la razón, antes de que las palabras cual agua de la fuente brotaran de mis labios explicando la situación que acontecía. El espectro se mantuvo en silencio durante todo mi relato, sin siquiera preguntar por los detalles de lo ocurrido. "Similar al poder de un vigilante el del espejo de almas es, por lo que has dicho Antoine uno debe ser".
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Espejos de Almas
Mystery / ThrillerNo son pocas las ocasiones en que las que se reflexiona sobre uno mismo, su existencia y el valor de la misma. Reconociendo nuestro ser a partir del conocimiento del otro. ¿Qué es el otro más que aquello que no somos? Este mismo refleja de manera in...