Demonio

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—¡Ah! ¡Ah, sí, sí, así! ¡Más! ¡Qué rico, Sasuke!

—Naruto... muévete más rápido.

El joven de cabellos rubios y ojos azules cabalgaba a su amante azabache de ojos ónix desenfrenadamente. Aquella tarde soleada, en casa completamente solos sin la molesta presencia de la gente adulta, Naruto, había asaltado a Sasuke en cuanto había regresado de la escuela. Tenía sed de sexo todo el tiempo y eso nunca cambiaría. Sasuke lo sabía y ya estaba acostumbrado a que lo "violara con la guardia baja" prácticamente lo hacían todo el tiempo. Sus padres estaban trabajando todo el día y regresaban en la noche justo a la hora de cenar. Eran personas importantes y estatus social alto.

Todavía podía recordarlo como si hubiera sido ayer. Con catorce años, perdió la virginidad con un demonio adicto al sexo que invocaron jugando y por pura curiosidad con sus compañeros de curso. El único que se sacrificó fue él. Recordó las primeras veces que se negaba. Las primeras veces que Naruto lo amenazó con matarlo o dañar a su familia. Un demonio podía hacer cualquier cosa, hasta manipular su persona.

—¡Ah, Sasukeeeee!-una persona normal se cansaría de estar sentada en esa posición y moviéndose una y otra vez, pero no Naruto. No un demonio que buscaba satisfacer su hambre todo el tiempo, y su comida favorita era el esperma de Sasuke. Ya sea dentro de sus entrañas o en sus labios—¡Sasuke! ¡Sasuke!

—Naruto...-jadeó—Voy a-

—¡Dentro! ¡Hazlo dentro de mí!-ordenó entre gemidos. Los movimientos eran bruscos y obscenos, no paraba y no estaba exhausto como el Uchiha. Su premio estaba a punto de salir, su alimento predilecto. El pene de Sasuke estaba hinchado y palpitando en su interior, la sensación lo volvía loco—¡SASUKE!-gritó extasiado.

—¡Mmh!-soltó todo de golpe. Su semilla se esparció dentro del rubio, dentro del ente demoniaco que jadeaba de gozo y recibía con entusiasmo su tercera carga.

Su tercer orgasmo. No creía aguantar para una cuarta más.

—Ashh... Sasuke-cayó recostado en el lampiño pecho, aún con el miembro del moreno dentro, regándolo con placer—Fue fabuloso-besó sus labios tiernamente—Tu semen esta vez ha sido hermosamente abundante, estoy lleno-sonrió.

Sasuke suspiró aliviado. No soportaría una ronda más.

—Me alegro-susurró. Estaba agotado, no podía mover su cuerpo de la cama.

—Son las siete de la tarde, levántate. No querrás que tus padres te vean así, ¿verdad?-rió con picardía.

El pelinegro frunció el seño.

—¡Es tu maldita culpa!-gritó molesto.

—Ya, ya, deja de lloriquear y levántate-respondió sin interés de escuchar sus excusas. El rubito que mostraba unos pequeños cuernos negros entre su abundante cabellera y una cola larga con una punta en forma de flecha, se puso de pie sacando el pene del azabache de su ano. Jadeo en el momento. Comenzó a pasearse desnudo por toda la habitación.

—¡¿Qué mierda haces?!-le miró irritado, enderezado en la cama.

—Comiendo tu semen dattebayo.

—¡Joder! ¡No quería saberlo!-le aventó una almohada completamente ruborizado.

Naruto meditó la situación unos instantes. Era cierto. Sasuke siempre perdía la conciencia luego de las largas sesiones de sexo, nunca estaba despierto cuando "devoraba su semilla" regada en su interior. Llevó una mano a su vientre mostrando una sonrisa burlona.

—He estado pensando... ¿Sasuke, no quieres tener bebés ttebayo?

El Uchiha alzó una ceja con mirada de incrédulo.

—¿Es una maldita broma, cierto?

—Los demonios podemos embarazarnos, teme. Con todo el esperma que he comido en estos tres años, tendríamos muchos bebés. Pequeños temes o dobes demonios llenando tu cuarto-rió.

—¡Muérete!-gritó incomodo. Se paró acalambrado, pasó de él y de un portazo, se encerró en el baño para darse una ducha.

Naruto rió escuchando el agua de la regadera. Tronó los dedos hábilmente y su cuerpo estaba vestido con la ropa que los humanos vestían habitualmente. Una playera media holgada color naranja, un jean negro con un pequeño orificio en la parte trasera para su cola de demonio, y unos tenis blancos.

—Ahh... estoy cansado-observó la cama desarreglada, volvió a tronar sus dedos, y esta tenía perfectamente acomodado las sábanas y el cobertor como al principio. Se acostó boca arriba, esperando a Sasuke.

El Uchiha apareció con una muda de ropa limpia, y una toalla secando su cabello. Se distrajo mirando al demonio en su cama, quien también le devolvió la mirada curioso.

—No voy a hacerlo otra vez-habló claro—¡Mi puto pene no aguanta tanto! Me has dejado seco, estúpido dobe.

—Yo no he dicho nada ttebayo-se hizo el desentendido.—¿Qué, no puedo mirarte?

—Ni deberías-reprochó, terminando de secar su cabello.

—Eres sexy, es inevitable no verte-habló lujuriosamente.

Odiaba que lo metiera en situaciones comprometedoras o vergonzosas, no sabía cómo comportarse. Naruto por más cara de bobo o niño que tuviera, era un maldito pervertido y le había mostrado todo acerca del sexo. Culpa de él, su mente estaba perturbada y sucia.

Sabiendo que lucía infantil a sus ojos, actuó igual, y le tiró la toalla húmeda en la cara.

—Cállate, dobe-le dio la espalda y salió avergonzado del cuarto.

Sintió dos presencias acercarse a la casa. Se levantó de la cama.

—Hijo, ya llegamos-escuchó la voz de la mujer, la madre de Sasuke.

—La junta terminó antes-escuchó al hombre, el padre.

—Me alegro por ustedes.

—Oh, ¿sabes quién me llamó hoy? ¡Tu hermano! está disfrutando sus merecidas vacaciones junto a una novia que conoció en la universidad.

—Lo extraño mucho...

—Todos los extrañamos, querido. Haré la cena.

Esa era la adinera familia Uchiha. El dinero les sobraba de a montones. Que Itachi no apareciera o sino no podría copular con Sasuke, y si no había sexo, correría sangre. Podía jurarlo.

Sus ojos color cielo se volvieron rojo sangre espeso y fuerte.

—Sasuke es mío. Mío y de nadie más.

Desapareció de la habitación dejando un rato al azabache en compañía de sus padres, por la noche, volvería a su cuarto y volvería a "asaltarlo" unas tres veces más para alimentarse.

Así eran todos los días... el pobre Sasuke alimentando con su esperma al demonio adicto al sexo. Al estúpido de Naruto.

El Demonio Adicto A Sasuke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora