Sano y Salvo

Steve no tenía idea de qué hora era cuando escuchó el llanto

No era un llanto fuerte, fuera y fuera. Era más del tipo que intentabas contener, el tipo de llanto que ocurría cuando estabas solo (o pensabas que lo estabas). Steve escuchó silenciosos sollozos. Vio como el cuerpo de Tony temblaba con cada uno de esos sollozos. El sonido ... Oh dioses, el sonido. Le rompió el corazón en un millón de pedazos para escuchar a quien amaba tanto con tanto dolor. Esto sucedió mucho. Tony trató de mantener todo encerrado en el interior, solo para dejarlo salir en pequeñas dosis cuando pensó que nadie podía oírlo. Steve lo sabía, pero nunca podría encontrar a Tony cuando sucedió, y el hombre de la armadura lo negaría con vehemencia cada vez que intentara mencionarlo.

No, Steve no podía dejar que esto continuara más.

Se levantó del sillón donde momentos antes estaba durmiendo y se dirigió al sillón donde Tony sollozaba, tomó a dicho hombre en sus brazos. Tony se congeló por un momento. No se descongelaba hasta que Steve lo abrazó con más fuerza y ​​tiró al hombre más joven contra su cuerpo. Tony se hundió en el abrazo, pero todavía trató de contener las lágrimas. Steve no lo dejaría así que le susurró: "Oh, no lo guardes. No es bueno para ti. Déjalo salir, será mucho mejor cuando lo hagas".

Al principio, Tony no dijo nada. Eventualmente, fue capaz de ahogar palabras y sollozar silenciosamente: "No quiero". Steve podía escuchar las lágrimas en su voz mientras lloraba: "Duele, es tan difícil". Hizo que dijera algo, pero las lágrimas sacaron lo mejor de él. "Yo ... vi ... vi tanto, Steve ... por favor, no me hagas recordar, no puedo ...", sollozó. Steve le acarició el pelo con suavidad y trató de pensar en cómo manejar esto. Sabía que Tony quedó marcado y mentalmente inestable después de su tiempo en el espacio. Sabía que no había nada que pudiera decir o hacer para hacerle olvidar eso por completo. Pero tal vez él podría hacerlo mejor. No, no con el sexo. Algo le dijo que Tony no podía manejarlo ahora. Entonces ese algo le dijo que hacer. Fue estúpido, pero tal vez ayudaría.

Y así, Steve comenzó a cantar. No sabía el nombre ni nada, pero las palabras vinieron fáciles como cualquier cosa. Todavía habían temblores sacudiendo la pequeña forma de Tony mientras Steve cantaba, pero sabía que estaban perdiendo severidad poco a poco.

Palabras de amor y seguridad brotaron de la garganta de Steve. Ahora el temblor se redujo notablemente, y esto motivó a Steve a seguir cantando. La canción estaba tranquila, apenas por encima de un susurro en el oído de Tony, pero el hombre de la armadura la escuchó más fuerte que cualquier otra cosa.

Cuando Steve irrumpió en un pequeño coro de notas sin sentido, sintió que Tony se relajaba completamente contra él. Todavía quedaban lágrimas; Siempre habría lágrimas. Pero, por ahora, había hecho olvidar a Tony. El olvido duró la totalidad de la canción, y parecía que era todo lo que Steve podía darle esta noche. Steve le daría toda una vida si pudiera. Demonios, le daría a Tony lo que quisiera. Él construiría su amor un nuevo mundo donde esos terribles recuerdos no estaban permitidos. Aunque no pudo. Todavía no podía construir ese mundo.

Algún día, sin embargo. Algún día, Tony tendría ese mundo y Steve lo construiría para él. Puede llevar toda una vida, pero Steve se aseguraría de que algún día, él y Tony estuvieran sanos y salvos.

O por lo menos, donde Tony estuviera sano y salvo.

"Te amo", le susurró Steve a un Tony que ahora dormía. "Te daré ese mundo, mi amor. Te protegeré".

Tony no lo escuchó. A Steve le gustaba pensar que lo hizo.