La Sala (español)

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Esta mañana me he despertado, o eso creo. No sé qué día es hoy ni cuanto tiempo llevo aquí. Esto no sería tan diferente o extraordinario si no fuese por un pequeño detalle, no recuerdo nada, so sé quien soy. Me desperté en un viejo colchón que yacía en el suelo de una oscura sala sin ventanas. La sala estaba únicamente iluminada por una bombilla que del techo colgaba. La sala estaba vacía, solo una puerta cerrada con llave parecía la única salida. Estuve pensando cómo salir de allí, pero la solución no tardó en llegar. Un extraño humo apareció por debajo de la sala, invadiendo la sala en su totalidad. Me asusté corrí hasta el punto de la sala más alejado de la puerta, pero
el humo no tardó en llegar. Empecé a marearme y … no recuerdo nada más.

Volví a despertarme, otra vez, no sabia cuanto tiempo llevaba inconsciente, pero si sabía que ahora me encontraba en un lugar distinto. Era una sala más grande. En esta sala había una mesa y una silla, la puerta estaba igualmente cerrada. Me fijé que en la pared había un reloj, faltaban 3 minutos para las once. Estuve fijándome en el reloj, no tenía nada más que hacer. No podía recordar, no podía pensar, no sabía nada. Contaba los segundos. Miraba fijamente el reloj. El reloj se detuvo justo cuando llegó a las once. Las manecillas no avanzaban, así que me levanté de la silla, la cogí y la apoyé contra la pared donde se encontraba el reloj, me subí a la silla e intenté coger el reloj. No podía, estaba pegado. Rompí una parte de la mesa de madera e intenté inútilmente despegarlo de la pared. Dándole golpes con la madera por un lado el reloj comenzó a desplazarse lentamente. Continué hasta que se empezó a ver un agujero en la pared. Conseguí sacar el reloj y logré ver el agujero completo, era un tubo.

Estuve observando ese tubo, no muy pequeño, pero tampoco muy grande, cuando de repente, empezó a salir un chorrito de agua. Empecé a beber agua
mientras la cantidad de agua que salía iba aumentando. Era la primera vez que tenía sed. El agua no paraba de salir. El agua empezó a formar un charco en el suelo. El agua continuaba saliendo, cada vez con mayor cantidad. Mientras observaba el agua e intentaba adivinar que pasaba escuché un ruido que venia del techo. Lo observé y vi un conducto de ventilación bastante grande. El agua que salía por el agujero salía ya con mucha potencia y todo el suelo estaba lleno de agua. Observé el conducto de ventilación y vi que empezaba a salir agua también. Tenía miedo, mucho miedo. Así que empecé a dar golpes y a gritar desesperadamente sin llegar a hablar ningún idioma. Era la primera vez que escuchaba mi voz, me sorprendí. Después de unos minutos gritando, me relajé y empecé a buscar una posible salida. El agua ya me llegaba por las rodillas. Salía mucha agua por el conducto de ventilación, pero solo salía por los bordes de la reja que cubría el conducto. Cogí la silla y la dejé encima de la mesa. Me subí e intenté saca la reja, pero estaba atornillada. Así que arranqué el reloj de la pared y puse sobre la silla encima de la mesa y lo rompí. El agua ya cubría la mesa. Busqué una pieza que me ayudara a desatornillar la reja. Era complicado, el agua hacía que la pieza resbalara. Me quedaban solo dos tornillos cuando el agua ya cubría mi cintura mientras estaba subido a la silla. Me costaba respirar
mientras en agua me caía en la cara cuando desatornillaba el último tornillo. Esperé a que el agua tuviera el nivel suficiente para que me ayudara a subir por el conducto. Una vez dentro seguí el conducto que se desviaba a la derecha. El agua no caía, solo se desplazaba, como si fuera un rio. Me quedé tumbado, en el conducto, mientras el nivel del agua disminuía. Observé hacia la dirección de donde procedía el agua y lo vi otra vez. El humo. Me desperté, otra vez. Esta parecía mi vida, despertar cada vez en un lugar distinto. Sin saber, quien, cuando, donde, que y por qué. No sé quien soy. Estuve observando aquella sala. Era diferente, completamente blanca, sin puertas, sin ventanas, tubos, relojes, mesas, sillas… No había salida, pero tampoco entrada.

No sabía cómo había llegado allí. Mi razonamiento no llegaba. No sabía hablar, así que pensar me costaba, me hacía falta el lenguaje. Quise volver a gritar. Lo hice. No sabía que gritaba, que ruido hacía, pero me reconfortaba escuchar otra
vez mi voz. Estuve en silencio un buen tiempo, tumbado en el suelo. Escuchaba un ruido que venía de dentro de mi cuerpo. Me agobiaba mucho, quería acabar
con él. Me levanté. Pensaba que de algún modo habría llegado allí. Así que empecé a golpear las paredes, buscando alguna cosa. No encontré ninguna puerta, pero sí una pared falsa. Empecé a golpearla fuerte con todo el cuerpo para poder salir. Hice un agujero y pude pasar.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2018 ⏰

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