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"Demonios" maldijo en un susurro casi inaudible, mordiendo la uña de uno de sus pulgares, había olvidado ese pequeño detalle. Las demás chicas también se mostraron pensativas por un momento.
"Chicas," fue Mina quien rompió el silencio que de pronto se había creado "estamos perdiendo tiempo valioso aquí" miró con determinación a cada una de las sailors "lo mejor será que dejemos a Darien acá y vayamos a acabar con ellos lo antes posible"
Las chicas asintieron inmediatamente, salvo Serena quien parecía no estar para nada segura de esa decisión, no le parecía seguro dejar al niño ahí solito.
"No podemos dejarlo solo..." pero ante la mirada de sus amigas, no pudo negarse y suspiró "Está bien"
Las chicas se encaminaron hacia la puerta, mientras Serena se acercaba a Darien, arrodillándose frente a él para quedar a la altura de sus ojos azules.
"Darien, las chicas y yo tenemos que salir por un rato," lo miró directamente a los ojos; en parte con temor por dejarlo solo, en parte como una silenciosa advertencia "¿me prometes que te portarás bien?"
El pequeño sólo asintió, mirándola atento con sus enormes y sinceros ojos, al parecer él también tenía algo de miedo, pero no por quedarse solo, sino por estar sin su Serena, lo cual era radicalmente distinto. La rubia acarició la mejilla del niño, sonriendo dulcemente para acallar su miedo, y besó su pelo antes de levantarse y seguir a las chicas, quienes la esperaban junto a la puerta abierta del departamento. Le dedicó una última mirada de preocupación al pequeño y salió, cerrando la puerta tras ella.
"Ok vamos, nos transformamos en el camino" miró a sus compañeras y amigas con determinación, dejando confinada a un rincón de su mente la preocupación, ya habría tiempo para eso.
Llegaron al centro comercial sólo siete minutos después, cada una ya convertida en la guardiana de su respectivo planeta, y con Sailor Moon guiando el camino. Luna se reunió con ellas dándoles un poco más de información sobre lo ocurrido y sobre el nuevo enemigo que enfrentarían al entrar, mientras Ami tecleaba rápidamente en su computadora, tratando de escanear el lugar antes de adentrarse en el campo de batalla.
"La mayor concentración de monstruos se encuentra en el ala norte del edificio" Sailor Mercury produjo un pequeño holograma frente a los ojos de las chicas y señaló en él los lugares que mencionaba "así que podemos entrar por estas dos puertas y rodearlos en poco tiempo"
Las sailors asintieron, y se dispusieron a actuar rápidamente, separándose para cubrir ambas entradas, como había sugerido la guardiana de Mercurio. Y tal como ella lo había previsto, rodearlos y doblegarlos fue relativamente rápido y sencillo de esa manera, aunque el proceso no estuvo exento de complicaciones, como cualquier otra batalla. Lo que sí fue distinto esta vez fue el hecho de no saber contra qué se enfrentaban; nadie parecía dirigir a todas esas bestias que habían derrotado, normalmente a esta altura ya habría aparecido algún lunático con una risa desquiciada declarándoles la guerra, pero esta vez nada, lo que las había hecho quedar preocupadas y un tanto paranoicas.
Por eso, cuando sintieron un ruido entre los arbustos que estaban a las afueras del centro comercial mientras se iban, se pusieron inmediatamente en guardia, listas para desintegrar al monstruo o enemigo que fuera. Se acercaron sigilosamente, mientras el ruido persistía, pero retrocedieron unos pasos al ver que algo se movía entre las hojas.
"¡Sal de ahí, sabemos que estás en los arbustos!" la sailor del trueno ordenó con voz firme.
El follaje se volvió a mover, esta vez más bruscamente y las chicas miraron expectantes y alerta a lo que saldría. Y se llevaron la sorpresa de sus vidas al ver lo que salió de entre las hojas. Ahí, asomándose con timidez pudieron ver una pequeña y muy familiar figura vestida de negro, con sombrero de copa asentado en su pequeña cabeza y un antifaz cubriendo sus ojos, era una perfecta versión en miniatura de Tuxedo Mask.
"¿T-Tuxedo Mask?" la princesa de la Luna no podía creer lo que sus ojos veían.
"¡Sailor Moon, yo te rescataré de los villanos!" la tierna voz del pequeño hacía que esa promesa sonara conmovedora.
Las chicas sonrieron con ternura al ver y oír al pequeño héroe, definitivamente se había ganado el corazón de todas. Sailor Venus aprovecho el momento por supuesto, y de la nada hizo aparecer su cámara fotográfica para captar esos valiosos momento.
Mientras tanto, una muy sorprendida Sailor Moon se acercaba más al pequeño para tomarlo en sus brazos.
"Muchas gracias mi príncipe," la rubia besó con amor la mejilla del niño "pero ya está todo bajo control"
El pequeño la miró con sus grandes ojos a través del antifaz y pestañeó unas cuantas veces, como un poco desconcertado, pero pronto pareció resignarse, y bostezando se acomodó contra el pecho de la rubia y se dejó vencer por el sueño. Serena lo miró y luego miró a las chicas, sus ojos haciendo una silenciosa pregunta sobre qué había pasado.
"La transformación debe haber consumido toda la energía extra, y tal vez un poco más" comentó Ami.
"¿Pero cómo...?" Lita, como las demás, no entendía muy bien el misterio del pequeño enmascarado durmiendo en los brazos de su líder.
"Debe haberse transformado automáticamente al sentir la transformación de Sailor Moon" explicó la peliazul.
"¿Estará bien?" Rei se notaba preocupada.
La futura reina de la Tierra acercó una de sus manos al pequeño rostro, quitándole el antifaz y el sombrero, y con ternura removió el cabello negro que ocupaba la frente del niño, acariciándolo suavemente.
"Sólo debe estar agotado" sonrió.
"Bueno chicas, ahora que sabemos que todo está bien, creo que deberíamos marcharnos" Mina dejó de sacar fotos y le dirigió una mirada a sus amigas, todas estaban exhaustas por la batalla y necesitaban su merecido descanso.
Las demás estuvieron de acuerdo y comenzaron su camino de vuelta al departamento de Darien, en parte para escoltar a los príncipes y asegurarse de que llegaran sanos y salvos, y en parte para recoger las cosas que habían dejado ahí antes del ataque. Llegaron pronto y la rubia dejó suavemente al pequeño sobre uno de los sillones, mientras las chicas tomaban sus pertenencias; en un principio habían pensado quedarse, pero después de la batalla inesperada que les había tocado pelear, necesitaban descansar como corresponde, cada una en la comodidad de su propia cama. Así que dejando todo en orden, se despidieron de Serena y salieron prontamente, cada una dirigiéndose a su respectivo hogar.
Cuando la rubia se quedó sola con el pequeño, no pudo evitar sentir que su corazón se hinchaba en su pecho de pura ternura y amor por ese hombrecito durmiendo en el sillón frente a ella, y el hecho de saber que ese hombrecito la protegería sin importar qué, la conmovía enormemente. Volvió a acariciar sus cabellos y dejó un beso sobre su frente.
"Muy bien Darien," susurró con dulzura "vamos a la cama para que descanses más cómodamente" lo tomó en sus brazos y lo cargó con cuidado de no despertarlo, hasta la pieza, depositándolo suavemente sobre la cama. Acarició con ternura sus suaves cabellos azabache, y se dispuso a desvestirlo para ponerle su pijama, pero por más y más que lo intentó, la chica no logró si quiera desabrochar un botón de la camisa del pequeño, al parecer el traje sólo desaparecería si se destransformaba, lo que al parecer no ocurriría si estaba durmiendo, así que no quedaba más remedio que acostarlo así tal como estaba, como el pequeño Tuxedo Mask. Finalmente, la rubia metió al niño entre las sábanas y lo arropó cariñosamente.
"Descansa pequeño" su voz fue un suave susurro que arrulló los sueños del príncipe de la Tierra.
Y sólo unos minutos después el cansancio se hizo presente en la rubia, su cuerpo parecía pesar una tonelada, y le dolía cada músculo, se hacía más que evidente la poca costumbre que tenía ya de pelear; llevaban meses sin batallas y la falta de entrenamiento le había pasado la cuenta. Reuniendo las pocas energías que le quedaban, se despojó rápidamente de su ropa, enfundando su cuerpo en su camisón y se acostó pronto junto al pequeño, a dormir para reponer sus energías.
Cap. 7: Buenos días.
La luz de la mañana del día sábado se coló insidiosamente por la ventana del departamento de Darien, mientras él con pereza comenzaba a despertar de un poco reparador sueño, pero a pesar de que estaba agotado, no acostumbraba a dormir hasta tarde, así que la luz del día ya estaba comenzando a molestarlo, aún en su subconsciente. Juntando fuerzas y algo de voluntad, el moreno se giró entre la comodidad de las tibias sábanas de su cama, como tratando de evadir sólo un poco el momento de levantarse, y se sorprendió al sentir como cada músculo de su anatomía le dolía, y cuando decía cada músculo, quería decir todos los músculos de su cuerpo, hasta los que ya ni recordaba que tenía.
"Auch" se quejó en voz alta, mientras volvía a girarse – ahora en dirección opuesta – sobre el colchón, pero esta vez no logró hacer el giro completo porque algose interpuso en su camino. Extrañado abrió lentamente sus ojos, frunciendo el ceño en parte por la intrusión de la luz a través de sus pupilas, y claro, también por darse cuenta que lo que estaba a su lado, bloqueando su libre desplazamiento sobre la cama, era su novia, Serena. Pero eso no fue todo lo que vio; luego de ver que su durmiente novia era quien ocupaba la otra mitad de su cama, descubrió con horror que él estaba nada más y nada menos que desnudo. ¡Desnudo, en su cama, con Serena!

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