7

533 38 10
                                    

"¿Qué demonios pasó?" susurró con horror. No recordaba absolutamente nada de la noche anterior, lo último que recordaba en absoluto, era estar en el laboratorio, no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado ahí, corrección: cómo habían llegado ambos ahí. '¡Oh, Dios, por favor no me digas que lo hicimos por primera vez y no lo recuerdo!'. No, eso era imposible, era un hecho demasiado importante como para no recordarlo, ¿verdad?
"¿Darien, ya despertaste?" la voz adormilada de la rubia hizo que él volviera de su intensa búsqueda dentro los rincones de su memoria, y centrara su atención en ella, la mujer que ocupaba su corazón, su mente, y en estos momentos, también su cama.
"Em, sí" sacudió su cabeza para despejarse y la miró; al parecer no tenía muchas intenciones de levantarse pronto, pues seguía abrazada a la almohada, con los ojos cerrados. Y por más que a él le hubiera encantado dejarla dormir todo el tiempo que ella quisiera, la curiosidad y la duda lo estaban matando "¿Serena?"
"Sólo dame un momento, ya te preparo el desayuno" se abrazó más fuerte a la almohada que absorbía sus palabras, pero bastaron sólo unos segundos para que la rubia cayera en cuenta de un pequeño detalle, esa voz... La rubia abrió los ojos sin vacilación y se incorporó de un salto, dejando ver un poco más de escote del que a Darien le hubiese gustado ver, dadas las circunstancias.
"¡Darien!" la chica no disimuló su sorpresa y lo escrutó con la mirada, mientras Darien se sentía un poco más asustado y confundido "¡Volviste!"
Lo tomó por los brazos, como queriendo comprobar que lo que veía era real, y sonrió de oreja a oreja con alegría al ver que había recuperado a su novio. Miró atentamente y con devoción sus facciones, las que tanto había extrañado, su pelo, sus ojos, sus labios, los brazos fuertes que aún ella sujetaba, su pecho, su… Se detuvo abruptamente en su abdomen y subió rápidamente su mirada, con un tono carmín apoderándose furiosamente de sus mejillas.
"Serena, ¿qué hicimos anoche?" trató de formar la pregunta lo más sutilmente posible en su mente, pero ya estaba tan confundido y agobiado por todo, que de sus labios salió simplemente lo que estaba martilleando su cabeza desde que había despertado, así sin filtros.
"¿Anoche?" repitió ella, pensando "oh, anoche" se dio cuenta de lo que su novio estaba insinuando, y volvió a sentir el calor apoderándose de sus mejillas "¡nada, y menos lo que te estás imaginando!"
El moreno dejó escapar un suspiro aliviado, ese era un peso que se quitaba de encima. Pero si no era esa la explicación, entonces ¿qué demonios había pasado para que terminaran durmiendo juntos en su cama, con él desnudo, todo dolorido y sin recordar absolutamente nada?
"¿Te importaría explicarme…?" completó su pregunta señalando con sus manos la situación.
"¿Te importaría vestirte?" preguntó de vuelta ella sonriendo entre tímida y burlonamente, y fue el turno de Darien de sonrojarse, cosa que no pasaba muy a menudo.
Serena dejó escapar una risita y salió de la habitación, otorgando la privacidad necesaria para que su hombre se vistiera tranquilo. Se dirigió a la cocina y encendió la cafetera para preparar café fresco, sabía que el pelinegro lo necesitaría, ahora más que nunca.
Para el tiempo en que Darien salió de su pieza ya vestido y tan guapo como siempre, Serena había preparado la mesa para el desayuno, hecho que lo sorprendió gratamente.
Se sentaron a la mesa y durante el desayuno la chica de coletas le contó a grandes rasgos todo lo acontecido en los últimos tres días. La mente de Darien pareció darle vueltas, ¿de verdad había pasado todo eso y no lo recordaba?
"Espera," dijo pensativo y algo confundido una vez que su amada había terminado de contar la historia "eso no explica por qué estaba desnudo"
"Bueno, yo creo que tal vez por el traje de Tuxedo Mask" en verdad ella no lo había analizado, pero eso era lo más probable "debe haber desaparecido cuando sintió que te estabas… ya sabes, expandiendo"
El pelinegro asintió y rió suavemente, todo parecía tan irreal, tan loco, pero a la vez tan cotidiano para la vida que ellos llevaban, desde que conoció a Serena todo era un espiral de locuras, aventuras y amor.
Pronto otra inquietud surgió en su cabeza.
"Y estábamos durmiendo juntos porque…" dejó la frase inconclusa para que Serena la terminara, y francamente sabía que nada le sorprendería.
"Porque yo me quedaba aquí para cuidarte" contestó como si fuera lo más obvio del mundo "y te daba miedo dormir solito" le sonrió de manera burlona.
"¿Tú me cuidaste todos estos días?" el moreno sintió un tibio calor expandirse por su pecho, esa rubia era su refugio, su fortaleza, y ahora lo había demostrado más que nunca.
"Sí, y Andrew te cuidaba mientras yo estaba en clases" ella le sonrió con ternura.
"¿Les di muchos problemas?" de pronto se sintió vulnerable y algo perdido, no recordaba absolutamente nada y saber que había dependido totalmente de otras personas lo abrumaba un poco.
"Al principio no fue fácil, ¡pero eras un encanto!" la sonrisa de Serena se expandió recordando a la versión pequeña del hombre frente a ella "y te acordabas de mi" agregó con timidez.
"¡Por supuesto, no te olvidaría jamás!" frunció el ceño, dejando ver la pequeña arruga que se formaba entre sus cejas, parecía casi ofendido.
"Sí, pero había un montón de cosas y personas que no recordabas bien" explicó jugueteando con los dedos de la mano más grande y más fuerte del moreno "y cuando te preguntaron por mí, dijiste que yo era tu princesa" lo último lo dijo con orgullo.
"Y los niños no mienten" el moreno le sonrió con amor, acariciando su mano sobre la mesa.
Las miradas de ambos se atrajeron como dos imanes, y así, reflejándose cada uno en los ojos del otro, sintieron como algo había cambiado en su relación, algo había cambiado en Darien, quien no reprimió la sonrisa amorosa que se asomó a sus labios, y justo cuando iba a abrir la boca para complementar el momento con palabras, la rubia rompió el contacto visual, frunciendo el ceño, como recordando algo. Reflejamente, el moreno también arrugó el entrecejo y la miró ladeando la cabeza de forma cuestionante. Y antes de que pudiera preguntarle qué le pasaba, vio algo distinto en los ojos de su rubia, y en un dos por tres, la mano de la chica junto a él se escapó de la caricias que él le daba, y cayó pesadamente sobre su brazo, golpeándolo intencionalmente. Él la miró sorprendido y curioso a la vez.
"Oye, ¿y eso por qué fue?" sí, Serena era un poco bipolar a veces, pero nunca tanto.
"Pues porque recordé algo" contestó ella molesta, ¿por qué estaba molesta? Darien no tenía la más mínima idea.
"¿Te importaría contarme lo que recordaste?" sus labios parecieron tentar las palabras antes de pronunciarlas.
"Cuando estabas pequeño vinieron unas chicas a verte, a tu departamento" Serena hizo énfasis para que él notara que no le hacía ninguna gracia que esas tipas supieran dónde vivía su hombre.
Él alzó las cejas, incitándola a seguir, pues hasta ahí el moreno no le veía lo malo al asunto.
"Tú no las recordabas" añadió la rubia, dejando más confuso aún a su novio.
"Pero eso es bueno, ¿no?" su voz fue tentativa, ya no sabía para dónde iba la conversación "digo, que no las recordara"
"Sí, bueno, ¡pero ese no es el asunto!" Serena titubeó sólo un poco, pero pronto volvió a su expresión la determinación con la que había estado hablando hasta ahí "el punto es que esas chicas babean por ti, ¿y tú las dejas venir a tu casa?"
"Serena, ni siquiera sé de quiénes hablas" ahora Darien entendía un poco y habló con tono cansado "y nadie babea por mí"
Darien a penas escuchó un "sí, claro" totalmente sarcástico susurrado por la rubia.
"Vamos, no te pongas tontita" lo dijo con la mayor ternura, volviendo a tomar su mano "seguramente eran compañeras de la universidad, y si no las recordaba quiere decir que no me importan"
"Pero fueron pesadas conmigo" la rubia hizo un pucherito, que al pelinegro le pareció de lo más tierno.
"Ah, ya sé quiénes pueden ser" dijo de pronto en un susurro, esas chicas ya lo tenían enfermo, eran demasiado insistentes y hostigosas "yo voy a hablar con ellas, nadie trata mal a mi novia, ni menos en mi propia casa"
Serena sonrió recordando al pequeño Darien defendiéndola "La verdad es que Mini-Darien salió en mi defensa"
"¿A sí?, parece que te encariñaste con mi otra versión" fingió estar celoso "si quieres me encojo de nuevo y…"
"¡No!" la rubia contestó alarmada por la propuesta "es sólo que era tan tierno y amorosito…"
"Me gustaría recordarlo todo" interrumpió el moreno con actitud ausente. Nadie nunca diría de él que era tierno o amorosito, porque francamente no lo parecía y a veces simplemente no lo era, pero se veía que a Serena le había gustado ese lado de él y le gustaría poder recordar cómo revivir esa actitud en él.
"No te preocupes" la rubia sonrió con dulzura "descubrí que te amo en todas las versiones posibles"
Darien sólo pudo mirarla con una inmensa gratitud, estaba seguro que no se merecía a una mujer tan perfecta a su lado.
"Y hay muchas cosas más que contarte" la rubia sonaba emocionada de pronto, como contando un viaje o una aventura extraordinaria "Mina tiene las fotos"
Y mágicamente, la expresión del pelinegro cambió de manera radical, la mística del momento quedando totalmente olvidada tras el impacto de aquellas palabras, ¿había escuchado bien?, ¿Mina?, ¿fotos?
'Demonios, esto no puede ser bueno'.
Epílogo.
Darien y Serena llegaron al Crown esa tarde – luego de un montón de silentes especulaciones por parte del pelinegro – para encontrarse con una improvisada fiesta de bienvenida para él. Seguramente Andrew había organizado todo inmediatamente después de enterarse de la noticia por medio de Serena; sin duda era un acontecimiento único el que su mejor amigo hubiese vuelto a la normalidad, sobre todo porque se había tardado menos de lo previsto.
El local estaba cerrado al público y todos los cercanos estaban ahí, expectantes a la aparición del moreno, como si no estuvieran realmente convencidos de su transformación, escépticos de las palabras de la rubia. Pero bastó sólo una mirada para mostrarse totalmente complacidos al verlo entrar, era el Darien de siempre, sin un año más ni un año menos.
"¡Amigo, que bueno que volviste!" Andrew fue el primero en acercarse a la pareja, y saludó a su amigo con un abrazo y unas cuantas palmadas en la espalda.
Darien murmuró algo que el rubio no entendió muy bien, pero supuso que habría sido un comentario sarcástico por haberlo encogido, 'Como si él mismo no hubiese tenido nada que ver en el asunto' pensó para sus adentros Andrew.
Los demás también se acercaron a saludar y pronto Serena se dio cuenta de la ausencia de una persona, una persona que no se perdería la celebración.
"¿Y Mina?" la rubia de coletas miró a su alrededor buscando a su rubia amiga.
"Fue a revelar las fotos" informó la castaña del grupo.
"Se supone que ya debería haber llegado" la guardiana del planeta Mercurio miró su reloj, calculando el tiempo que llevaba la rubia desde que había salido del Crown.
Y casi como si la hubiesen invocado al nombrarla, en meros segundos un torbellino de pelo rubio y vestido naranjo apareció atravesando las puertas de Crown a toda velocidad.
"¡Darien!" lo abrazó con más efusividad de la que normalmente acostumbraba.
"Ho-hola Mina" el moreno se sentía incómodo siendo abrazado de esa manera por la rubia de moño rojo.
"Ya Mina, suéltalo antes de que Serena te saque los ojos" Lita trataba de reprimir la risa que le causaba la mirada de fuego que brillaba en los ojos de la princesa de la Luna.
"Perdón" rió nerviosa Mina.
"Bueno, bueno, ¿y las fotos?" Rei la apuró con impaciencia.
"Ah," levantó en el aire el paquete que traía con actitud triunfal "¡la gran Mina Aino, diosa del amor y la belleza tiene las fotos exclusivas!"
Darien palideció un poco y Serena aplaudió entusiasmada, mientras los demás miraban a Mina impacientes.
"Muéstralas pronto" volvió a apurar Rei.
"Son treinta fotos" la rubia hizo una pequeña introducción mientras abría el paquete de papel café en el que venían las pruebas de que toda esa locura había sido verdad "yo aún no las veo, pero yo las tomé, ¡así que deben estar buenísimas!"
La guardiana de Venus terminó de abrir el papel y sacó el montón de fotografías que todos estaban esperando. Darien se acercó más a la mesa en las que la rubia tenía las imágenes, pero no se animó a tomar alguna, por lo que Lita y Rei se adelantaron y tomaron un poco cada una. Comenzaron a verlas, pasándolas rápidamente, dejándole despreocupadamente a Serena las que ya habían visto. La pelinegra de pronto dejó de remover las fotos entre sus manos y miró con expresión de incredulidad a Mina, Lita también la miró, pero con una sonrisa burlona en su rostro.
"Mina, pusiste tu dedo en el lente en todas las fotos" todos voltearon a mirar a la acusada, y Serena, quien había estado volteando para un lado y otro las fotos, buscándoles la forma, ahora entendía por qué todo parecía, bueno, nada.
"¿Qué?, ¡pero no puede ser!" dijo dramáticamente y con voz decepcionada.
"Eres una tonta" se burló la pelinegra.
El príncipe de la Tierra suspiró, aunque le deba miedo ver las fotos que había sacado Mina precisamente, había tenido curiosidad por ver plasmado en imágenes parte de lo que su novia le había contado.
"¡Oh, miren!" Ami llamó la atención de todos, había tomado las fotos que las chicas habían dejado de lado, y llegando ya a las últimas, había encontrado unas cuantas que sí parecían fotografías.
Todos se amontonaron sobre Ami, quien se removió un poco incómoda mostrando lo que había encontrado. La peliazul iba pasando las fotos, seguidas cada una de alguna expresión de ternura por parte de las chicas. El moreno sólo observaba en silencio, algo ajeno a la situación, era extraño ver las imágenes y no tener ningún recuerdo de esos momentos.
Todo iba bien y normal hasta que apareció una foto que sacó a Darien de su estupor, aunque más que la foto, fueron los gritos y carcajadas de todos.
"¡Oh, mira el trasero de Darien!"
Ok, definitivamente esa frase indicaba que era momento de que el moreno mirara la foto que estaba causando conmoción. La tomó de las manos de Rei, que era quien estaba mirándola en ese momento muerta de la risa, y la observó él mismo. Era la típica foto que muestran las madres a las novias de sus hijos; Darien desnudo en la bañera, con su traserito de niño en un primer plano. Al ver eso, las mejillas de Darien se tiñeron lentamente de un color rojo intenso, mientras los demás seguían riendo como si no hubiese mañana.
Esto lo desperfilaba totalmente, iba a matar a Mina.
"Oye Mina, ¿pero en qué momento tomaste esa foto?" el espíritu curioso de Ami se hizo presente, mientras los demás seguían comentando y haciendo burlas sobre la foto.
"No sé, sólo apareció" la rubia del moño rojo se rascó la cabeza extrañada.
"Em, yo la tomé" confesó la otra rubia, con cara de culpabilidad.
Darien la miró con ojos acusadores, sorprendido por haber sido 'traicionado' por su propia amada, y guardó rápidamente la foto en el bolsillo interno de su chaqueta.
"No me pude resistir, te veías tan adorable" Serena se explicó, tratando de justificar la fotografía.
El moreno sólo bufó en respuesta, y la rubia se abrazó con ternura a su brazo izquierdo, mientras el resto seguía mirando las pocas fotografías visibles del pequeño Darien. Había fotos en el Crown, había fotos en el departamento, había fotos en el parque, pero hubo una foto que llamó la atención de todos.
"Mira Serena" Lita se volteó hacia la princesa de la Luna y sonrió "esta foto está muy bonita"
La chica se separó sólo un poco del brazo de su amado, y arrastrándolo con ella de la mano, se acercó al grupo de amigos, donde Andrew le entregó la fotografía que los había puesto a sonreír a todos. Era una imagen de un momento capturado por Mina en el Crown, y en ella aparecía Serena alzando al pequeño Darien en sus brazos, ambos con unas sonrisas encantadoras en el rostro y un brillo especial en sus ojos. La rubia observó la foto con ternura y atrajo más hacia ella el brazo del pelinegro, quien tuvo que dar un par de pasos para complacer a la chica. Y ahí, con su rubia devoción aferrada a él, pudo ver la hermosa escena plasmada en aquel papel, y sonrió, sintiéndose feliz por tantas razones, que no podía identificarlas con claridad.
Luego de eso, todo fue anécdotas, risas, nostalgia, historias y explicaciones, Darien se enteró de prácticamente todo lo ocurrido, gracias a una reconstrucción colectiva de los días en que había sido un niño de cinco años, y conoció además la vivencia de cada uno, era increíble como cada uno de sus amigos había tomado la transformación de una manera distinta. La tarde pasó rápidamente entre tantas emociones y acontecimientos, y pronto el moreno se sintió cansado; probablemente se gastaba mucha energía en crecer un metro de estatura de un día para otro, por lo tanto, sentía la necesidad de acostarse a descansar. El futuro rey de la Tierra se excusó junto a su novia, dio gracias a todos por la celebración, y por todo lo que habían hecho por él esos días, y salieron prontamente en dirección a su departamento.
Ya en el hogar de Darien, y acostados uno al lado del otro sobre la cama, luego de todo lo ocurrido ese día, luego de haber vuelto a ser él mismo, Darien acariciaba el rubio y sedoso cabello de su amada, mientras ella, apoyada sobre el masculino pecho, le daba otra mirada a las fotos que se había llevado; le parecían tan conmovedoras.
"Me alegra mucho que hayas regresado" dejó escapar un suspiro y se acomodó, acurrucándose más aún junto a su amado, quien depositó un beso sobre su pelo "aunque extrañaré al pequeñín adorable que no podía estar sin mi" sonrió con timidez.
"Yo tampoco puedo estar sin ti" el moreno se incorporó un poco, quedando sobre su costado para poder mirar a los ojos a la chica junto a él "aunque no lo parezca, soy un niño perdido sin ti"
Serena sintió su corazón llenarse de calidez al oír esas palabras saliendo de la boca de su frío novio.
"Lo sé" ella le sonrió con dulzura y acarició suavemente su rostro perfecto. De verdad lo sabía, lo había aprendido con el pequeño Darien; en esos tres días con él, había aprendido más del hombre que era su alma gemela que en todo el tiempo que lo conocía.
"Además," él le sonrió ahora más abiertamente "ya podremos hacer un pequeñín así tú y yo en unos años más"
"¿Tú crees?" la ilusión era patente en su voz.
"Claro que sí" lo enternecía ver así a la dueña de su corazón.
"Pero en el futuro que vimos sólo teníamos a Rini" su lado racional la devolvió a la realidad; no eran una pareja común y corriente, su destino ya estaba trazado y lo conocían bien.
"Serena," hizo una pausa para mirarla a los ojos con tal intensidad, que ella sintió que se sumergía en las profundidades de ese azul encantador "el futuro es nuestro, está en tus manos y en las mías, y no hay nada que no podamos lograr si estamos juntos"
La rubia sonrió de oreja a oreja y saltó sobre su macho preferido. El pequeño error de cálculo en la investigación de Darien y sus amigos lo había transformado en un niño por unos días, pero había hecho un cambio permanente en el pelinegro, según Serena, marcando un antes y un después en su actitud; era el mismo de siempre, pero a la vez estaba tan distinto, ¡y a la rubia le encantaba!
Y aunque ambos sabían que este era sólo uno de los muchos procesos que tendrían que pasar para ir madurando como pareja, tenían la certeza de que superarían cualquier prueba que les pusiera el destino, porque su amor era más fuerte que todo, porque juntos
serían siempre invencibles, y porque sabían que un futuro brillante esperaba por ellos, sólo era cuestión de alcanzarlo juntos y vivir por fin su Felices Por Siempre.

Error de calculo... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora