La rumba catalana es un género musical que desarrolla la catalana en la ciudad de desde mediados de los años 60, tomando ritmos que derivan de la con influencias de música cubana y rock & roll .
Nació en las comunidades de gitanos catalanes del barrio de Gracia , calle de la Cera del Raval y Hostafrancs. La comunidad gitana de estos barrios tiene un asentamiento histórico y es catalanoparlante , como las que se asientan en Vich, Tárrega, Lérida, Perpiñán, la Camarga y decenas de localidades del sur de Francia, usando la lengua catalana en sus relaciones, a menudo además del castellano y el caló , también en sus manifestaciones musicales.
Los tres artistas que dan relieve y marcan el género desde sus inicios en Barcelona son: Antonio González ''El Pescaílla'',Peret y Josep María Valentí ''El Chacho'', seguidos posteriormente con gran popularidad por el dúo Los Amaya, o Las Grecas y el trío de Rumba Tres . En los años 70, Gato Pérez redescubre la rumba catalana, abriendo una nueva época en el género y pasando a formar parte de su historia con sus creaciones musicales, en las que acerca el género a la salsa y el jazz.
Ya en los 80 y en los 90 Los Chunguitos,Los Chichos , mezclan la rumba con estilos suburbiales y marginales, y con el flamenco surgiendo la Rumba Flamenca, estilo al que otros artistas como Manzanita,Lolita Flores,Rosario Flores,Azúcar Moreno o Ketama tendrán como referente. También los Gipsy Kings, y Los Manolos vuelven a dar nuevos bríos a la rumba catalana, pero sin aportar cosas realmente novedosas.
Es a finales de los 90 cuando la rumba catalana da otra vuelta de tuerca, acogiendo diversas influencias musicales. Grupos como Ai,ai.ai o Sabor de Grácia mantienen el sabor más tradicional y aflamencado; sin embargo otras bandas como Estopa,La Cabra Mécanica,Ojos de Brujo,Melendi o Dusminguet, comienzan a fusionar la rumba con todo tipo de estilos de influencia afroamericana como reggae, swing y ska, e incluyen ritmos latinos como la cumbia, dando lugar a lo que ahora se denomina . Esta metamorfosis se debe, en parte, a la huella que deja el eclecticismo del músico franco-español Manu Chao y su banda Mano Negra en la cultura musical barcelonesa y del resto de España.