ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ

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¿Por qué deberíamos llamar "historias de amor verdadero" a la vil mentira que nos muestra el cine? Tal vez todos debemos esperar a nuestro caballero de brillante armadura y afilada espada, que venga a socorrernos cuando estemos en garras del villano o ser como Fiona y salvarnos del dragón que nos mantiene en lo alto de la torre. Yoongi era una versión moderna de príncipe que tiene que aprender a cuidarse para cuidar a su princesa, solamente que él no luchaba con un gran monstruo, el peli menta luchaba para encontrar la raíz de los horribles nervios que intervenían al tener la mirada del castaño sobre la suya.

"¿Me enamoré de Junggukie?" "¿Acaso soy bisexual o gay?" Esas preguntas reaccionan su mente a diario, no estaba listo (psicológicamente) para mantener una relación con otra persona que no sea de una forma amistosa o profesional, puede ser que Yoongi llegará a ser un bastardo muerto de hambre que dictaba clases de piano para ganar unos cuantos billetes y comer algo, pero, él pensaba darle lo mejor de a su futura pareja.

Relatando la confusión llego en momento donde Jungkook y Yoongi se 'conocieron' (sabían de la existencia del otro pero les importaba poco), el momento donde pudo ver al chico galáctico siendo arrastrado por Kim Seokjin, estudiante de la facultad de Medicina. El momento donde cayó rendido a esa mirada tímida y cabellos opacos de color marrón con finos destellos.

Habían pasado años desde que Seokjin le había presentado al "niño" que terminó siendo alguien con muchos talentos y un poco friki, el chico ya lo había superado en talla y ha estado haciendo ejercicio, resumidamente se veía mucho mejor. Lo malo de Jeon que se estaba dejando crecer el cabello formándole unos rulos traviesos que tapaban sus ojos, esos ojos que tanto le encanta a Yoongi.

Yoongi ya no sabía cómo describir al menor, cada melodía que creaba se la dedicaba a JK, esperando la tarde para que el chico regresara y armonizar su piano con la voz angelical. Tampoco era que el tiempo haya pasado y se quedó solo junto a Kim y Jungkook, conoció a un chico perteneciente de Daegu, el muchacho tenía una sonrisa cuadrada y era muy popular entre las chicas, decían que él era miembro del "Cuarteto de la realeza".

Era un grupo entre los siete amigos que tenía, solamente que siempre resaltaban estos: Kim Seokjin (facultad de medicina) él era el rey, Park Jimin (facultad de artes) era el príncipe de las mentiras engañaba a cualquier persona que cayera en sus garras, Kim Taehyung (facultad de medicina veterinaria) conocido como príncipe encantador y Jeon Jungkook no solo era titulado como un príncipe, él era un ángel por su bella voz – no por nada Min siempre lo quería presente en sus canciones -.

Min nunca pude apartar la vista del castaño, lo amaba y daría su vida para hacerlo feliz.

― Quién fuera sol para darte todos los días ―. Murmuró por lo bajito.

― Suga-hyung, yo si lo oí ―. Le susurró Jimin.

― ¿Y qué dije? ―. Respondió en el mismo tono del menor.

― "¡Quién fuera sol para darte todos los días!" palabra dicho por Min Yoongi un día de un mes del 2019 ―. Exclamó el peli rosa a gran voz.

Los colores subieron al rostro de Yoongi volteando los ojos esperando a su salvador Namjoon, sabía que el moreno podría lograr calmar al pequeño duende rosado.

La voz gruesa de su salvador llego tal cual coro de ángeles: ― ¡Mochi! ¿Qué te dije sobre molestar a hyung? ― regaño el moreno al bajito.

Yoon's sintió algo en su corazoncito, cerró los ojos imaginando como sería su vida si fuera así con Jungkook, él con sus hijos en una casa de dos pisos junto a un gato color blanco y ojos color cielo.

Cada sábado por las mañanas tendrían las visitas "inesperadas" del tío Park junto a golosinas y regalos para sus niños. Jeongguk lo besaría y le diría muchas cosas bonitas.

"Min Yoongi eres lo mejor de mi vida" será lo último que diga antes de ir a la vida eterna.

Abrió los ojos recibiendo las miradas preocupadas de sus amigos, ni él mismo Min se dio cuenta que estaba echo llanto.

― Yoongi creo que debemos irnos ―. La mirada del blanquecino se volvió más perdida y tenía que esforzarse para respirar. Seokjin sabía que tenía que llevárselo.

No entendía que sucedía, hace un momento estaba imaginando una vida feliz plena junto a su amor platónico y amigos pero luego de un segundo su fantasía rompió la burbuja ¿Él no era acaso otro estereotipo de princesa o se convertirá en Cenicienta?

Pudo sentir claramente el sonido del reloj llegando a la medianoche.

Perdió su zapatilla de cristal antes de conocer a su príncipe.

¡Enamórate, Jeongguk!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora