One shot: "Psicofonías"

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Desde que ya no está, él no descansa en paz. Su alma llora, llora, él no se conforma con la soledad.

Darien era un hombre noble y de buena familia, él vivía felizmente casado con su esposa en una gran mansión; pero gracias a los celos y el rencor de una mala mujer, quedó viudo y fue condenado a vagar por siempre en esa casa solitaria, él aún después de muerto lloraba y se lamentaba logrando asustar y alejar a todos aquellos que llegaban a vivir a ese lugar; hasta que un día, una familia de tres integrantes llegó a vivir ahí. Darien no quería estar sólo en aquella enorme mansión, pero sus gritos y lamentos retumbaban en las paredes de esa enorme vivienda y por eso siempre estaba sólo.

Una noche fría de diciembre, Darien deambulaba por los rincones de su casa, cuando al pasar por un enorme ventanal vio a una hemosa mujer cepillando su larga cabellera dorada y ella, al mirarse al espejo, lo vio ahí parado observándola; a la vista de Serena, Darien era el hombre más guapo que sus ojos habían visto, al girar hacia él y mirarlo de frente le regalo una muy bella sonrisa, logrando asustar a aquel ente paranormal, él clavo su mirada azul zafiro en la linda e inocente mirada color celeste de ella quedando enamorados al instante.

Todas las noches Darien visitaba a Serena, ella tenía el corazón roto y el alma herida por amar a alguien que no le correspondió, pero gracias al amor que Darien le regalaba, su alma y corazón poco a poco iban sanando; él le prestaba toda la atención posible escuchando todos y cada uno de los detalles de la vida de su amada Serena, logrando así crear un amor profundo y verdadero que duraría toda la eternidad.

Pasaron 3 años y ellos cada vez más enamorados, decidieron contarle a los padres de Serena el gran amor que se tenían el uno por el otro, pero desgraciadamente ellos no lo entendieron...

- Mamá, papá, tengo algo muy importante que decirles.-

-¿Qué pasa hija?, ¿todo esta bien?- preguntó Kenji, su padre.

-Claro que sí papi, todo esta bien, todo esta perfecto. Por fin volví a encontrar el amor, encontré a alguien que logró borrar todo ese dolor que Seiya dejó en mí.-

-Me alegro por ti, mi niña- dijo Ikuko, abrazando muy fuerte a Serena. -cuentanos hija, ¿Cómo se llama aquél hombre que logró sanar tu alma y corazón?-

-Se llama Darien, mami. Él es un hombre alto, cabello negro, ojos color zafiro y demasiado guapo mami, ¡aahhh! tan sólo hablar de él me hace muy, muy feliz papá.-

-Que bueno hija, y dime ¿cuántos años tiene?-

-Papá, eso no importa, lo que importa es que a su lado soy la mujer mas feliz del mundo.-

-Esta bien, esta bien Serena y ¿cuándo tendremos el honor de conocer a ese tal Darien que te hace tan feliz?-

-Si, mi niña, dinos. Queremos conocerlo lo más pronto posible, para agradecerle todo lo que ha hecho por ti.-

-Claro que sí, mamá. Mañana lo conocerán, él vendrá a presentarse sin falta a media noche.-

-¿Qué? ¿media noche?, Serena hija, ¿no crees que ya es muy tarde para que él venga?-

-Viene a platicar conmigo a esa hora. Él vive aquí, es el antiguo dueño de esta hermosa mansion, él ha sufrido igual o más que yo, y juntos hemos podido superar todo ese dolor que nos atormenta.-

Darien amaba a Serena y le cantaba canciones que el viento llevaba a los oídos de su amada por más lejos que estuviera, de esa manera siempre podían sentir que estaban cerca. La media noche llegó y los padres de Serena estaban preocupados por ella...

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