Resiliencia

Prólogo

Era un lugar frío y poco acogedor. El ambiente era bastante tenso y sólo se escuchaban los gritos de reclamos y regaños. Guardias caminando de aquí para allá y diferentes tipos de personas entrando con o sin esposas al lugar acompañados por oficiales.

Daniel había terminado allí a causa de una pelea. Por culpa de una maldita pelea él estaba pasando las peores veinticuatro horas de su vida. Su celda era fría y no tenía una cobija que lo protegiera. Su trasero dolía por estar tanto tiempo sentado en el frío cemento y un dolor de cabeza comenzaba a invadirlo a causa de el estrés.

Su desesperación fue tanta que tuvo que pararse y acercarse a las frías barras de metal para quejarse de nuevo.

-¿¡cuándo me largo de aquí!?-cuestionó molesto

El guardia que se encontraba al frente se volteo unos centímetros y miro a Daniel con una sonrisa burlona.

-aún te faltan dos horas niño- se burló el oficial para luego volver a ignorarlo mientras retomaba la lectura de su periódico en mano

Daniel se puso rojo del coraje y apretó las barras con sus manos fuertemente mientras trataba de no perder la paciencia.

-¡esto es injusto! ¡Mi padre pago la fianza!- se quejo nuevamente provocando que él oficial lo vea molesto

- fue a petición de su madre que tu te quedarás veinticuatro horas aquí encerrado, tienes suerte de que sólo sea un día-

-¡saquenme de aquí!- gritó ya perdiendo el control pero un zapato cayó en su cabeza provocando que este se calle y voltee a ver al hombre detrás de él sentado en el suelo

-¡ya callate niño me tienes desesperado!-

-¿¡y tu qué te crees viejo decrépito!?- Daniel dio unos pasos hacia el hombre provocando que este se parara preparándose para una posible pelea pero el oficial rápidamente pegó un grito obligandolos a parar

- Si no quieren una sentencia mucho más larga dejen de pelear-

Y eso bastó para que Daniel se tranquilizara y volviera a sentarse en el piso lejos de aquel hombre insoportable.

Los minutos se volvieron incontables. Cada segundo era eterno. Sólo se escuchaba el alboroto a unos metros de distancia de la celda y las páginas del periódicos siendo pasadas por el oficial.

Daniel creía que en cualquier momento se volvería loco. Tenía hambre y sed a parte de que el frío también lo estaba matando. Él estaba furioso. Estaba furioso con el odioso al cual le dio una paliza, estaba furioso con los oficiales, estaba furioso por el hombre a unos metros de distancia, estaba furioso con su madre y mucho más, estaba furioso consigo mismo.

Luego de dos largas horas su hora de partida al fin había llegado. Su madre había vuelto para ir a recogerlo. Luego de firma unos cuantos papeles el oficial que antes se burló de Daniel abrio la celda y lo dejo salir con una mirada de advertencia. Daniel pasó por al lado de su madre sin siquiera dedicarle una mirada. Estaba desesperado. Necesitaba salir de ese sofocante lugar.

Al por fin encontrarse afuera de la estación de policia este aspiro profundamente y sonrió triunfante.

- Al fin libertad....-

-ni te creas que eres libre jovencito- su madre apareció detrás de él con una mirada bastante severa- espero que allí adentro hayas aprendido una buena lección-

Daniel bufo fastidiado mientras rodaba los ojos.

- es un lugar al cual no pienso volver, todo y todos son basura en ese lugar- él mete sus manos a sus bolsillos del Jean y da media vuelta comenzando a caminar hacia el jeep de su madre

Su madre soltó un suspiro frustrado y camino hacia allá para luego abrir el auto. Cuando los dos ya estaban adentro su madre lo miro nuevamente.

-Daniel..-

Este solto un quejido de fastidio y la miro de soslayo- mamá, no empieces-

-¡tienes que entender que lo que hiciste no estuvo bien!- grita ya desesperada provocando que Daniel se enoje más- ¡ya tienes dieciséis años! ¡Comportarte como tal! ¿Acasó no puedo tener un hijo normal? Yo no pedí a un delincuente-

A Daniel le hirieron esas palabras pero aún así no demostró tal sentimiento.

-¡no soy un delincuente!¡Simplemente me pelie con alguien!-

-¿¡y crees que eso está bien!? ¡Ahora mismo ese chico está en el hospital! ¡Tienes suerte de que no levantaran una denuncia hacia ti!-

-no lo hicieron porque saben que él se lo merecía-

-¡Daniel entiende! ¡No puedes golpear a las personas de esa manera! Quiero un hijo de bien, un hijo respetuoso y responsable, un hijo del cual sentirme orgullosa, un hijo que al mirarlo, ¡no me haga sentir que cometí un error al tenerlo!-

Esas últimas palabras rompieron el corazón de Daniel. Él volteo su cabeza mirando hacia la ventana del auto tratando de que su madre no notará las lágrimas que comenzaban a asomarse en sus ojos.

- bien- murmuró- seré el hijo que quieres-

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Holaa Bienvenid@ a mi nueva historia, espero que le den una oportunidad y que les guste.

Advierto que no comenzaré a publicar los capítulos ahora oficialmente. He publicado el prólogo ahora para que ustedes sean capaces de leerlo y yo ser capaz de saber a cuantas personas les interesa.

Si les ha gustado guarden la historia en su biblioteca privada para que así cuando comienze a publicar los capítulos Wattpad les avise.

Gracias por leer nuevamente, hasta la próxima ♡♡

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