Cómo Entrenar A Tu Dragón: Elección Decisiva

Capitulo treinta: Elsbeth, las jefas de las fuerzas armadas

Narrador

Después de la charla que tuvieron ambas rubias sobre cierto castaño tomaron rumbos diferentes sin nada más interesante que hacer, el día fue tranquilo y pacifico sin ningún inconveniente ni discusión y mucho menos otra pelea ya que Patán y los gemelos los dejaron encerrados en el barco sin permiso de bajar.

Sigo sin entender cómo puedes seguir tan tranquila en está situación--dijo Hiccup hablando con Bertha--es Erobere de quien hablamos, mato a muchas vikingas y matará a un más sino hacemos algo.

Lo sé Hiccup, pero eso se lo tendrás que dejar al equipo C para que se encargue de vigilar todo y mantenernos informadas--dijo Bertha a lo que Hiccup seguía negado diciendo siempre lo mismo--estoy al tanto de lo que a hecho ese psicópata con nuestra gente y lo que quiere, pero si hacemos un alboroto por todo esto no saldrá nada bueno.

Tampoco digo lo contrario, me refiero que ese romano está entrenado en todo medio que se enfrente, puede entrar a la isla sin que nos demos cuenta, ¿acaso no te preocupa?--dijo a lo que Bertha puso sus dedos en el puente de la nariz también cansada de lo mismo, desde hace tiempo Hiccup se había vuelto la nueva Camicazi en los asuntos de gobernar y mantener el orden, a Bertha le gustaba, porque decía que eso lo haría un gran jefe para ayudar a Camicazi, pero casi siempre había un pero a cada orden que ella le daba.

Sabes que si me preocupa, Hiccup. Tantos funerales en un solo día, nadie pudo evitar llorar--dijo Bertha melancólica al recordar ese día, se a repetido que ese día había sido el peor día de su vida y de su gente--tampoco me opongo a lo que dices sobre él, pero ya tienes una misión con los Berkianos y no te puedes negar ya que ahora es una orden.

Pero eres la jefa, y tú misma fuiste la que me puso esa orden, fácilmente se lo puedes dar a alguien más--dijo tratando de convencerla a lo que ya cansada siguió negando.

Detente por un segundo y retrocedamos un día atrás al momento que hicimos los acuerdos con los Berkianos, aceptaste ir con ellos para ayudarlos con su entrenamiento y tú mismo elegirías a los dragones quienes irían contigo--dijo Bertha dejando por unos segundos callado a Hiccup.

Para empezar tu misma fuiste la que me metió en esto involucrado a los dragones en el tratado y solo lo hiciste para que pudieran terminar su estúpido entrenamiento y nunca acepte ir voluntariamente, ¿lo recuerdas?--dijo fulminandola con la mirada--además que Camicazi irá conmigo para apoyarme.

También me lo dijo, está decidida a acompañarte--dijo Bertha mirando las escaleras y poder ver la habitación del castaño donde su hija estaba dormida--¿ya se lo pediste?. Mañana se irán de vuelta.

Lo sé, pensé en pedírselo cuando regresara e incluso quería dárselo hoy mismo, pero no la encontré en todo el día y aunque no sea el sitio donde creí pedírselo, se lo diré en Berk, hay montañas muy hermosas ahí y seria un lindo ambiente perfecto para proponer matrimonio--dijo un tanto nervioso ya que Teniendo a Camicazi un piso arriba de él temía que pudiera escuchar algo. Además, con tan solo hablar de proponerle ya matrimonio con su madre lo ponía el doble de nervios.

Bertha noto la reacción que puso Hiccup y le dio algo de ternura verlo así. Hiccup se había vuelto un tanto serio en estos tiempos que si no se le veía pensativo en un inventó suyo se encontraba serio en algo, pero verlo tan nervioso le recuerda a su primer año en Bog Burglars, tan nervioso y tímido.

Es normal que estés nervioso por hacer esto, todo el mundo se pone nervioso cuando le pide matrimonio a alguien--dijo Bertha tranquilizando al castaño dándole algo de seguridad--además, ¿por qué te preocupas?, eres un buen chico, de seguro no te dirá que no.

Gracias, Bertha. Buenas noches--dijo al ver como Bertha subía las escaleras al igual que ella dándole las buenas noches y quedarse solo en la sala.