La soledad es una buena amiga

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Es difícil desmontar la de que la soledad o sentirse solo es algo dramático. Los seres humanos somos sociales por naturaleza, nos gusta sentirnos acompañados y sentir que le importamos a alguien.

Desde los tiempos de las cavernas aprendimos que todo era más fácil siendo aceptados en un grupo social, colaborando y enfrentando a las amenazas todos juntos, ya que estando solos teníamos muchas posibilidades de no sobrevivir.

  ¿Quién no ha oído alguna vez la frase: se va a quedar para vestir santos? o ¡Con 40 años y solo, algo malo tendrá! Es esencial que nos percatemos de que el problema central es lo que nos decimos a nosotros mismos acerca de los hechos. Es decir, el problema no es la soledad en sí, el problema es lo que tú te dices acerca de ella, cómo la encajas, cómo la interpretas y qué significado le das.  

Hoy en día vivimos en lugares abarrotados de personas y estamos increíblemente conectados entre nosotros gracias a las redes sociales. Puede ser que quizá esto no te baste, y te sientas solo por el hecho de estar soltero o vivir completamente solo, pero me reitero que el problema no es ese, si no tu manera de verlo, el diálogo que estás manteniendo contigo mismo sobre ello. Eso es lo que te hace estar ansioso o o sentir ese gran vacío interior.

  Evidentemente, si yo me digo cien veces al día, o más, que estar solo es algo terrible, que nadie me quiere o que moriré sola, mis emociones serán muy intensas y me pondré fatal de ideas y pensamientos que ni siquiera se corresponden con la realidad.  

Las personas que temen tanto a la soledad, sienten además, que no son capaces de valerse por sí mismas en el mundo. Necesitan a alguien a su lado para poder vivir felices y esto también es algo falso, ya que la realidad nos demuestra que nadie necesita a nadie para nada.

Es esa falta de seguridad y en uno mismo lo que les hace estar angustiados. En multitud de ocasiones, algunas personas se quedan años y años al lado de otra que les hace más mal que bien, simplemente por ese miedo intenso a quedarse solos. Prefieren pasarlo mal a dar el paso a encontrarse con ellos mismos.

Oblígate a pasar tiempo solo. Para poder cambiar, no solo debemos actuar a nivel mental o cognitivo, sino también a nivel conductual.

Programa fines de semana enteros solo, con tu propia compañía y si quieres, algún libro o película pero sin redes sociales. Ve al cine, a la playa, a la montaña, solo. Haz algún viaje sin ninguna compañía. Cuando entrenes esto el suficiente tiempo, verás que has sobrevivido, que esos temores no eran reales y que te has encontrado con tu yo y ahora te conoces mejor.

Gestiona tu tiempo para también rodearte de gente. La soledad no es buena si la transformamos en un modo de vida continuo. Ábrete al mundo y conoce a gente libre de prejuicios.

Muchas veces estamos solos porque también nos los buscamos. Le ponemos un "pero" a toda persona que se cruza en nuestra vida y esto es porque no entendemos que las personas no son perfectas y no hay un ser que cien por cien vaya a complementarnos o satisfacernos.

Por lo tanto, otro paso es darte cuenta de que hay millones de personas ahí fuera deseando conocerte y tú conocerlos a ellos, pero has de abrirte.

No puedo evitar ser yo mismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora