Capítulo vigésimo séptimo

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Louis y sus padres llegaron en la tarde, después de haber dejado a Lottie en su apartamento.

El ojiazul se bajó del coche, entró en la casa y subió las escaleras a toda prisa pues tenía muchas ganas de orinar.

Pensaba que su hermano estaría en el salón viendo una película o que hubiera salido pues no se había creído nada de lo del examen pero al volver abajo con sus padres escuchó voces en su habitación.

El ojiazul no quería ser cotilla pero igualmente se acercó a la puerta pues por las risas de su hermano, su teoría sobre la mentira del examen cobraba   más sentido.

—Oh venga vamos...ven, nos divertiremos. Inventa algo y veámonos. Te espero en el pub Lotus a las siete. No me hagas esperar bombón—Dijo el pelirrojo al teléfono.

Louis supuso que sería Harry con quién hablaba, así que finalmente desistió de seguir escuchando y regresó con sus padres a la planta baja.

Poco después William apareció en el salón.

—Hey hola...¿qué tal están los abuelos?—preguntó.

—Pues no estaban muy contentos, porque no fuiste a verlos— contestó su madre.

—Oh lo siento pero le dijiste lo de examen verdad, es importante.

—Si tranquilo, se lo dijimos.

—Iré a ducharme y a cambiarme. Llevo todo el día estudiando y necesito aire puro, así que saldré un rato a distraerme—Dijo el pelirrojo muy sonriente.

—Ok hijo, claro te lo mereces— Habló su padre ojeando el periódico.

Poco antes de las siete William bajó de nuevo muy arreglado y radiante de felicidad, eso hizo que Louis sintiese nauseas pues todo indicaba que finalmente Harry le había dicho que si y por eso salían a celebrarlo, por lo que subió a su habitación y se puso a leer uno de sus libros.

—Me voy ya—dijo el pelirrojo desde la puerta, mientras cogía sus llaves.

—No vengas muy tarde amor recuerda que mañana tienes clase.—dijo su madre desde la cocina.

—Si claro mamá, tranquila—habló éste cerrando la puerta principal.

Louis intentaba por todos los medios concentrarse en la lectura y olvidarse de su hermano y de Harry pero inconsciente miraba a cada rato el reloj.

Pasaban cinco minutos de las siete, cuando de repente escuchó el timbre de la puerta, luego el sonido de pasos subiendo las escaleras y por último toques en su puerta.

—Cariño, tienes una visita.

—Una visita—susurró extrañado el ojiazul....—Pasa mamá—habló finalmente.

La puerta se abrió y de la sorpresa, el libro que Louis sostenía entre sus manos se le cayó al suelo pues era Harry, el que acompañaba a su madre.

—Ho-Hola Louis...siento molestarte pero necesito hablar contigo.

23. Un novio de mentira. L.S (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora