Prólogo.

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La guerra ha vuelto.

Era el comentario que corría a través de las calles de Gran Bretaña y Francia, mientras Polonia se ahogaba en ellas.

La guerra ha vuelto. 

La consternación y la incredulidad de la gente aumentaba a medida que pasaban las horas, expandiéndose con el anterior comentario, aumentadas por la declaración de Robert Chamberlain.

La guerra ha vuelto.

"Esta mañana el embajador de Gran Bretaña en Berlín entregó al Gobierno Alemán una nota final indicando que, a menos que supiéramos a las once en punto que estaban preparados para retirar sus tropas de Polonia inmediatamente, un estado de guerra habría entre nosotros.

Tengo que decirles ahora que tal compromiso no ha sido recibido, y en consecuencia, este país está en guerra con Alemania".

La guerra ha vuelto.

Esa declaración aun sonaba en la cabeza de John Willasey, desde que la escuchó por primera vez junto a su madre y padre, este último un veterano de la Gran Guerra que había perdido una pierna en Passchendale, estando sentado en un sillón, mientras que su señora estaba de pie. Un ambiente tenso y enrarecido envolvía la casa donde vivían mientras las declaraciones del Primer Ministro seguían.

"Ustedes pueden imaginar el golpe amargo que es para mí que toda mi larga lucha para ganar la paz haya fracasado. Aun así no puedo creer que haya algo mas o diferente que podría haber hecho y que fuese mas exitoso".

El padre de John, Jim Willasey, le gritó a la radio.

-¡PILATOS DE MIERDA! HITLER SIEMPRE FUE UN PELIGRO DESDE QUE INVADIÓ RENANIA. ¡NUNCA DEBIERON NEGOCIAR CON ÉL, DEBIERON HABER FORZADO SU RENUNCIA O RENDICIÓN ANTES QUE TODO ESTO EMPEZARA...!

Su mujer, Isabella, se acercó y le abrazó la cabeza para calmarlo. Chamberlain seguía imperturbable.

"Hasta el último momento hubiera sido posible organizar un acuerdo pacífico y honorable entre Alemania y Polonia, pero Hitler no quiso. Evidentemente ya había decidido atacar Polonia, pasara lo que pasara, y aunque ahora dice que presentó propuestas razonables que fueron rechazadas por los polacos, eso no es una afirmación verdadera. Las propuestas nunca fueron mostradas ni a los polacos ni a nosotros, y aunque fueron anunciados en una transmisión alemana el jueves, Hitler no esperó a escuchar comentarios sobre ellos, si no que ordenó a sus tropas cruzar la frontera alemana. Su acción demuestra convincentemente que no hay posibilidad de esperar que este hombre abandone su práctica de usar la fuerza para ganar su voluntad. Solo puede ser detenido por la fuerza".

Jim seguía siendo abrazado por su esposa cuando empezó a llorar amargamente. A su mente vinieron las imágenes de cuando luchó en la Gran Guerra. La gran sonrisa que tenía junto a sus amigos de su pueblo cuando partió a Francia en 1916, las bromas que contaba con ellos, sus sueños y expectativas, las grandes ideas que estaban en su cabeza y que le habían llevado a enlistarse. Luchar contra una nación bárbara, de "hunos" que había arrasado todo lo que ocupaban. Iban a defender el Mundo Libre. Todo se hundió en el lodo y la sangre ese fatídico día del 1° de Julio de 1916 en el Río Somme. No sabe cómo sobrevivió, ni siquiera sabía como había regresado a su trinchera. Solo sabía que los cuerpos de sus amigos habían quedado tirados en Tierra de Nadie. De no ser por un alto el fuego entre ambas fuerzas que les permitieron recuperarlos, no habría podido verlos de nuevo... llenos de agujeros de ametralladoras, o un balazo en la cabeza. Mientras que algunos habían recibido una muerte rápida, cosa que se notaba en sus miradas, otros se notaban que habían quedado moribundos en la tierra de nadie, desangrándose y retorciéndose de dolor. De nuevo, las expresiones de sus miradas lo denotaban. 

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2019 ⏰

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