Capitulo 1 *Comienzo*

103 2 12
                                    

Después de meses me decidí a hablarle, curiosamente era mi compañero de trabajo, bueno a decir verdad era mi superior, siempre tenía que andar detrás de él o cuando él me lo pedía, pasando informes, contabilizando datos, dándole los expedientes de los empleados, prácticamente era su secretaria, aunque mi puesto era otro, él me había agarrado así, a veces era muy incómodo pero no tenia de otra, ya me había acostumbrado después de un año. Realmente esta historia empezó por una solicitud a Facebook que curiosamente él me había mandado, era gracioso, pero lo acepte, lo único que recibía eran regaños por Messenger o que le descargara unos archivos, siempre las mismas cosas.

Cuando por fin me decidí a confrontarlo tenía unas copas de más, si, estábamos en una fiesta por parte del trabajo, todos mis compañeros y compañeras vieron el gran oso que hice, al intentar hablarle derrame mi cerveza sobre él, mi mejor amiga me sacó de ahí:

-Estás loca verdad- gritó Elena.

-Loca yo, cállate, iba a decirle todo lo que se merece- exclame muy molesta.

-No señorita, esa no es la manera, lo dejaste en ridículo le tiraste toda la cerveza, sabes el cagadon que te dará el lunes- me tomó del brazo y me arrastró hacia el carro.

-No me quiero ir!!! Deja le digo todo lo que necesita saber!!!- grite lo más fuerte que pude.

-Entiende terca no!- me gritó.

Sentí como me aventó al interior del carro, cerró la puerta, se subió y arrancó, no me sentía mal por lo que hice al contrario me sentía muy bien y él se lo merecía, estaba de más que le hubiera dicho que era un explotador, la verdad nunca lo iba a saber, estaba muy ebria y gracias a esto me quede dormida.

Al domingo, desperté con un dolor de cabeza horrible, la luz me molestaba, mire a mi alrededor, ese no era mi cuarto, estaba en la casa de Elena, observe que trajera todo en su lugar y si, tome mi celular que estaba en la repisa a un lado de la cama, y tenía 1 mensaje, cuando desbloquee mi teléfono no podía creer de quien era, era de él, de Connor:

"Vamos, que te pusiste demasiado intensa en la fiesta, tirarme a mí la cerveza encima, eso no estuvo bien Señorita, al menos me hubieras dicho antes de ponerte hasta las jarras que quieras hablar conmigo, ahora seré el hazme reír del departamento por un buen rato, a lo igual que tú me tuve que retirar de la fiesta, claro que la Señora Pickers te salvo de esto, pero el lunes hablaremos seriamente, chao pequeña."

Dios mío, me puse pálida como zombi, es más hasta la cruda se me había quitado después de leer eso, de verdad hice eso, quería que me tragara la tierra, no quería vivir, es más que caiga un meteorito y destruya todo para no verlo jamás.

-Al fin bella durmiente-

-Elena cállate, cuanto tiempo llevo dormida, dios tengo que ir a casa y hacer un manual de cómo sobrevivir ante el despido inminente y la renuncia a mi carrera- dije levantándome de la cama tomando mis cosas.

-Vamos tranquila, no fue para tanto, créeme- dijo Elena tirándose a la cama.

-Que no fue para tanto, dios mío, si leyeras el mensaje que me mando no dirías eso, de verdad me tengo que ir, gracias por todo- le di un beso a Elena y salí corriendo de su casa.

Al llegar a casa, tome mi laptop y comencé a escribir mi carta de renuncia realmente no se vería bien en mi expediente que me corrieron de la mejor empresa del mundo, si estaba muy paniqueada y tenía una crisis existencial con un ataque de pánico y ansiedad, esto se estaba saliendo de control, tenía que prepararme ante todo, mi Supervisor es alguien muy vengativo, estricto, selectivo y demás, que no quería que me tomara por sorpresa, prepare todo, y me prepare mentalmente para lo que venía.

Mientras escribía como loca, mi celular sonó, era un mensaje, tenía miedo de abrirlo, y si era otra amenaza:

"Mañana te quiero a las 8:00 am en el café de la esquina, ahí te voy a esperar antes de entrar a la oficina quiero hablar seriamente contigo"

Diablos mi tumba estaba escrita, esto no pintaba para nada bien, llegar a tal grado de citarme, era algo grave, bueno aunque nunca había pasado, temía por lo peor de mí, de mi carrera y claro de mi vida.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora