Me acerque a él pensando que no se había percatado de mi presencia, con mi transparente intensión de abrazarlo por la espalda para saludarlo luego de un día tan ajetreado.
-¿Qué es lo que hac..? - No logre terminar de decir porque el impredecible de mi novio se volteó, algo que yo no me esperaba porque pensé que no sabía que estaba aquí, claramente me equivoque.
-Esperándote, claro. - Soltó como si yo le hubiese avisado de mi llegada.
-¿Cómo supiste que había llegado?- Dije algo decepcionado, ya que quería sorprenderlo, y falle en el intento.
- No eres muy sigiloso que digamos, bebé. - Enredo sus delgados y hermosos brazos alrededor de mi cuello, mientras yo refugiaba su marcada cintura con los mios, para unir nuestros labios en un dulce beso.
Juan Sebastian, más conocido como Juanse, es mi maravilloso, hermoso y muchos sinonimos de la belleza pura, novio.
Lo conocí en el bachillerato cuando cursábamos sexto grado y al principio no sabía realmente si me gustaban los hombres o las mujeres o lo que fuera. Pero si sabía que aún así fuéramos unos simples niños, apenas cruce con su mirada, ese chico moreno de labios hermosos, ojos profundos, sonrisa indescriptible y cuerpo esbelto, había causado un impacto en mi, impresionante. Desgraciadamente no me puse a pensar que tanto tiempo me quedaba a su lado, si no hasta que estábamos en la graduación de último año y lo vi.
~Flashback~
Yacía sentado por fin luego de recibir mi diploma, un tanto eufórico y no reaccione, si no después de escuchar su perfecto nombre al ser llamado para subir a la tarima.
Estaba el, allí, nervioso, siempre ha pensado que es súper torpe, y aunque lo sea un poco, me parece que eso es solo algo que se suma a mi interminable lista sobre:
“Cosas tiernas que hace †Mi Chico† ”.
Puedo ser romántico, solo si de el se trata. Pero, dirán, ¿por qué dices que es TU chico?, es mi mejor mejor amigo, eso quiere decir mio, y como es un chico, pues es, M I CH I C O. O esa era la excusa que me decía así mismo para no pensar en la verdadera razón, por la cual lo llamaba así.
Iba el caminando despacio, pero firme, con la cabeza en alto. Siempre tan egocéntrico sin saberlo, Juan Sebastian.
Demoró un poco aunque solo se tratase de un pequeño recorrido, subió las escaleras, paso a paso, y ahí, en ese preciso momento, cuando sonrio, cuando recibió su diploma, y agradeció al decano, me morí, porque me miro, nos miramos. Alzó su mano, mostrando que en la palma de su mano se encontraban, un tanto mal hechas, mis iniciales “ JP ” , en ese instante supe, que lo amaba, sabía que era importante, que lo quería, pero allí fue donde supe que realmente lo amaba, que no lo quería más como mi mejor amigo, que lo quería para mi, que sus besos fueran solo mios, que sus caricias y mimos fueran mios, que ya el verlo hablar con alguien más no me molestara porque tendría la certeza de que el era solo mio.
Me sonrió, y pude reaccionar.
Me pare por inercia y le sonreí de igual forma, o aún mas emocionado que el, y creo que lo supo, porque me guiñó su ojo.
Cuando bajo, la multitud de gente aplaudiendole, por ser el mejor bachiller, lo lamento, no aplaudí, salí estallado a buscarle.
Al verle salir del auditorio, intente seguirle el paso, pero había mucha gente, pero logre salir y me asuste por un momento pensando que no lograría hallarle, luego recordé que en algún momento el me dijo: “Cuando te des cuenta, ven a la azotea” , no entendí, y solo creí que deliraba por haber comido tantas hershey's que me hizo comprar por no darle mimos en clase, culpe al chocolate blanco por su repentino comentario, y le ignore en ese momento. Pero por fin pude entender de que hablaba, y subí corriendo las escaleras, saltando de una en una con la esperanza de encontrarle allí.
