[2]

137 23 3
                                    

Kim SeokJin tenía toda una vida por delante, y bastante exitosa a decir verdad. Se había graduado de la universidad mucho antes que cualquier otro en su carrera, y levantó su ahora prestigioso restaurante desde abajo. Todos lo veían como un hombre perfecto. Claro que dentro de toda ésta organización no había espacio para errores, y mucho menos un cargo de asesinato en primer grado.

El chef se hallaba bebiendo tranquilamente de una copa de vinoㅡuno muy caro por ciertoㅡmientras repasaba algunas recetas para un evento al que asistiría junto con su equipo culinario. Disfrutaba el dulce sabor del vino añejo en su paladar, pensando en lo mucho que le gustaría saborear el líquido junto a alguien más en vez de beberlo sólo en su oscura oficina.

Solo que éstos pensamientos se vieron interrumpidos al entrar un mesero a su oficina con la respiración agitada. El chico parecía poder morir de los nervios, y su apariencia asustaba un poco a Jin, pues ese mesero en particular era, por lo general, bastante relajado.

"¿Qué ocurre Tae?" Se levantó de su silla por inercia, sabiendo que tendría que hacerlo de todas maneras.

"Hay unos," Tomó aire por la boca. "Oficiales afuera que quieren hablar con usted."

A SeokJin ésto le pareció anormal, ya que no es todos los días que oficiales de la ley llegan a su restaurante queriendo verlo. Pero no le tomó mucha importancia, de todas maneras, el era Kim SeokJin, el chef más prestigioso de todo Seúl, no tenia nada que temer, ¿cierto?

Salió de la oficina con un aura de seguridad, pues su madre siempre le dijo: "Si algo te asusta o desconcierta, actúa relajado, así le mostrarás al mundo que puedes con él." Eso es exactamente lo que hacía, porque detrás de ese rostro indiferente, yacía un hombre asustado que añoraba regresar a su oficina y beberse el vino que dejó abierto en su escritorio.

Al estar fuera de la cocina, observaba con cuidado a todos los comensales, preguntándose quienes de todas las personas allí serían los oficiales deseando hablarle. Entonces, sus oscuros ojos cayeron sobre una desordenada cabellera castaña, desde donde se encontraba podía distinguir un par de ojos tan oscuros como los propios, y al ver como le sonreía a un chico frente a él, divisó un par de lindos hoyuelos. Mierda, pensó, si ese fuera un policía lo dejaría arrestarme aquí y ahora.

Quien diría que sus fantasías se harían realidad.

El horror lo azotó cuando TaeHyungㅡquien lo había estado guiandoㅡse detuvo frente a la mesa donde se hallaban ese hermoso castaño junto a el otro chico. Ambos individuos se pusieron de pie al verlo llegar, y, después de inclinar la cabeza en respeto, el castaño comenzó a hablar.

"Buenas tardes." Saludó, su voz era grave y rasposa, Jin podría jurar que de no ser por sus habilidades de actuación, sus piernas temblarian como si de gelatina se tratase. "El es oficial Jeon JeongGuk, y yo soy el detective Kim NamJoon, estamos aquí para hacerle algunas preguntas."

Ante la situación, SeokJin no pudo hacer más que obedecer, de todas maneras hasta donde a él le concernía, no tenia nada que ocultar.

"¿Le importa si buscamos un lugar más privado?"

Una vez devuelta en su oficina, ésta no tenia la misma atmósfera tranquila que poseía antes, porque ahora no se encontraba solo, sino acompañado por dos hombres que inspeccionaban el lugar con aparente sospecha.

"Entonces, señor..." Dijo el detective, esperando que Jin le proporcionara su nombre. 

Raro. Fue lo primero que SeokJin pudo pensar, se le hacía raro que éste hombre no supiera su nombre. "¿Enserio no lo sabes?" Preguntó, sonando altamente indignado.

NamJoon negó con la cabeza.

"Kim SeokJin." Dijo él, pensando que tal vez así lo sabría. Nam aún se veía confundido por la actitud del chef. "¿Nombrado el mejor y más joven chef de todo Seúl?"

"Tomé asiento señor Kim." Fue todo lo que dijo NamJoon en respuesta. Con un bufido de resignación, SeokJin se sentó frente a su escritorio, viendo como el detective se recostaba en la madera. "Bien, ¿podría decirme que se encontraba haciendo el día de ayer a las seis de la tarde?"

SeokJin pareció pensarlo un momento antes de responder, vivía tan ocupado que le costaba recordar exactamente lo que hacía. "Salí a recibir unos ingredientes." Respondió al final, sonando completamente seguro de su respuesta.

El detective asintió, aunque su expresión permaneció neutral, y Jin no era capaz de decir si le creía o no. "¿Hay alguna puerta que salga hacia el callejón de al lado?" Quiso saber, dejando de lado su libreta y viéndolo a los ojos.

"Si." Dijo SeokJin. "Está junto a los baños para personal del restaurante. Por allí entran y salen mis empleados." 

Una diminuta sonrisa apareció en el rostro de Nam por unos segundos, aunque ésta desapareció tan rápido como llegó. "Vamos, quiero verla." No era necesario que articulara la frase como una pregunta, en ese momento, él tenía el control sobre la situación.

El chef lo dirigió hacia la puerta de madera por donde ingresaba el personal, que también era el lugar de ingreso de todos los nuevos ingredientes. O mejor dicho, la puerta por donde SeokJin ingresó luego de salir la tarde anterior.  "Es ésta."

NamJoon parecía estar sumido en sus pensamientos, ni siquiera notaba las miradas curiosos que le dirigía todo el personal que se encontraba trabajando a su alrededor. Dentro de su cabeza, solo podía pensar en que todo eso no podía ser una simple coincidencia.

"Dígame, señor Kim." Habló de la nada. "¿Dónde mantiene los cuchillos para cortar carne?"

Pero que mierdas. Era más que evidente la confusión en el rostro de SeokJin al escuchar tal pregunta, ¿que interés podría tener un detective en sus cuchillos? ¿Por qué había un maldito detective en su restaurante siquiera?

"Por aquí." Se limitó a responder. Llevándolo al área de la cocina dónde mantenía la mayoría de los utensilios.

"¿Podría decirles a sus cocineros que traigan los que hacen falta?" Preguntó al ver que habían espacios vacíos en la sección de la pared dónde se hallaban colgados los cuchillos, cucharones y pinchos.

SeokJin obedeció sin decir palabra.

En poco tiempo, todos los utensilios restantes habían sido colocados en su lugar, todos excepto uno. NamJoon sonreía con suficiencia al ver que efectivamente, había un lugar vacío. Tal y como lo había supuesto.

"Señor Kim." Llamó al chef. "Aquí hace falta un cuchillo, ¿puede decirme dónde está?"

El rostro de Jin perdió su color. "Yo.."

Nam hizo señas a el oficial Jeonㅡquien estuvo de pie frente a la oficina todo el tiempoㅡpara que éste le prestara su móvil. JeongGuk se lo entregó, y el detective pareció buscar un momento antes de mostrarle una imagen a SeokJin.

"¿Es éste el cuchillo faltante, señor Kim?"

SeokJin observó la pantalla del móvil en puro asombro, en efecto, el cuchillo de la fotografía se veía igual a el utensilio para carnes que hacía falta en su pared. Pero vamos, ¿que posibilidad había de que fuera el mismo cuchillo? 

"No lo se." Dijo al final, enserio no lo sabía, rayos, ni siquiera sabía por que había un cuchillo faltante en su cocina.

Pero NamJoon no parecía convencido. "Kim SeokJin," su voz era fuerte y autoritaria, tanto que algunos cocineros a su alrededor parecían espantados. "Necesito que venga conmigo a la estación de policía."

Y ése era nada mas el comienzo de un confuso juego lleno de mortalidad y misterios que no acabaría bien para nadie.







•••






Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 05, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

arrest me! / jinnam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora