Capitulo 2 *Cambios??*

47 3 2
                                    

Eran las malditas 8:30 am, y Connor no se dignaba a llegar, estaba harta de que siempre fuera tan impuntual en todo y yo era la que tenía que dar la cara por él, dios mío, aunque sabía que mi tumba ya estaba preparada, como es que se daba el lujo de.

-Bien, no te hice esperar mucho- una voz se escuchó detrás de mí.

-Maldición Connor te dije que nunca hicieras eso- Exclamé.

-Bien señorita, que tanto tenías que decirme- dijo sentándose frente a mí.

-Primero que nada, no me vas a ganar, aquí está mi renuncia, segundo eres un impuntual, siempre haces conmigo lo que quieres y ya estoy harta de eso, nunca me das el crédito, nunca me das mi lugar, es injusto que tu tomes ventaja de todo esto y yo donde quedo, siempre eres un arrogante conmigo, ya basta Connor yo renuncio- dije estirando mi brazo dándole mi carta de renuncia.

-Vaya pequeña, te tenías todo esto guardado- me dijo tomando la renuncia – En primera no pienso despedirte así que esto no sirve- rompió frente a mí la carta de renuncia –Segunda, tú no sabes lo que pasa por mi cabeza y lo que yo hago gracias a tu trabajo, todo esto es por eso, no sabes lo reconocida que eres, te encierras tanto en ti, eres una miedosa Danna, siempre lo has sido nunca aceptas lo que sabes hacer, por eso te tengo a mi lado, para que intentes aprender un poco de lo que realmente eres, pero por lo que veo no se puede contigo- tomo mis manos –Eres mucho más que esto Danna, no renuncies por favor-

Estaba realmente sorprendida, el hombre más estricto y frío del mundo me estaba ofreciendo que no renunciara, ósea quería sacar provecho de esto, pero realmente no podía, él tenía razón, tenía miedo, miedo a él, miedo a el mundo.

-Bien Connor, no voy a renunciar, solo trátame mejor, hago todo por ti y es lo que merezco, por lo menos un trato digo- dije retirando mis manos.

-Excelente, y veras que vendrán cambios mejores- con una sonrisa en su rostro exclamó.

Daba miedo que él sonriera, y más que el me necesitara pero en este momento no podía darme el lujo de renunciar realmente, tenía que aceptar mi destino y afrontar las consecuencias.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora