MELODÍA FINAL

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El tren avanzaba más lento a mi parecer, el vagón donde me encontraba estaba más vacío de lo normal, solo algunas personas regadas por distintos lugares. A mi lado estaba una señora que hablaba por teléfono mientras cargaba a un bebe de solo meses, en frente, un chico de no más de 18 años escuchaba música en sus audífonos mientras tamborileaba los dedos sobre su pierna y movía uno de sus pies al ritmo.

Yo solo observaba y escuchaba, admiraba y callaba, recordaba y respiraba.

El tren llego a la estación mientras mi canción terminaba, tome el estuche de mi violín y me dirigí a las puertas, cuando subía por las escaleras choque con alguien y simplemente seguí mi camino mientras alcance a escuchar algún tipo de maldición. Me pregunto cuando me hice así, en que momento dejé de disculparme, deje de saludar a las personas, cuando fue que me aleje de todos mis amigos y mi familia, me pregunto cuando es que deje de ser yo, y me convertí en este ser extraño que no reconozco, porque en mis memorias me veo sonriendo, me veo riendo a carcajadas y siendo feliz, y aunque cuando observo mi reflejo en un espejo veo al mismo que en mis memorias, por alguna razón ya soy incapaz de sonreír, ya no me siento feliz.

Salí de la estación y me dirigí al auditorio donde sería mi presentación, no tarde demasiado en llegar y en cuanto cruce la puerta, me llenaron de gritos, las voces llegaban de varios lugares y de varias personas a la vez, pero lo que todos querían decirme era que necesitaba prepararme, entraba en escena dentro de 20 minutos y no estaba listo, había llegado tarde, muy tarde, se supone que debí estar aquí hace una hora y media, llegar junto con todos los demás participantes, cambiarme tranquilamente y repasar el itinerario, pero esta mañana yo ni siquiera recordaba que tenia que venir, la llamada de mi maestro fue la que me recordó que debía llegar, el amablemente me había dicho mierda sobre que ya llevaba media hora de retraso, y mas obligado que queriendo fue que me arrastre fuera de la cama, no me gusta salir de la cama.

Murmure una muda disculpa y deje que me guiaran al camerino donde podría cambiarme, a parecer mi profesor llevo un traje para mi, sabiendo que yo no llevaría nada especial, y al parecer no me iban a dejar subir al escenario con los jeans desgastados. la playera azul y la chaqueta de cuero que portaba, el adjetivo que usaron para describir a mis botas militares fue "innaceptable". Una vez dentro del camerino me dijeron que podía quedarme allí si quería, y me llamarían cuando fuera mi tiempo de entrar, una vez cerraron la puerta y me quede solo mire a mi alrededor, las blancas paredes, el simple tocador en una de las paredes y el gran espejo, había un traje colgado dentro de una bolsa, y supuse era lo que me tendría que poner, así que me cambie y cuando termine me senté en la silla frente al tocador, observaba mi reflejo, pero no me veía a mi mismo, veía las ojeras marcadas, el cabello descuidado y largo por el tiempo sin cortarlo, ya se notaban las raíces del color natural dejando de lado el rubio que había usado, a ti siempre te gusto que estuviera bien arreglado, y si bien mi ropa nunca fue un problema porque me gustaba vestir bien, ponías mucho esmero en mi cabello, lo habías teñido de tantos colores que ni siquiera los recordaba todos, la primera vez que lo hiciste yo estaba completamente convencido de que se me caería al día siguiente, pero ver tu cara y tu sonrisa de felicidad una vez terminaste me hizo intentarlo las siguientes veces, nos detuvimos de experimentar cuando llegamos al rubio, te había fascinado y a mi también porque a ti te gustaba.

Oh dios, el solo recuerdo de ti aun me hace llorar, porque una vez que veo tu sonrisa en mi memoria, una vez que la vuelvo a escuchar inevitablemente todos los recuerdos son vertidos como una cascada, y mis lagrimas salen nuevamente, ahora recuerdo el día que nos conocimos.

Fue en la escuela de artes, estaba muy frustrado sobre una pieza en particular que no lograba tocar como quería, había estado practicando por horas, me sabia las notas una por una, los silencios y tiempos, pero simplemente no podía lograr interpretarla como sonaba en mi cabeza, seguía practicando en una de las salas alejadas de la multitud, no me gustaba que los demás me escucharan practicar, porque yo era capaz de conocer mis propios errores y el que alguien mas me los dijera solo lograba frustrarme mas, así que antes de romper algo deje un momento mi violín y tome unas cuantas respiraciones, cuando logre relajarme un poco volví a intentarlo, y esta vez de manera casi mágica salio como quería, al fin después de mil intentos salio como quería, no pude evitar brincar de la felicidad cuando eso paso, pero volví a brincar cuando escuche unos aplausos, fue allí cuando al fin me di cuenta de tu presencia, estabas parado en la puerta aplaudiendo y sonriendo, tu sonrisa me fascino desde el primer momento.

LA ULTIMA MELODÍA (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora