Bajo tu luna

Introducción

La hora de regresar a la realidad había puesto la cuenta atrás a cero, mientras los días consumidos se burlaban de mí desde el calendario con esas "X" que trazaba cada noche antes de acostarme. No entendía la razón, pero el miedo a volver anidaba en mi corazón oprimiéndolo y ocupando un lugar que no le correspondía.

En respuesta, mi instinto de supervivencia, ese que hibernaba en lo más profundo de mi ser desde hacía ya algún tiempo, se despertó en busca de un pretexto que me permitiera quedarme. Pero no lo encontré. Las excusas se licuaban antes de tomar forma, junto a mis esperanzas de que todo continuara como estaba. Madrid era mi nuevo punto de partida, y cuanto antes lo asumiera, mejor.

Sabía de sobra que mi amiga del alma Laura, la alocada de tía Eli, la dulce Almudena, Marga y muchas personas más aguardaban mi regreso deseosas de que nos reencontrásemos, así que simplemente tomé aire hilvanando un paso tras otro con la maleta a rastras, y me subí al avión. Hacía más de un año desde lo de mamá, y ese "Ya es hora de tomar las riendas de tu vida, María" retumbaba en mi cabeza, como clara advertencia de que huir no era la respuesta.

La apenas hora y diez minutos que duró el vuelo me permitió poner mis pensamientos en orden y mi sonrisa, esa que creí que se daría a la fuga en cuanto el avión tomara tierra, se pavoneó delante de tía Eli, Marga y Laura luciendo sus mejores galas. El miedo se había desvanecido sin más. De un modo extraño, difícil de explicar, me sentía en casa.