Capítulo 5.

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El lunes siguiente, Anthony pasó a buscar a su novia en el auto. Esta vez eligieron ir juntos y esperarse hasta que cada uno rindiera los últimos exámenes que debían.

Stacy le dio un beso al chico y tomó asiento en el banco cerca del aula del él. Sacó de su bolso de cuero un par de apuntes abrochados que el día de ayer utilizó para repasar la materia de Historia Contemporánea que rendía en unos cuarenta minutos aproximadamente.

Iba releyendo la unidad dos porque le costaba un poco más las palabras claves y las fechas de los acontecimientos que pasaron en esa época.

Al cabo de veinte minutos, se aburrió por lo que sacó el celular del bolso y marcó el número de Maxwell.

—Hola —murmuró él algo adormilado.

—Lo siento, ¿te desperté?

—No, recién salgo del baño. ¿Pasa algo?

—Nada, pasa que estoy aburrida. Estoy esperando a Anthony porque entró a rendir historia y se tarda demasiado.

—Ajá. ¿Y tú rendiste?

—Todavía no —contestó dando un bostezo— después de que ellos desocupen el aula.

—Te queda bastante tiempo, Stacy.

—Acabo de repasar y estaba un poco nerviosa pero que salga lo que tenga que salir.

Maxwell bostezó —igual, te irá bien.

—Gracias, te avisaré luego.

—De acuerdo. Ah, me olvidé las lentillas en tu casa.

—Sí, sí. Te las paso cuando nos veamos. Las guardé entre mis cosas porque Leo quiso tocarlas y jugar con ellas.

—Dile a tu hermano que son mías.

Stacy rió negando: —están cuidadas. Confía en mí.

—Confío demasiado en ti me parece.

—Por algo somos amigos.

—Rubia, te corto porque me están hablando para ir al centro. Luego hablamos, adiós.

—Bien, adiós. —Cortó y se quedó mirando las esquinas de su celular que se encontraban desgastadas además de que la pantalla tenía varias ralladuras.

«Cuando entre a la universidad, le pediré uno de regalo» pensó y lo anotó como otro pendiente además de mucha ropa que necesitaría para su primer año universitario.

Una parte de ella no se encontraba de ánimos para dejar la vida que venía teniendo hasta ahora y empezar algo diferente. Sus padres le sugirieron que estudiara la carrera de Recursos Humanos para trabajar directamente en la empresa que ellos poseían, y le comentaron a los padres de Anthony, socios de Marcus, que su hijo estudiara Relaciones Públicas, dedicándose más al marketing, y así tendría un trabajo y futuro asegurado.

Lo que más le emocionaba era irse algo lejos junto a Thony, ya que ambas carreras se encontraban en la misma universidad privada a la que asistirían si rendían bien el ingreso.

Stacy no tenía muy en claro en qué era buena, qué era lo que le gustaba más realizar, ya sea oficio o profesión, y lo que más le inspiraba a un futuro.

Le gustaba mucho dibujar, sin embargo sus padres descartaron eso ya que decían que había suficientes personas que ejercían y que el coeficiente intelectual de Stacy daba para mucho más que dibujos.

Al final los dos adolescentes, por seguir el sueño de convivir juntos y sobre todo por la presión de sus padres, aceptaron estudiar aquellas carreras.

Desde los ojos de Violet.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora