El conocimiento desde la edad media hasta ahora, amenaza. Científicos como Galileo, Copérnico, Darwin, Leonardo Da Vinci, científicos con ideas contrarias al dogma. Grandes pensadores como Sócrates fueron condenados y muertos por hacer pensar a la gente. Las brujas conocían y fueron quemadas. Y estos asesinatos siguen, hombres y mujeres asesinados por razones más alejadas a la iglesia, pero ellos defendían los derechos del hombre, la libertad de expresión, la educación, en muchos de estos casos se encubren para que no parezca castigo de ningún poderoso político o religioso. Personajes como Gandhi, Abraham Lincoln, El Che Guevara y Los hermanos Flores Magón.
La maldad ha tomado diferentes formas. Primero el conocimiento disfrazado a la fuerza como el mal, el Diablo. Y ahora ¿Qué es a lo que más le tememos? Espero que no se haya normalizado tanto que no nos permita responder la pregunta. ¿La muerte? ¿La obscuridad? O ¿será acaso la violencia?, la violencia, esa que está en todas partes y que sí forma parte de nosotros, de lo que vemos a diario, de lo que pensamos y de lo que ya muchos dejan salir. Los delincuentes, los secuestradores, violadores, asaltantes ya no se esconden, están entre nosotros y podríamos ser nosotros, los pensamientos basura inundan nuestra mente, estamos llenándonos de pensamientos negativos que lo único que hacen es esperar un momento para salir, para explotar, ese es el caso de muchas de las personas que participan en los linchamientos.
El linchamiento, esa acción que condena. Según la Real Academia Española es ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un reo o a un sospechoso. En la actualidad el linchamiento se ha convertido en una solución eficaz para los participantes y los simpatizantes de esta acción, —para ellos es solo uno menos de todos los que hay— solución a las injusticias y a la inutilidad de las autoridades. Pero creo que es una justificación para no responsabilizarse de las acciones tan poco razonables que llevan a cabo, acciones que son resultado de esta eliminación de lo que nos distingue de los otros seres vivos. Se vuelven impulsivos, inconscientes, incapaces de reflexionar su acción, se dejan llevar por la masa, culpando en base a los rumores. Creo que para eso hay gente que se prepara, no necesitamos un juicio inquisitorio, existe un proceso legal correspondiente a los tribunales de justicia.