Pensé mucho en escribirte, pensé mucho en si era correcto darte toda esta importancia de la cual no estaba segura fueses merecedor, pero ¿por que no lo serías?
Escribo esto inundada en escalofríos, por que solo así lo puedo describir.
Llegaste a mi, con tu nariz respingada, tan afilada, tus facciones fuertes pero finas, tus labios carnosos, tu gran altura y tu cabello corto, tus músculos y tus bellos ojos.
Llegaste a mi con breve platica y te adentraste tanto, tanto.
Reflejaste en mi tu energía con solo la mirada, me llenaste el alma.
Tan tímido, callado, tan guapo y reservado.
No se cuanto tiempo me tuviste en la mira, no se si de verdad en un principio me querías.
Me muestras lo que a pocos, me confundes, me fascinas.
Contigo puedo hasta palpar la química.
Me esperaste en más de una ocasión, en diferente situación.
Te alejaste por que lo pedí, pero seguiste aquí por que sabias que eso no era lo que en realidad quería.
Me asustaste con tu seguridad y con ella misma me atrapaste.
Me da miedo pensar que quizá incluso me enamoraste.