Esteban

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Y ahí estaba Esteban observando la cafetería, y ahí estaba ella.

Esteban la contemplaba desde lejos y se preguntó así mismo, por qué su mujer estaba sonriendo, ella tenía en su rostro una sonrisa sincera y abierta, pero no era para él, su mujer estaba con otro. Parecía feliz, sus ojos se arrugaban al final y su boca formaba una gran sonrisa con todos los dientes, vio como ella se tapaba los ojos, y de la risa su rostro se volvía rojo. Su cabello estaba suelto, así que, cuando movió su cabeza, este se agito y brillo bajo las luces del establecimiento, fue como recibir una invitación a tocarlo, a pasar sus manos entre sus mechones, y besarla. Dios, el extraña hacer eso.

De repente, vio como aquel hombre que la acompañaba se levantó, y por primera vez, en sus 42 años, Esteban sintió asco de sí mismo, él hombre que acompañaba a su amor, era bien parecido, más alto y ancho de hombros que él, con la ventaja de no tenía sus arrugas, tampoco sus canas, el hombre que ahora se inclinaba para besar a su amor, era tan joven como ella. Esteban se preguntó, si acaso ese hombre besaba mejor que él, se preguntó por millonésima vez, otra vez, si ella se acordaría de él. ¿Murmura mi nombre, me llamaría por la noche? Esteban si lo hacía, incluso después de tanto tiempo, aun soñaba con ella, incluso cuando en sus brazos había otra mujer, él sin darse cuenta murmuraba su nombre, llamándola. La mujer en sus brazos nunca reclamaba tal doloroso error.

Esteban vio cómo su amor se levantó del asiento y tomaba la mano del hombre, habían pasado tantos meses desde la última vez que la espió, su cabello estaba cortado diferente, su maquillaje lucia más cargado, pero seguía usando el mismo tono de pintalabios, su ropa se ajustaba un poco, había ganado peso, estaba hermosa a sus ojos. Esteban vio como ella acaricio su vientre; y sintió como el frió de la tarde congelo todo su cuerpo, sintió que algo estaba ahogándolo, y comprobó como un dolor psicológico pasaba a ser físico, lastimándole el pecho, dolía. La que era aún su único amor, estaba acariciando su vientre prominente, no era enorme, pero al ella tocarse fue obvia la forma de su estómago, su amor iba a tener un hijo; con otro. En un momento se encontraba en el frió de la calle, sintiendo como su cuerpo se enfriaba también y luego se encontraba recordando, Esteban regreso en el pasado, cuando ella llevaba otro maquillaje, otra ropa, otro hijo, un hijo suyo. La recordó claramente, años más joven, llena de sueños cuando le hablaba de las citas al doctor, los libros de maternidad, los biberones, pañales y ropita a comprar. Esteban también recordó lo amargo, él solo había comprado una cosa para ese niño; la cuna. Con eso sintió más frió que antes. Había sido tan egoísta, tan frió y cruel con ella, no la había cuidado, no la había escuchado o apoyado como debía. Ella le había llorado tanto; rogado y suplicado, el aun así, no la escucho.

Desde lo lejos, Esteban la vio despedirse de alguien y salir del restaurante tomada de la mano de aquel hombre. Ella busco refugio cuándo el viento soplo por la calle, el hombre paso su brazo sobre sus hombros y la junto con él, mientras cargaba algunas bolsas con la otra mano, el hombre cuidaba bien de su amor.

Habíapasado más de un año desde la última vez que la vio, habían pasado años desdela última vez que el la beso, fue tan ciego con el amor que ella le dio. Vio ala pareja esperar juntos un taxi, mientras estaban ahí, bajo el sol y a suvista, Esteban recordó cuantas veces él no la invito a salir, tan solo a comer,a cuantas citas se negó, por trabajo, compromisos, mentiras, o cansancio. Elladebió ser primero que todo, el no debió darla nunca por segura, dar su amor por algo eterno. Nunca pensó que llegaría el día, en que ella le diría; "te amo, pero no regreses". Recordó el día que la conoció, inocente de muchas cosas, tal vez demasiadas para su propio bien, recordó lo encantado que estaba al descubrir; que la mejor comida la preparaba ella, recordó lo mal que cantaba y lo bien que besaba, lo delicioso que ella olía después de salir de la bañera, ese era uno de sus momentos favoritos, verla salir del baño envuelta en su pequeña toalla blanca, oliendo a jabón, él terminaba suplicando para que le dejara tomarla, ella jamás se negaba, tal vez fue en alguna de esas ocasiones en que ella quedo embarazada, nunca lo supo.

Recuerdos de EstebanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora