Capítulo Único

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Había una leyenda, que en realidad era una historia, una historia real.

En el tren de la ruta 52 había una muchacha que viajaba de un extremo al otro de la ciudad, era muy famosa, pues siempre traía un libro y nunca apartaba la mirada de este, además de que parecía transparente, como si fuera un fantasma, pero esto se debía a que comía poco y nunca salía al sol, pues entraba a trabajar demasiado temprano y salía demasiado tarde, por lo que aprovechaba sus descansos para leer y nada ni nadie la sacaba de esas páginas, solía leer un libro por uno ó dos días, si el libro era demasiado grande tardaba un poco más, pero duraba menos de una semana con cada libro. Cuando estaba trabajando se fijaba en toda la gente, la estudiaba, la guardaba y le creaba su historia adecuada, buscaba debajo de esas máscaras que era lo que los motivaba a seguir trabajando, una familia, ayudar a un amigo, sueños de fama y comodidad, eso si, nadie era menos en su mente, todos tenían lo que ella sabía que querían.

Por alguna razón la muchacha nunca se enfermaba, y nunca faltaba a trabajar, ni un solo día, trabajaba de lunes a sábado de 7 de la mañana a 7 de la noche, todos pensarían que se sobre exigía, pero apenas y se cansaba durante toda su jornada laboral, pues lo que la motivaba era que tenia que comprar libros.

Su pequeño departamento estaba lleno de libros, a cualquier lugar que miraras había libros, no los había leído todos, por supuesto que no, pero si era verdad que la mayoría habían pasado el viaje por tren. Lo raro de esta muchacha es que pasaban los años y ella seguía igual, no tenía arrugas, no tenía ojeras, se veía como si apenas hubiera salido de la Universidad, en ese momento fue cuando la gente comenzó a notarla, cuando ella tomaba el tren no había mucha gente, pero los rumores corrían pese a ser una ciudad grande.

Pasaron 10 años y ella seguía igual al primer día que subió a ese tren. La mayoría de la gente que conocía la historia trataba de evitar esos horarios pues temian que la muchacha fuera un espectro y les hiciera algo.

La lectora del tren, como le decían, apenas y notaba como la gente dejaba de subir al tren que ella tomaba, o como se ponían pálidos si se topaban con ella por accidente. Es verdad que era muy observadora, pero trataba de aprovechar por completo los momentos en que podía leer.

Hubo un valiente, que un día decidió saber quién era ella, qué era ella, al ver como no sacaba la vista del libro se desespero y trato de arrebatarselo, ella se movió a tiempo haciendo que el cayera sin siquiera dejar de leer, este se enfadó y le dio un golpe en el estómago, después en el rostro y otro justó en la nariz, cuando la lectora vio como una gota de sangre manchaba justo donde ella estaba leyendo tomó el libro con la mano derecha le dirijo una mirada tan oscura que este se estremeció y arrepintió al instante por lo que hizo, pero era demasiado orgulloso, tenía que serlo pues sus "amigos" miraban de lejos, trato de golpear otra vez a la lectora pero esta esquivaba cada ataque, parecía estudiarlo de una forma tan profunda que hacía que el se estremeciera y quisiera huir en ese momento, correr lo más lejos posible de ella, pero cada que vacilaba veía como sus compañeros lo miraban de forma reprobatoria. Este daba un gran respiro y volvía a golpear, no logró pegarle ni una sola vez, y ella ni se inmutaba por la sangre que corría por su nariz. Nunca soltó el libro, y siempre lo alejaba de la trayectoria del golpe.

En este punto de la historia yo me preguntaba ¿quien era?, ¿que era la protagonista?, pero la persona que aceptó contarme la historia me dijo que si interrumpía dejaría de contar y se iría, por lo que me quede callado.

Cuando el muchacho estaba demasiado cansado para seguir tratando de atacarla ella tocó la mancha de sangre de su libro y al quitar el dedo esta desapareció, cerró el libro y lo puso a su lado, se acercó al muchacho y en lugar de golpearlo como este esperaba ella acarició su cabello, le dio una sonrisa y sus miradas conectaron, en ese momento entendió que todo lo que hacía No era lo que debería estar haciendo, que era muy ridículo hacer todo lo que él hacía para que los demás lo aceptarán en un grupo, al ver esos ojos sintió como si estuviera otra vez con su madre cuando era pequeño. Sus ojos se llenaron de lágrimas y una gran sonrisa se formó de forma involuntaria en su rostro, cuando el tren estaba pasando la lectora le dio una ultima caricia y subió al tren con la vista de nuevo en su libro.

Después de eso el muchacho dejo la pandilla en la que estaba y de una forma que parecía mágica logró volver a entrar en la Universidad, fue uno de los mejores fotógrafos del país y pese a tener varios problemas en el camino siempre salió adelante, tuvo una familia y una vida demasiado buena, toda su vida le tuvo cierto aprecio a los libros, su pareja también era amante de los libros y leían todo el tiempo juntos. Un día, cuando ya era viejo pensó en toda su vida, y agradeció haberse topado con la lectora del tren, pues su vida hubiera sido distinta por completo, sin embargo no había ningún remordimiento con la vida que decidió elegir, de verdad era feliz. El muchacho, ahora señor saco un bolígrafo con una pluma grabada que le dio la muchacha y recordó sus palabras "Escribe tu propia historia" dijo ella antes de alejarse.

El señor que me estaba contando la historia se detuvo un momento y mantuvo su mirada lejana, de forma muy lenta dirijio su mano a uno de los bolsillos de su saco y sacó un bolígrafo idéntico al que había descrito segundos antes, no, era el bolígrafo que había descrito segundos antes.

-Ella siempre estuvo cuidandome, pese a que nunca más la volví a ver ella me ayudaba cuando todo se ponía difícil. 5 años después de que me dio el bolígrafo, ella desapareció, nadie volvió a verla en el tren, pero hay muchas personas que tienen algo con una pluma idéntica a la que tiene este bolígrafo, por lo que se que ella sigue ahí, ayudando a la gente a que encuentren su historia, o dándoles una, como hizo conmigo. Siempre le estare agradecido, a ella y a sus libros.

Al terminar de contar la historia el señor se fue, unos días después anunciaron la muerte del fotógrafo Fernando López Gonzáles, cuando vi la foto observe que era el señor que me contó la historia de la Mariposa, como el decidió llamarla, pues esta  llevaba felicidad a todos.

Fin.

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Hola.

Este es un pequeño cuento que se me ocurrió mientras veía a mi mamá leer en el autobús, así que se lo dedico a ella, espero le guste y a ustedes también.

Por favor no lo copien, aunque si quieren compartirlo por mi esta bien.

Gracias por leer y si les gusto denle ☆.

Bye.

Mariposa En Un TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora