Demon

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Demon

Para Violette de tu amiga Yue

El sonido de las gotas de lluvia golpeando incesantemente los grandes ventanales de la mansión era tan estruendoso que casi opacaba por completo el sonido de la exquisita opera que el dueño de la misma se encontraba escuchando esa noche, acompañado de un vaso de fino whisky escoses y el crepitante fuego de la chimenea mantenía la mirada perdida en la nada. Sobre el hogar se encuentra descansando el retrato de una hermosa mujer de cabellos tan negros que a veces resulta difícil distinguir el violeta en los mismos, un violeta que es claramente identificable en los ojos que aunque muertos parecen seguirte por toda la habitación.


Damián Wayne observa con una mezcla de fascinación y odio aquel retrato de una persona que nunca conoció; o al menos eso se empeña en creer, pues aun contra su voluntad conserva recuerdos de la más tierna infancia en donde aquella hermosa aunque aterradora mujer velaba el sueño junto a su cama todas las noches. Siempre vigilando, siempre esperando, sin decir una palabra más al mismo tiempo diciéndolo todo.


Aún recuerda claramente el horror en el rostro de su madre Talía la noche que al entrar a su habitación para asegurarse de que todo estaba bien con la sangre de su sangre, encontró a la espeluznante mujer besando su frente con aquellos labios helados carentes de toda emoción. Damián esperaba un grito de horror, que su madre llamara a su padre o que incluso se arrojara contra la invasora en un acto de desesperación; pero aún era muy demasiado pequeño para entender a su madre y ser consciente de que Talía Al Ghul era muchas cosas, algunas buenas y otras definitivamente malas, pero jamás una mujer que cedería ante la desesperación.


Para sorpresa del entonces infante los verdes ojos de su madre se iluminaron con una luz espectral pero que por alguna extraña razón no le provocaba miedo alguno; a diferencia de la mujer de ojos violeta que apenas diviso a Talía y escucho las palabras cual serpientes que manaban de su boca comenzó a retorcerse en gritos de agonía y desesperación, el sonido de sus lamentos era tan desconocido a los oídos de un niño pequeño como lo resultaban las palabras que su madre recitaba.


Damián hubiese deseado perder el conocimiento esa noche, que su inocencia infantil le llevara a no ser capaz de presenciar tal horror, mas no fue posible porque al igual que sus padres él era fuerte, quizás demasiado fuerte para su tierna edad. Fue esa misma fortaleza la que le llevo a ver como aquella mujer de ojos violetas dejaba de gritar para verse atrapada por la eternidad, gracias a su madre, en un cuadro como simple decoración. Esa noche la inocencia de Damián Wayne Al Ghul murió al tiempo que nacía el entendimiento de lo que su madre y aquella desconocida eran en verdad, viejas enemigas unidas a la tierra de una manera que un hombre de ciencia como su padre jamás llegaría a entender.


Talía, su madre, le advirtió que jamás debía volver a observar a aquella mujer a los ojos pero tampoco podía destruirla o su poder sería liberado. Ella le prometió mantenerla a raya con su poder pero sería deber de Damián ocultarla de cualquier ojo curioso. Y cumplió con aquella promesa de sangre durante casi cuarenta años, tiempo en el que incluso se atrevería a decir que fue plenamente feliz. Se casó con el hombre que amaba, vio a sus padres envejecer juntos y en el ocaso de sus vidas les brindo la felicidad de compartir los primeros años de la hija que Jasón y él tanto desearon.


Por desgracia Damián debió esperar que tras la muerte de su madre, aquella mujer de la que casi se había olvidado por completo reapareciera en su vida. Y la prueba viviente de ello fue la tarde de lluvia en que sin querer su pequeña Helena encontró el retrato que con tanto cuidado Damián se empeñó en ocultar. Para cuando Jasón y él encontraron a su inocente hija está ya ardía en fiebre y el cuadro de aquella mujer tenebrosa estaba tan reluciente como la primera vez que le vio esa noche de lluvia, décadas atrás.


Ahora, nuevamente con una tormenta cerniéndose cobre la mansión, Damián espera paciente que llegue la media noche. Y mientras Jasón cuida de la hija de ambos en el piso superior, él, al ver como la mujer retratada ahora muestra una sonrisa llena de satisfacción, se despide en su mente de ambos.


Cierra los ojos por un dulce y breve momento, rememorando los suaves labios del mayor sobre los suyos y la hermosa mirada turquesa que le robo el corazón desde el primer instante que sus ojos se encontraron. Cuan feliz había sido entre los brazos del que alguna vez fue el protegido de sus padres, cuan sorprendidos estuvieron en el momento que ambos les contaron sobre lo mucho que se amaban. Cuan dichoso se había sentido la primera vez cargo entre sus brazos a la hija de ambos, la hija que tanto lucharon por traer consigo después de la terrible muerte de su madre.


Ciertamente había vivido una vida plena y feliz; aun si nunca llegaría a ser larga tuvo la suerte de conocer el amor y ahora tendría, pese al dolor que eso le causaría a su habibi y habibiti, la oportunidad de entregar su vida y alma a cambio de las de ellos. Porque Damián siempre supo, aun si no era del todo consciente de ello, que lo que aquella mujer deseaba, no era otra cosa que su alma y pensaba obtenerla sin importar la tortura a la que debiera someterlo.


- Conoces el precio. - "Amenaza" Damián aun con los ojos cerrados en cuanto siente la caricia de una mano helada sobre la mejilla.


- Ambos estarán a salvo. - Contesta la mujer con una voz sedosa que dista mucho de la que él recuerda, pero que aún mantiene ese toque de crueldad fría que tanto le atemorizaba.


- De acuerdo entonces. - Son las palabras del último heredero Al Ghul que se permite pensar una última vez en sus seres amados.


Su madre cantándole en aquel árabe antiguo que tanto amaba.


Su padre enseñándole a ser un hombre mejor de lo que el mismo fue.


Su amado demostrándole que merecía ser amado pese a sus pecados.


Su hija convirtiéndose en la prueba viviente de que la esperanza aun existía por los condenados.


Y mientras el último suspiro de vida escapa de sus labios, Damián se rinde ante la que alguna vez fue considerada la hija del mismo demonio. Más es plenamente consciente de que aun cuando el heredero de aquel que condeno a la mujer ha vendido su alma, el hijo de Bruce Wayne jamás le entregara su corazón, pues este hace mucho fue obsequiado a quien realmente lo mereció.


...


Jasón Todd probablemente nunca entienda porque la misma noche que su hija sano milagrosamente aquella fiebre que estuvo a punto de llevarla al otro mundo, su amado perdiera la vida de una manera que ningún médico o detective pudiese aun comprender. El desolado hombre de ojos turquesa no conocerá el sacrificio de su alma gemela o la razón de que un cuervo de brillantes plumas negras vigilase constantemente a su hija y a él.


Mas era mejor así, pues ya bastante había tentado a su suerte al robarse el corazón de aquel al que un demonio deseaba. Porque Raven deseaba al último de los Al Ghul e iba a poseerlo, aun si ello implicaba proteger por el resto de su existencia al único descendiente de la única sangre que podía destruirla.

DemonWhere stories live. Discover now