beso

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Las manos más pequeñas se paseaban por la tela de aquella sabana que les mantenía calidos, quitando los pliegues que tenía y haciendo círculos sin sentido con el objetivo de evitar contacto con la persona que se llevaba sus noches de sueño. Para ese punto era inevitable que sus miradas se cruzarán, en respuesta a esa acción y atravez del silencio el mayor le sonrió y sólo pudo pasar saliva nervioso, constantemente se repetía a si mismo un incesante no mires sus labios, aquello le era una misión imposible porque que le gustaban los labios de su acompañante que se dedicaba a ponerle nervioso sin saberlo.

ㅡ¿Y si te alejas un poco?

Su voz fue un susurro titubeante que el mayor oyó e hizo lo que le pedía alejándose lo más que podria alguien de casi dos metros en una cama individual que le quedaba chica al dueño de esta, chanhee sabía eso pero aún así gustaba de acostarse ahí aunque pretendiera que la cariñosa manera de ser que tenía seokwoo le irritaba, no era así, y momentos como esos eran prueba de ello.

De la nada el chico de pelo azabache, negro como la noche se puso de pie con dificultad ante el reducido espacio y se retiró por pocos minutos en los que chanhee pudo respirar además sin tener la necesidad de tirarse encima del otro con necesidad de un beso potente que le hiciera perder la noción del tiempo.

Porque ese era su problema.

Queria culpar a las hormonas, quizá el olor del curiosamente intenso pero para nada abrumador perfume que portaba su compañero de grupo o la calidez que este desprendía de su cuerpo, no lo sabía pero algo hacia que su corazón doliera en su pecho. Imaginaba ir más allá con Seokwoo añoraba un beso intenso que le nublara el juicio, sus dedos cosquilleaban ante el sólo pensamiento de pasearse por la piel morena del que últimamente ocupaba sus sueños que creyó inocentemente desaparecerían con el tiempo, para su deagracia no ha sido así.

En una acción desesperada tomó la cobija y se tapó hasta el mentón cerrando los ojos esperando que aquello se le pasará, como en los últimos días. Poco le duro la calma, sintió la presencia y la cama hundirse a su lado, unos dedos quitarle los mechones del rostro y la sensación de que le miraban por unos segundos que le parecieron eternos.

ㅡmejor... ¿puedes venir más cerca?

Abrió los ojos mientras alcanzaba y tiraba de la camisa del mayor que sólo sonrió y se dejó hacer, no tenía razones suficientes para darle la contraria a su menor, menos cuando le hablaba de aquella forma.

ㅡdeja de sonreír...

Chanhee sentía un revoltijo en su estómago que le hacía estar inquieto, de sus labios salió un tonto que iba más para si mismo, en parte era el único que hablaba, le frustraba.

Pasaba las manos por la tela de la camisa del mayor alisando la tela, mirando de reojo los labios rojizos y tan llamativos que poseía Seokwoo, el labio superior con una forma del arco de Cupido perfecto, el inferior esponjoso pero nada exagerado y ese lunar que decoraba como firma de artista en y obra de arte, se preguntaba si este estaría molesto.

Pero también Chanhee estaba empezando a tener calor.

El mayor parecía estar durmiendo sin preocupación alguna, tenía los labios entreabiertos, las pestañas largas que rozaban sus pomulos junto a ese gesto relajado, en un momento como ese no dudaba cuando todos parecían alabar al más alto por sus cualidades físicas porque sí, era atractivo de pies a cabeza. Sus manos parecían tener vida propia subieron haciendo un camino desde el abdomen encima de la camisa de algodón hasta la mandíbula, luego los pómulos de seokwoo, tocando con suavidad y cuidado.

Tomó aire y acortó la distancia un poco más, por instinto se mojó sus labios, cerró los ojos sintiendo tan cerca que la respiración acompasada del mayor chocando contra su cara, aquello parecía tan irreal.

ㅡhay mejores maneras de conseguir un beso...

Aquello le tomo de sorpresa, la voz tranquila pero ronca le erizo la piel mientras que su rostro se convirtió en un lienzo en rojo, boqueo aunque no por mucho ya que fue atraído de la nuca hasta que al fin ocurrió, sus labios se encontraron en aquel beso que tanto había estado deseando, aquel que de sólo pensarlo le hacía estragos, con un escalofrío que recorria su espina y su cuerpo derretirse como chocolate en altas temperaturas.

No hubo más palabras porque se aferró al cuello de la camisa que portaba el más alto,
vergonzosamente sintió como sus pantalones le apretaban en cierta parte y un gemido escapó de sus labios tan pronto ambos músculos húmedos se encontraron.

El sabor mentolado era predominante en los labios ajenos, aquellos que le estaban destruyendo la cordura mordidas y lenguas chocando le volvían loco y lo hacía saber en sonidos que eran ahogados entre los besos que comenzaron a ser separados e irregulares.

Fue como entrar en un trance en el que sus labios se conocían, sus lenguas se encontraban, sus dedos rozaban la piel ajena, en un punto sin retorno sus dedos atraparon mechones de pelo del mayor, tirando tan gentilmente al igual que la presión que hacía el mayor en su espalda.

La necesidad de estar casi sediento del otro, eso significaba que el mayor lo esperaba tanto como él, muchas preguntas estaban en su mente que los labios y la experiencia agena las dicipaba haciéndole caer tan bajo en sus instintos.

Llegó el punto en que chanhee estaba entre seokwoo y la pared, en la oscuridad de la habitación se encargaba de tocar la piel caliente al tacto como el mismo moreno, caliente como el infierno, en un ambiente oscilante entre pesado y ligero, todo de tan privado, íntimo, futivo y hasta cierto punto prohibido. Su amante se dedicaba a acariciarle la piel, sus labios creando sonidos explícitos, junto el roce de sus cuerpos sin darle tregua, sin pena alguna.

¿Era posible llegar al clímax con un beso? Era la pregunta que revoloteaba en la mente de Chanhee cada vez que se tomaban apenas segundos para respirar para luego continuar, toques y roces que se sentían hasta inocentes en comparación al beso que le estaba matando neuronas a cada segundo.

Uno, dos, tres minutos se convirtieron en una sesión de besos que tenían en proceso de combustión la frágil mente joven kang, que cuando menos se había dado cuenta buscaba la forma de aliviar su calentura, aquella que seokwoo había empezado y parecía más que dispuesto a terminar.

Hasta que al fin se alejó para respirar.

ㅡ¿y bien?ㅡ

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Eso fue lo que quiso decir.

ㅡNo digas nada... sólo, Bésame otra vez, tonto.













No quería irrumpir la lectura, pero tengo una pregunta, no se si hacer esto un libro de one-shots o sólo un one-shot, si me ayudan se los agradecería por siempre. ♡

110319

momentos.      (( rochan )) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora