Después de una larga jornada de trabajo en la universidad, Jungkook iba de regreso a su departamento en el autobús. Comía ansias por ver a su novio una vez que estuviera ahí, puesto que él ya habría llegado de su trabajo para ese entonces.
Había mucho frío, demasiado para su gusto.
Lo único que quería era tumbarse sobre su cama y acurrucarse junto a Namjoon todo lo que quedaba del día.
Bajó del autobús con su mochila colgando de su hombro derecho. Se quitó los auriculares y caminó un par de cuadras hasta que pudo visualizar el edificio dónde vivía. Se adentró en él, saludó a la recepcionista y subió por las escaleras en vista de que el elevador estaba ocupado y él no estaba dispuesto a esperar ni un minuto más para llegar a casa.
No tardó mucho tiempo subiendo, y dado a que su departamento era el primero del piso, con lo primero que se topó fue con el pasillo, y a un costado, la puerta que daba paso a su pequeño lecho de amor.
Giró la perilla, empujó la puerta con cuidado y se adentró, encontrándose con su novio en el sillón de la sala, sumido en un sueño tranquilo. Se acercó hasta él con una sonrisa amplia dibujada en su rostro, acarició su mejilla con ternura y su vista calló sobre sus labios entreabriertos; gruesos, teñidos por un leve color carmín que los había lucir más apetitosos a su parecer.
Se percató de la mala posición en la que se encontraba dormido, por lo que con algo de dificultad subió sus piernas al sillón, colocó una almohada detrás de su cabeza y recostó su cuerpo como se debía. Plantó un casto beso en su frente finalmente y se encaminó al cuarto de baño, con intención de dejarlo descansar solo un poquito más.
Lanzó su mochila a la cama de su habitación antes de entrar al baño y despojarse de sus ropas, muy a su pesar, porque en realidad lo último que quería hacer con ese frío era darse un baño. Aún así lo hizo, se dejó hacer por el agua de la regadera mientras tiritaba por la heladez de esta misma y con mucho trabajo jabonó todo su cuerpo, de pies a cabeza.
Poco tiempo después salió envuelto en una toalla, caminando de lo más rápido a su habitación para ponerse lo primero que encontró: una sudadera de color rojo y unos pantalones de chándal negros.
Se asomó a la sala otra vez, Namjoon estaba ya levantándose del sillón con una expresión demasiado tierna ante los ojos de Jungkook, quién se acercó de inmediato hasta él para envolverlo con sus brazos y dejar besitos en sus mejillas.
—¿Estás cansado, hyung? —indaga, recibiendo una sonrisa dulce del más alto.
—Lo estaba hace un momento —dice, con un tono bastante suave—, ¿Qué tal la universidad?
Jungkook se sienta en el sofá y hace que Namjoon se recueste en él de nuevo, esta vez con la cabeza sobre sus muslos.
—Aburrida —responde con poco interés en el tema—, Yugyeom no ha ido a clases hoy, así que ha sido aburrido no poder molestarlo.
El castaño ríe, contento de tener a Jungkook en casa de nuevo.
—¿No tienes cosas que hacer?
—Uhmn, casi lo olvido —murmura, de repente mirando hacia la televisión apagada—, me parece que tú y yo tenemos un par de cosas pendientes, hyung.
—No realmente —le aclara antes de dar un leve apretón al puente de la nariz contraria, observando desde su posición la mandíbula de su pequeño noviecito.
—Sí —insiste y Namjoon quiere decir algo al respecto, pero Jungkook no le deja y en su lugar besa sus labios tras haberlos estado observando cuando llegó, encorvado su espalda para poder encontrarse con ellos con mayor facilidad.
Pronto la mano de Namjoon se posó en su nuca e hizo un poco de presión en ella, profundizando el contacto de sus labios a un ritmo lento. Jungkook lo disfrutaba al máximo, disfrutaba la textura de los labios de su novio y los saboreaba con mucho gusto, sin poder contener pequeñas sonrisas mientras tanto.
Los amaba, pomposos y enrojecidos, tan bonitos que incluso podía decir que tenían sabor: sabían a Namjoon, a la dulzura de su chico.
Dulces, dulces labios.
Namjoon era la única cosa dulce de la que Jungkook podía disfrutar plenamente, sin hartarse ni un poquito.
El castañito dió una suave caricia a la mejilla de su novio antes de separarse con parsimonia de sus labios. Plantó un besito rápido en ellos e hizo que Namjoon se reincorporara en el sillón para sentarse sobre él, con cada una de sus piernas a los costados de su cuerpo, envueltas en su torso; y las manos sobre su pecho, apoyándose en él.
Jungkook lo sostuvo de su cintura y lo atrajo de nueva cuenta a sus labios, lamiendo superficialmente cada uno de ellos mientras las llemas de sus dedos trazaban figuras imaginarias en su espalda, haciendo que Namjoon se relajara y soltara suspiros muy bajos a la vez que sostenía entre sus dedos la tela de la sudadera del menor, arrugándola de a poco.
Joder, Jungkook le había extrañado tanto luego de haber pasado todo el fin de semana encerrados en casa, que las horas de clases se le habían hecho eternas y ahora que lo tenía entre sus brazos no sentía las más mínimas ganas de dejarlo.
Ésta vez es el mayor quien se separa despacio del beso para mirar a Jungkook directamente a los ojos, inquisitivo.
—Jungkookie...
—Déjame besarte un poco más, hyung.
Las mejillas de Namjoon se colorearon de muy tenue carmín y permaneció en silencio mientras se observan, lo que Jungkook toma como una respuesta afirmativa y se acerca muy despacio al rostro contrario para volver a unir sus bocas con ansias.
Sí. Él definitivamente amaba los labios de su hyung.
Gracias por leer.♡
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Sweet, sweet lips »kooknam.
Fanfiction♡₊˚༄ 달콤한, 달콤한 입술 ‹ ೃ ༉‧₊˚✧ › ⠀⠀⠀⠀⠀❝ Déjame besarte un poco más, ⠀⠀⠀⠀⠀hyung.❞ Jungkook está ligeramente obsesionado con los labios de Namjoon, quién ama ser mimado por su novio. ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀꒰꒰· kooknam ♡·̩͙ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀꒰꒰· fluff...