El avión ha tomado tierra por fin. Mientras se acerca a la terminal puedo ver a Don a través de la ventanilla.
Abren las puertas y todos vamos saliendo. Don se acerca y me abraza, coge de mis manos unos bultos y con su mano en mi espalda me guía hasta el coche.
-¿Qué le ha pasado a tu pelo?
-Eso es una historia muy larga de contar -sonrío- ¿No te gusta?
-Oh sí, es diferente – dice contemplando extrañado mi cabeza.
A mí simplemente me da igual
-¿Qué tal viaje has tenido? – pregunta antes de besar mis labios
-Bastante bueno.
Introduce las maletas en el maletero y me sorprendo de lo lujoso que me resulta ahora su coche
-¿A casa? - me pregunta.
-A casa - respondo.
Durante el trayecto voy contemplando la ciudad, ha cambiado mucho; más comercios a través de mi calle, más vehículos transitando, todo parece tan nuevo...
-¿Te encuentras bien? ¿Apenas has hablado? – Don rompe con mi contemplación.
-Sí cariño, es que estoy algo cansada.
-Bien, te dejaré en casa y luego vendré por ti, saldremos a comer, todos están deseando verte.
-No Don por favor, será mejor dejarlo para mañana.
-Pero si ya les he dicho... Está bien, lo entiendo, mañana para el almuerzo entonces.
Cuando entro en casa todo esta tal y como lo dejé, incluso mi habitación en donde Don ha dejado ya mis maletas.
-¡He mandado limpiarla cada 15 días! – grita desde el baño.
-Sí, ya veo – respondo echando una ligera mirada a mi alrededor.
-¿Necesitas algo? No sé... ¿Comida...?
-No, descansar
El se acerca y me besa, y yo le correspondo su gesto.
-Entonces será mejor que me marche, necesitas descanso y yo tengo mucho que hacer. Volveré luego, porque hay mucho que celebrar – me guiña un ojo.
-De acuerdo cariño -. Le doy un beso en los labios y se marcha.
Me siento en la cama observándolo todo, siento ganas de descansar, pero lo más que me apetece es un baño. En realidad se nota el cambio de horario y del clima en mi cuerpo... en mi piel.
* * *
-¿Que pasa muchacho? – dice mirando a su perro que reclama su atención.
-¡Wen!
-Sí, Tobir
-¿Tienes alguna caja empacada ya?
-Sí, ya hay algunas, solo falta precintarlas. - al levantar mi cabeza veo la cabaña de Joan.
"Todo está muy silencioso sin ella", pienso.
-La extrañas ¿verdad?
-Sí, creo que todos lo hacemos.
Tobir se ríe y se marcha rumbo a las cajas.
-Pues la verdad yo no le veo la gracia – exclama sonriéndole a la espalda del viejo.
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Destino
RomanceNO ES DE MI AUTORIA Hace muchos años llego esta historia a mis manos, no tiene el nombre de la autora, pero considero que es una historia digna de compartir. Tiene un relato intimo y lento de las historias viejas Una periodista de Filadelfia (Joan...