Parte 6 regreso, realidad e inspiración

264 16 1
                                    


 El avión ha tomado tierra por fin. Mientras se acerca a la terminal puedo ver a Don a través de la ventanilla.

Abren las puertas y todos vamos saliendo. Don se acerca y me abraza, coge de mis manos unos bultos y con su mano en mi espalda me guía hasta el coche.

-¿Qué le ha pasado a tu pelo?

-Eso es una historia muy larga de contar -sonrío- ¿No te gusta?

-Oh sí, es diferente – dice contemplando extrañado mi cabeza.

A mí simplemente me da igual

-¿Qué tal viaje has tenido? – pregunta antes de besar mis labios

-Bastante bueno.

Introduce las maletas en el maletero y me sorprendo de lo lujoso que me resulta ahora su coche

-¿A casa? - me pregunta.

-A casa - respondo.

Durante el trayecto voy contemplando la ciudad, ha cambiado mucho; más comercios a través de mi calle, más vehículos transitando, todo parece tan nuevo...

-¿Te encuentras bien? ¿Apenas has hablado? – Don rompe con mi contemplación.

-Sí cariño, es que estoy algo cansada.

-Bien, te dejaré en casa y luego vendré por ti, saldremos a comer, todos están deseando verte.

-No Don por favor, será mejor dejarlo para mañana.

-Pero si ya les he dicho... Está bien, lo entiendo, mañana para el almuerzo entonces.

Cuando entro en casa todo esta tal y como lo dejé, incluso mi habitación en donde Don ha dejado ya mis maletas.

-¡He mandado limpiarla cada 15 días! – grita desde el baño.

-Sí, ya veo – respondo echando una ligera mirada a mi alrededor.

-¿Necesitas algo? No sé... ¿Comida...?

-No, descansar

El se acerca y me besa, y yo le correspondo su gesto.

-Entonces será mejor que me marche, necesitas descanso y yo tengo mucho que hacer. Volveré luego, porque hay mucho que celebrar – me guiña un ojo.

-De acuerdo cariño -. Le doy un beso en los labios y se marcha.

Me siento en la cama observándolo todo, siento ganas de descansar, pero lo más que me apetece es un baño. En realidad se nota el cambio de horario y del clima en mi cuerpo... en mi piel.

* * *

-¿Que pasa muchacho? – dice mirando a su perro que reclama su atención.

-¡Wen!

-Sí, Tobir

-¿Tienes alguna caja empacada ya?

-Sí, ya hay algunas, solo falta precintarlas. - al levantar mi cabeza veo la cabaña de Joan.

"Todo está muy silencioso sin ella", pienso.

-La extrañas ¿verdad?

-Sí, creo que todos lo hacemos.

Tobir se ríe y se marcha rumbo a las cajas.

-Pues la verdad yo no le veo la gracia – exclama sonriéndole a la espalda del viejo.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora