No tener preservativos había sido un gran fallo, pero nos había dado igual. Estaba sentado en la cama de Lía, apoyado con las palmas de mis manos. Ella se movía encima de mí, agarrada a mi hombro con una de sus manos mientras yo la miraba.
No podía hacer nada más porque estaba escuchando sus gemidos y mis jadeos, sintiendo el vaivén de sus caderas, que me llevaba a la locura y mirando su cuerpo desnudo. Ese que había visto muchas veces en foto pero poco en la vida real.
Ella se acerca a mí y me besa, por lo que llevo mi mano a uno de sus pechos y lo aprieto.
— Así, sigue —jadeo—. Buena chica —doy con la palma de mi mano en su trasero y Lía jadea—. Estoy llegando, cariño, no pares.
Cierro los ojos y ella pone una mano en mi pelo. Gimo con fuerza y la empujo un poco para apartarla de mí. Me toco mientras ella jadea tumbada en la cama y me descargo encima de ella.
Echo mi cabeza hacia atrás y cierro los ojos, cansado y realmente satisfecho.
Abro los ojos y miro a Lía, que está mirando al techo, esperando que su respiración vuelva a la normalidad.
Me levanto de la cama, quitando con cuidado sus piernas de encima de mí y me acerco a su rostro. La beso y voy al baño. No tardo en limpiarla y empezamos a vestirnos, en silencio. Ella se pone su pijama y se tira sobre la cama, seguramente cansada, yo también lo estoy, por lo que me tiendo a su lado cuando me pongo los pantalones y la camiseta y miro al techo, lo que está haciendo ella.
— Ha estado bien —dice ella.
Sonrío y la miro. — Sí, ha estado bien. Me iré para que descanses.
Me levanto y Lía también lo hace, siguiendo mis pasos. Cojo la gorra que está en el sofá y abro la puerta para después girarme y observarla.
— ¿Cierras la puerta con llave? —Le pregunto.
— Sí.
— Bien. Buenas noches, Lía —me despido.
— Buenas noches.
Cierra la puerta y cuando escucho la llave, bajo por las escaleras. Camino lentamente hasta el coche. Había estado bien, muy bien, pero había algo que no me dejaba estar tranquilo, y supuse que era el remordimiento hacia Luke, ya que lo vi esperando en mi puerta.
— ¿Qué haces aquí? —Le pregunto.
— ¿Para qué tienes el móvil? —Se queja. Y como si tuviera un sexto sentido, él, frunce el ceño— ¿Has estado con ella?
— ¿Qué?
— ¿Has estado con ella? —Vuelve a repetir.
— Sí.
Él junta sus labios en una fina línea y asiente. Me indica que abra la puerta de mi apartamento y eso hago. La verdad es que no tenía ganas de tener a Luke allí. Sabía que me iba a quedar dormido en cuanto me diera una ducha, si es que no me quedaba dormido en la bañera.
Luke está sentado en el sofá cuando termino de ducharme y me siento también para que hable.
— Siento como me puse el otro día, yo... joder, eres un cabrón tío, se supone que no te interesaba.
— Ya te he explicado mi punto de vista, Luke, no puedo decirte nada más.
— Lo sé, por eso venía a disculparme. No puedo obligar a nadie a que se fije en mí.
— Encontrarás a alguien, no tengas prisa, tío, todo llega.
— Supongo que sí —se levanta—. Nos vemos mañana.
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Goodnight and go (Disponible en Dreame)
Novela JuvenilNunca lo entendí. No llegué a saber qué quería, cómo se sentía. Era un misterio. Ese chico alto y moreno de ojos azules y verdes, era un enigma. Su corazón lo era.